Entrevista con La Voz de Asturias
24 abr 2020 . Actualizado a las 19:47 h.No olvida Las Gaunas. Daniel Saric (Rijeka, 1972) defendió los colores del Real Sporting de Gijón durante dos campañas, 93-95, sin el brillo de algunos de sus compatriotas con pasado rojiblanco. El croata, al que el paso de los años le llevó a disfrutar de la Champions League o disputar un Mundial, conversa con La Voz de Asturias y rescata recuerdos marcados por la enfermería y una espina clavada en su pasado sportinguista.
-¿Qué ha sido de Saric?
«Sigo ligado al fútbol. Hace unos meses que pusimos fin al trabajo en la selección sub21 de Croacia, fui el segundo de Nenad Gracan durante casi seis años. Ahora, a la espera de encontrar un nuevo banquillo. Estudiando posibilidades como asistente en algún cuerpo técnico, seguramente fuera del país, aquí la situación no es sencilla. Mientras tanto trato de seguir mi formación»
-¿Cómo está la situación en Croacia?
«También con restricciones, pero con medidas menores que en España. Aquí se puede salir a la calle, aunque no desplazarte entre ciudades salvo por temas laborales. Están cerradas las escuelas y en el fútbol han comenzado a entrenar, pero por ahora con sólo dos jugadores sobre el campo, se estima que el 11 de mayo volvería la normalidad al trabajo de los equipos de Primera y Segunda. No así en las categorías inferiores. Yo tengo dos en casa sin entrenar, mi hijo Luka forma parte del centro del campo del HNK Orijent juvenil, mientras que el pequeño de la familia integra la disciplina de los cadetes del Rijeka»
-¿Recuerda cómo se gestó su llegada a Gijón?
«Sí claro, fue todo rapidísimo. Carlos García Cuervo era el director deportivo en aquel momento. En uno de sus viajes a Croacia, vino a ver un NK Zagreb - Rijeka, estaba siguiendo a un delantero, Robert Spehar, que luego llegó a la selección o a jugar en el Mónaco. Le vino a ver a él, se fijó en mí y en dos o tres días arreglamos el traspaso. Era la guerra en los Balcanes y todos queríamos ir fuera. El Sporting creo recordar que pagó un millón de marcos alemanes de traspaso -aproximadamente 75 millones de pesetas de la época- y firmé tres años de contrato»
-Un contrato que no llegó a cumplir
«Creo que es muy importante cuando llegas a un equipo nuevo empezar bien, de lo contrario, a lo que te afecta en lo anímico se junta que la gente ya empieza a pensar que el fichaje igual no era tan bueno, que a lo mejor la inversión hecha ha sido un error, todo eso se suma y lo hace más complicado. En Gijón fue un poco eso lo que me pasó. De haber tenido algo más de suerte con las lesiones, pienso que calidad para jugar algo más sí que tenía, pero no pudo ser. Siento que tenía que haber dado mucho más»
-¿Las lesiones fueron la causa principal?
«Se juntaron más cosas, pero esa fue una de las más importantes. Llegué muy joven, era mi primera experiencia lejos de casa, desconocía el idioma, me costó la adaptación, pero la rotura en la rodilla... En mi primer partido de titular, en Logroño, en Las Gaunas, no pude ni acabar la primera parte. Me hizo mucho daño, más allá de los meses que estuve parado, también en lo anímico. Me costó recuperarme, pero insisto, no es excusa, tenía que haber dado más»
«Yo cuando empecé a jugar era mediocampista. Luego me fui reconvirtiendo en carrilero, en Croacia se jugaba mucho con el 3-5-2 y en la banda ha sido dónde mejor me encontraba. En Gijón me ponían en el medio del campo, pero que no salieran las cosas como esperaba no era cuestión de la posición en la que me ponían. Teníamos un gran equipo. Fuimos subcampeones de invierno detrás del Deportivo, con García Remón de entrenador. Había calidad en aquel vestuario, la lástima que en la segunda vuelta no nos salieron igual las cosas. En lo personal, el segundo año aún fue peor, más lesiones, cambios de entrenador y al final, la llegada de Rezza, que aquel verano me dijo directamente que no contaba conmigo. Terminamos cerrando la desvinculación sin llegar a jugar la tercera temporada»
-¿Cuál es su resumen del paso por el Sporting?
«La verdad es que sólo tengo buenos recuerdos, con el tiempo he visto que fue una experiencia importante, de crecimiento, personal y deportivo. Me dejó grandes momentos. Recuerdo dos partidos especialmente. El día del triunfo ante Osasuna por 7-1, el campo, la lluvia… y el empate 2-2 en el Bernabéu con mi gol. Aquella tarde hicimos un gran partido, también yo en lo individual, si hubiera logrado mantener el nivel de aquel día, ser más regular en mi rendimiento. Fui demasiado irregular, tenía que haber dado más. Sé que tenía que haber dado más, no estuve al nivel necesario para jugar en la Liga española. Lo siento por eso, porque Gijón era el lugar ideal para hacerlo»
«Luego está El Molinón, era perfecto para sentirte arropado. Recuerdo especialmente el ambiente del derbi, algo realmente especial. Es cierto que luego he jugado en Grecia, que es otra cosa totalmente diferente, una locura, pero El Molinón se te queda en el recuerdo. Mirando mi carrera, agradezco al Sporting la posibilidad de haber podido disputar la Liga española. Me siento feliz por haber podido disfrutar de ello»
-¿Sigue al equipo?
«Me mantengo al tanto de la actualidad, estoy pendiente de los resultados y su clasificación. Espero que si se reanuda la Liga puedan meterse en el play off. La verdad que esta temporada no les he visto jugar, pero cuando estaba Halilovic veía todos sus partidos, también es cierto que estando en Primera es mucho más fácil seguirles»
-¿Qué le ha pasado a Halilovic para no terminar de dar el paso que se esperaba?
«Alen es un talento extraordinario, desde chico le he visto hacer cosas increíbles, pero arrastra un hándicap que debe tratar de cambiar, tiene un problema con la fase defensiva del juego. Hoy en día no hay jugador que se pueda permitir desengancharse a la hora del trabajo para el equipo en el aspecto defensivo. Él juega para el ataque y en estos niveles no puedes jugar sólo en un sentido. Si puedes marcar 30 goles igual sí, pero eso sólo lo hace Messi. Es un gran chico, pero el tema defensivo es su problema»
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