Análisis: Así juega Cumic, fichaje del Sporting

Dani Souto

SPORTING 1905

Cumic

Artículo de opinión

16 sep 2020 . Actualizado a las 23:56 h.

Ha tardado, pero al fin tenemos fumata blanca en Mareo. En una semana en la que la operación salida cogía impulso, la primera incorporación del mercado estival parecía ser cuestión de horas -esa expresión que tanto gusta en el gremio periodístico-. A pesar de que los focos estuvieran puestos en una operación ahora muy enfriada con Jordi Mboula, el fichaje (en forma de cesión) terminó siendo otro, un joven serbio al que solo unos pocos podían tener en su radar: Nikola Cumic.

Si bien es cierto que viene a ocupar la plaza de Mboula en ese sector derecho del ataque rojiblanco, no es un perfil de jugador comparable al catalán. Siendo dos futbolistas diestros que juegan a pie natural, los movimientos y capacidades de uno y otro son bien diferentes. Cumic es un futbolista que habituaba a ocupar el pasillo central, siendo en ocasiones el único punta en el FK Sloboda, su club de formación, que con el paso de las temporadas y el progresivo incremento de exigencia cada vez fue orientando más su posición de partida a la banda. Sin embargo, a pesar de que sus actuaciones recientes sean partiendo desde el costado diestro, su gran capacidad con ambas piernas le ha permitido jugar indistintamente en ambos lados, aunque siempre acompañado por esa intención de influir en los pasillos interiores.

Evolución técnica y física

Su evolución en ese sentido es evidente; de controlar y conducir siempre con la pierna diestra en sus primeros pasos en la segunda categoría del fútbol serbio a ser capaz de atacar con las dos, cada vez con mayor soltura, ofreciéndole soluciones para regatear a su par por dentro o por fuera, lo que siempre supone una ventaja. Un crecimiento técnico que también se percibe fácilmente desde lo físico, pasando de ser un chico liviano, escurridizo, a sumar varios centímetros y ser un futbolista más peligroso atacando a campo abierto. Aún es joven y tiene mucho por pulir, pero su desarrollo en el fútbol serbio ha sido exponencial estas últimas temporadas.

El Cumic de hoy es un jugador que parte desde el costado y que hace gala de su buena técnica para buscar el balcón del área con la intención de definir o encontrar un pase clave en forma de asistencia. Sin embargo, cuando la jugada se cocina por el otro costado, suele ocupar rápidamente el área para buscar el remate a puerta, de ahí se entiende que sume tan buenas cifras esta última temporada en la Superliga Serbia: 12 goles y 5 asistencias en 23 encuentros, sin duda su mejor campaña hasta la fecha.

Descarado por su capacidad técnica para el uno contra uno, es un jugador acostumbrado a generarse la jugada por sí mismo. Un desparpajo que deberá aprender a encorsetar en una competición con un rigor defensivo mucho mayor. Tiene buen pie para el lanzamiento a balón parado, aunque en jugada suele buscar más opciones por bajo antes de colgar un centro al área o ganar línea de fondo cerca del banderín.

Luces y sombras para las necesidades de Gallego

Es un jugador que lejos de su capacidad para el uno contra uno o de sus conducciones con espacio para desequilibrar o desbordar, es difícil que encuentre su contexto de juego. No es un futbolista brillante en el pase o en el juego posicional, más orientado a resquebrajar el sistema rival que a construir el propio. A la hora de aportar la verticalidad necesaria para el modelo de Gallego puede ser realmente útil, pero dada la necesidad actual del Sporting de dinamizar sus posesiones no podemos esperar que Cumic sea quien asuma ese papel y le dé -a priori- esa marcha más a la circulación.

Si bien posicionalmente encaja en esa banda derecha, especialmente con lo que está demandando Gallego a sus extremos cediendo el carril a los laterales e influyendo más por dentro, lo más interesante de su incorporación será ver cómo casa con un Manu García con el que compartirá zona de intervención. Por primera vez Cumic deberá ceder protagonismo cerca del balcón del área, donde siempre destacó en Serbia, y es que el cambio de contexto -y de nivel- supone la principal duda respecto a su rendimiento.

Puesto que, si bien todas sus bondades y defectos pueden exponerse como con cualquier otro futbolista, por mucho que sus números destaquen hay que situarlos en su debido contexto. El nivel medio de la liga local en Serbia está muy alejado de lo que puede encontrarse en la Segunda División en España.

Su adaptación a un salto de nivel de tal magnitud no será sencilla, y sus principales virtudes pueden verse ensombrecidas en una competición como esta, aunque esa incertidumbre siempre existirá en jugadores tan alejados del radar. No son pocos los casos de futbolistas con gran cartel que vienen de ligas de menor nivel y no terminan cumpliendo con las expectativas. Al menos de Cumic sabemos que será su primera oportunidad en estas instancias, y eso permitirá relajar la exigencia con un futbolista que al menos promete aportar un desborde que ahora mismo el Sporting no tiene.

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