Texto de análisis
15 sep 2021 . Actualizado a las 23:11 h.Una semana de ausencias en los entrenamientos derivada de un confinamiento por el positivo de un contacto estrecho impidió que Pedro Díaz iniciara la temporada con normalidad. David Gallego decidió dar prioridad a jugadores que habían completado las sesiones previas al debut ligero del Real Sporting de Gijón, con José Gragera y Nacho Méndez como pareja titular en el doble pivote. Sin embargo, una vez el sierense estuvo disponible, Gallego no lo sacó del once titular.
Tres partidos consecutivos ha firmado desde entonces el dueto entre Gragera y Pedro. Una pareja que funciona muy bien precisamente por su complementariedad, además de haber encajado y absorbido bien los conceptos que Gallego quería implantar en este Sporting matizado tanto en ataque como en defensa.
Si la presión está siendo una de las claves del buen hacer rojiblanco en este inicio, el papel de ambos está siendo relevante. Respondiendo Gragera a un perfil más defensivo que Pedro, entra dentro de la lógica que el gijonés lidere el número de recuperaciones en el equipo, siendo además el séptimo que más balones recupera de todo el campeonato en la mitad de campo rival. Además, hay que sumar también su especialidad en el juego aéreo, siendo el quinto de la Segunda División que más duelos realiza por alto y el segundo en este top que más porcentaje de ellos consigue vencer.
Más allá de las tareas específicas que pueda tener, como la cobertura del otro día sobre Valiente para emparejarse por alto con Jon Bautista, Gragera está demostrando su buen hacer tanto táctico como técnico para hacer de 'hombre escoba' en este Sporting. Pedro, por su parte, reconocía esta misma semana ante la prensa que es en defensa donde considera que tiene mayor margen de mejora. Es cierto que el sierense es un futbolista de mayor recorrido y que trata de defender más desde este hecho y no tanto en un sentido posicional, más táctico, pero igualmente su esfuerzo e implicación en esa faceta también está fuera de toda duda.
En el plano ofensivo, más allá de la especificidad de cada uno en la salida de balón, donde Gragera suele ubicarse más cerca de los centrales y Pedro es quien se sitúa más cerca de la cal en momentos puntuales por su perfil (derecha), también a la hora de construir juego existen grandes diferencias. Pedro es uno de los jugadores de la liga que más progresa en conducción, con el balón controlado. Es por ello que el sierense es más de asociarse en corto cuando toca construir, combinando una vez busca esos espacios, aunque en salida de balón lo compagina con envíos en largo.
Gragera por su parte es de dar menos toques, pero no por ello de intervenir menos que Pedro. El gijonés actúa más como distribuidor, como faro. Si tiene opción fácil para jugar con el sierense y que este rompa líneas lo hará, será la vía sencilla, si no, Gragera sumará más cantidad de envíos largos o cambios de orientación con el objetivo de mover al equipo y facilitar que se generen espacios por los costados. Dos perfiles muy diferentes de futbolistas en el que uno aporta lo que al otro le falta. Un equilibrio perfecto en la balanza en un doble pivote que parece mucho más asentado de lo que su edad apuntaría a decir.
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