La batalla táctica del Eibar - Sporting

Dani Souto

SPORTING 1905

Gallego
Gallego Real Sporting

Texto de análisis

20 sep 2021 . Actualizado a las 23:01 h.

El fútbol es un deporte de once contra once, eso ya lo sabemos. Sin embargo, una de sus grandes riquezas y atractivos es el dinamismo del juego. No está todo escrito, y la probabilidad o la anticipación a los movimientos de tu rival no responden a una lógica matemática. De cómo se sitúen de inicio los once, los famosos números de teléfono que decía Menotti refiriéndose a los sistemas de juego, dependen muchas de las cosas que se desarrollan durante un partido. Luego, ese componente dinámico al que hacía referencia suma un factor más de aleatoriedad y complejidad a todo esto, lo que nos hace deducir que por mucho que se estudien los rivales colectiva e individualmente, siempre habrá factores que se escapen del control de uno.

Partiendo de esos sistemas de inicio, todo entrenador tiene en mente fórmulas e ideas que considera oportunas para enfrentar según qué dibujos y movimientos del rival. Cómo se puede presionar a una línea de tres centrales, cómo resguardarte por dentro cuando se acumulan jugadores adversarios por ahí, por dónde atacar o de qué manera a un equipo que se ubica muy abierto a lo ancho.. cuestiones que ayudan a entender mejor por qué optan por unas cosas o por otras, pero a las que muchas veces tampoco se les da excesiva relevancia, todo depende del técnico al que preguntes. Al final son dos los que juegan y tú también debes condicionar al rival con tu propuesta, no solo adaptarte a la suya.

En el Real Sporting nos encontramos con una situación de ese estilo, pues David Gallego incide mucho en las previas de la importancia de minimizar las virtudes del rival y lleva tiempo demostrando que los estudia de manera minuciosa. El planteamiento del de Súria nunca es calcado al de la semana anterior, aunque lógicamente parten de un espacio común, de una idea base. En lo que va de temporada, el número de teléfono rojiblanco no ha variado del 4-2-3-1... de partida, claro, pues la movilidad de sus piezas es precisamente una de las virtudes del conjunto asturiano en este arranque de campaña. Al final no deja de ser algo meramente indicativo para que los aficionados propios y ajenos ubiquen a los jugadores sobre el verde en la hoja del partido o en la aplicación de turno.

Sin embargo, el Sporting ha vivido en esta sexta jornada de campeonato una particularidad: se ha enfrentado a un sistema con tres centrales. ¿Es esto tan relevante? Siendo claros: sí y no. Lógicamente supone adaptar ciertos movimientos para ocupar distintos espacios por la colocación del adversario, pero no por el hecho de jugar con sistemas "menos habituales" logres de facto una ventaja competitiva. David Gallego llegaba a Ipurúa conociendo esta circunstancia, algo que trabajó durante la semana para tener los conceptos claros de cómo deben presionar y posicionarse para defender a un equipo que forme con dicho dibujo de partida, al igual que adaptan en cierta medida su forma de atacar para buscar vulnerabilidades y ventajas ante un rival parado de diferente forma.

Sin embargo, al Sporting se le fueron acumulando las complicaciones desde el inicio del duelo. Los tres centrales armeros tenían ventaja numérica prácticamente en cada salida de balón frente a la presión de Djuka y Villalba. Más allá de eso, que se podía entender, el Eibar, desde la estrechez de su bloque, conseguía acercar a los extremos (Aitor y Gaspar) al pasillo interior para tener que ayudar a Pedro y Gragera, que se encontraban desbordados con el doble pivote eibarrés al frente y la doble mediapunta a su espalda. Esto favoreció que Toño y Tejero (los carrileros que dispuso Garitano) tuvieran el carril mucho más libre para incorporarse en carrera, recibir y prácticamente encarar 1vs1 ante los laterales asturianos, circunstancia que desde la pizarra siempre se trata de impedir.

El Eibar ganó por ahí la partida consciente de la importancia del centro lateral y de hacerse fuerte por alto en área rival. Pero también lo hizo en un sentido defensivo, con un emparejamiento individual en la presión muy atrevido a la par que eficaz para ahogar la salida de balón de los de Gallego. Al menos hasta que el físico aguantó, pues depende de un gran derroche que a estas alturas de temporada se paga muy pronto. Sin embargo, obteniendo un premio en forma de gol con ese error en la cesión de Marc Valiente ya obtuvieron botín suficiente.

El Sporting mostró diferentes versiones durante el encuentro, pero no dio la sensación de terminar de adaptarse del todo a lo que el rival le exigía. Es más fácil plantear algo cuando tienes enfrente a un espejo, como si fuera una práctica de retórica. Ante sistemas similares todo se empareja de manera más natural: extremo con lateral, interior con interior, central con delantero.. pero el Eibar exigió otras cosas que el Sporting solo fue capaz de sobrellevar con el paso de los minutos, sobre todo en la segunda mitad, cuando los de Garitano no podían ejecutar su plan de la misma manera, además de las consignas de Gallego en el tiempo de descanso. Sea como fuere, si de algo no cabe duda, es que Gallego seguirá estudiando con detalle a cada rival y tratando de plantear cosas diferentes en cada partido siempre con la idea de obtener el máximo rendimiento posible.

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