Texto de análisis
16 ene 2022 . Actualizado a las 22:59 h.Se acabó el sueño copero del Real Sporting de Gijón en una temporada donde la competición del ko estaba siendo la principal portadora de alegrías para el vestuario y la afición rojiblanca. Derrotado en la siempre cruel tanda de penaltis, el equipo volvió a dejar buen sabor de boca ante un rival que milita actualmente en una categoría superior como el Cádiz, pero fue incapaz de concretar esas buenas sensaciones en un resultado positivo. Analizamos la eliminación de los de David Gallego como siempre a raíz de cuatro claves destacadas:
Protagonistas con balón
El Sporting modificó su planteamiento de los últimos partidos, buscando llevar la iniciativa en el juego a partir de la posesión. El Cádiz del debutante Sergio González no se mostró reacio a esto, viendo con buenos ojos el esperar cerca de su área y tratar de encontrar oportunidades desde el contragolpe con ataques verticales por sus costados. Sin embargo, aun cuando los amarillos apretaban más arriba a los de Gallego, el equipo conseguía salir y mantener una larga combinación de pases. El Sporting mostró una buena versión en este sentido, controlando la pelota y no dejando que se le escapara el contexto de partido.
Sólidos en la defensa del área
Con ese contexto de partido tan concreto, y un Cádiz que dejó a las claras sus intenciones desde el primer momento, la defensa a campo abierto y de los centros laterales sería primordial para no sufrir ante las acometidas rivales. De ahí se puede extraer las declaraciones de Gallego posteriores al encuentro al respecto de la elección de la pareja de centrales, con Borja y Berrocal como piezas más adecuadas para defender con su cobertura los ataques al espacio de los extremos cadistas y también para imponerse en el juego aéreo en el pulmón del área de castigo. El Cádiz lógicamente tuvo sus oportunidades para colgar balones a la zona de influencia de Mariño, pero en líneas generales el equipo no sufrió para defender dichas acciones, mostrándose más sólido que semanas atrás, recibiendo tan solo un remate entre los tres palos.
Dificultades para generar ocasiones
A pesar del dominio del que se habló en el primer punto y de las sensaciones positivas del equipo a lo largo de los 120 minutos, lo cierto es que al Sporting le costó generar situaciones claras de remate en área rival. Bien es cierto que el Sporting realizó 8 disparos entre los tres palos, con un David Gil aupado como uno de los héroes visitantes, pero no se debe obviar el tipo de disparo que realizaron los de Gallego, exigiendo el máximo al guardameta amarillo con remates de larga distancia, sobre todo los de Pedro y Guille Rosas. Tan solo alguna llegada de un activo Puma Rodríguez a línea de fondo dio algo de profundidad y desequilibrio al Sporting para internarse en área rival, pero aunque la sensación haya sido buena, no fue el partido con más situaciones claras de finalización por parte de los rojiblancos.
Desacertados en los momentos clave
Más allá de esas ocasiones que se contabilizan al Sporting de cara a puerta, los pupilos de Gallego tampoco estuvieron acertados a la hora de afrontar el momento decisivo de la eliminatoria: la tanda de penaltis. Hubo una importante diferencia entre ambos equipos a la hora de afrontar dicha tanda, quizás influidos por un aspecto más mental como la confianza o simplemente por mera ejecución, pero el Sporting fue a remolque desde el primer penalti y no tuvo ni la más mínima oportunidad de igualar a su adversario. Siquiera con la entrada de Joel Jiménez, cuya participación en la tanda no fue decisiva.
Los cambios
Campuzano por Nacho Méndez. Cambio de sistema de Gallego con la entrada de Campuzano, que aportó cierto dinamismo al ataque rojiblanco, con más presencia en el balcón del área que un Nacho más enfocado al juego exterior.
Gragera por Rivera. Sustitución obligada en el tramo final de la prórroga tras el gran esfuerzo realizado por el centrocampista.
Joel por Mariño. Cambio sorprendente en el último minuto para afrontar la tanda de penaltis. Joel no logró atajar ninguno, aunque tampoco pudo hacer demasiado ante la buena ejecución rival. Un cambio que podía marcar diferencias sin nada que perder.
Nota a David Gallego y el cuerpo técnico:
Bien. El Sporting supo llevar a cabo su plan de partido y no permitió que el contexto favoreciera a su rival. Sí hubo cosas que mejorar, sobre todo en la parcela ofensiva, pero la imagen fue positiva en líneas generales. Se volvió a plantar cara a un Primera en la competición que más alegrías venía dando. Ahora llega la verdadera prueba de fuego; saber trasladar ese nivel competitivo de la Copa a los compromisos ligueros de cada fin de semana.
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