Beasain, el punto de inflexión para José Alberto y 19 debutantes del Sporting

Francisco Rodríguez

SPORTING 1905

Cris Salvador
Cris Salvador @GuilleGL73

El Sporting B ganó una eliminatoria de ascenso contra el rival copero

11 nov 2022 . Actualizado a las 21:16 h.

El destino vuelve a unir al Beasain con el Real Sporting de Gijón, el club vasco fue la primera gran parada -2016/17- en el camino de un proyecto que estuvo a una eliminatoria de play-off -2017/18- de poder vivir un doble ascenso de sus dos principales equipos, al igual que ocurrió una década atrás. En este caso hubiese sido más heroico, pues el filial luchaba por subir a una Liga Smartbank que al mismo tiempo y sin fortuna intentaron dejar atrás los de Rubén Baraja. Los guajes de José Alberto López firmaron una inolvidable temporada que catapultó a 19 jugadores de aquella plantilla a realizar su debut en la élite con el club asturiano.

Tras ocho años entrenando en las diferentes etapas formativas de la Escuela de Mareo, el técnico asturiano tuvo la misión de devolver al Sporting B a la tercera categoría del fútbol español. Del Juvenil A que había dirigido en la anterior campaña subió, dándoles más o menos protagonismo, a los todavía juveniles Dani Martin, Pedro Díaz, Nacho Méndez, Pelayo Suárez, Berto, Mateo Arellano, Isma Aizpiri y Joel Sanabria. Varios de ellos, un año después, fueron piezas importantes. 

El Sporting B finalizó campeón de grupo de la Tercera División Asturiana por delante de equipos como el Real Avilés, Langreo, Marino de Luanco y Oviedo Vetusta, aunque el filial rojiblanco no supo aprovechar la primera oportunidad de ascenso al caer ante el Olot por 1-1 en tierras catalanas y 0-1 en Mareo. La plantilla de José Alberto, donde ya destacaban los ‘foráneos’ Cristian Salvador, Carlos Cordero, Juan Rodríguez, Víctor Ruíz, Claudio Medina (27 goles) e Isma Cerro, y los asturianos Berto Cayarga, Pablo Fernández (17 goles), Javi Benítez y Ramón Riego, tuvo que superar dos eliminatorias más frente al Almería B (2-1) y el Beasáin (7-4) para poder regresar a la Segunda División B.

El duelo ante el conjunto vasco marcó el punto de inflexión para un grupo de personas que aprovecharon el trampolin de ese ascenso. Por detrás, en el Juvenil A, también llamaban a la puerta Christian Joel, Pablo García, José Gragera, Gaspar Campos, Pelayo Morilla, Iván Elena, Alberto Espeso y Miguel Prado. Todas estas perlas pasaron a estar en dinámica de segundo equipo desde el inicio de la mágica campaña que concluyó con el premio del play-off de ascenso a Segunda División. Además, aunque al igual que Gaspar no llegó a debutar en competición liguera, el ahora internacional sub-21 Guille Rosas también estuvo involucrado en el día a día de los de José Alberto López.

Con el objetivo de mantener la categoría, José Alberto le pidió a la nueva dirección deportiva comandada por Miguel Torrecilla la incorporación de un lateral derecho que hiciera de ‘puente’ hasta que Guille Rosas estuviese preparado para afrontar el reto, y de dos jugadores de banda que aportasen velocidad y desequilibrio. Para la posición de lateral firmaron a Adrián Montoro, inmerso en su último año como sub-23 tras formarse en la cantera del Espanyol y compartir vestuario en el Somozas con un Juan Rodríguez que finalmente sería su compañero en el filial rojiblanco. Su fichaje fue ciertamente extraño pues, además de producirse en el último día de mercado, ya había estampado su firma y debutado en Liga con el Cornellá. Precisamente, el club catalán acabaría siendo eliminado por el Sporting B en la primera eliminatoria del play-off de ascenso, aunque dos años después, y con Pablo Fernández y el propio Montoro en su plantilla, volvieron a repetir gesta.

Por su parte, para reforzar las bandas el club asturiano examinó los filiales del Levante y el Athletic Club de Bilbao en búsqueda de un perfil de jugador con hambre de aprovechar su penúltima oportunidad de llegar a un primer equipo de élite. Desde Valencia arribó con 24 años Álvaro Traver, que entre el filial levantinista y sus cesiones en el Reus y el Logroñés sumaba 105 partidos en la categoría de bronce, además de dos encuentros de Copa del Rey disputados con la primera plantilla granota. Ese mismo verano el Sporting consiguió el préstamo de Rubén García, amigo de Traver desde que coincidieron en categoría alevín en el Xàtiva y en las diferentes etapas de la cantera de Orriols.

La tercera incorporación fue la de Ander Alday, sobrino de Ernesto Valverde. El extremo, con características muy similares a las de su tío, aterrizó en el año 2014 en Lezama junto al ex rojiblanco Mikel Vesga envuelto en cierta polémica. Ambos futbolistas no aceptaron durante la temporada 13/14 la oferta de renovación propuesta por el Deportivo Alavés, por lo que la dirección del club albiazul le pidió al técnico del filial babazorro que no los alienase más. Tras un par de cesiones en el Barakaldo de Gonzalo Arconada y el Zamudio, Alday firmó por el Sporting B donde pasó totalmente desapercibido al solo disputar un par de partidos de Copa Federación.

Con la plantilla ya definida, el Sporting B sorprendió a propios y extraños desde el inicio de la temporada 2017/2018 al mantenerse ininterrumpidamente en puestos de play-off de ascenso a partir de la jornada 4. En la liga regular cosecharon 22 victorias, 9 empates y 7 derrotas, además de ser el segundo equipo más goleador del grupo con 61 goles y solo por detrás de un Bilbao Athletic dirigido por Gaizka Garitano y donde militaban Unai Simón, Dani Vivian, Iñigo Vicente, Larrazabal, Guruzeta, Perú Nolaskoain y Óscar Gil. Los de José Alberto terminaron en segunda posición con 75 puntos, a solo una unidad del líder Mirandés donde jugaban Paris Adot, Yanis Rahmani y el canterano rojiblanco Jaime Santos. Por detrás en la clasificación quedó la Real Sociedad B de Imanol Alguacil, Zubimendi, Le Normand, Ander Guevara, Gorosabel, Aihen Muñoz, Merquelanz y Alex Sola; también estaba por allí el Osasuna B de Jon Moncayola, Kike Barja, Javi Martínez y Luis Perea que acabó descendiendo a Tercera División.

En la segunda eliminatoria esperaba el Elche de Pacheta, Nino, Gonzalo Verdú, Iván Sánchez y Josan. Los ilicitanos estuvieron obligados a remontar sendos encuentros, pues los rojiblancos se adelantaron en el marcador tanto en el Martínez Valero gracias a un gol de Cristian Salvador en los últimos compases de la primera parte, como en Mareo por un tanto de Cayarga a falta de un cuarto de hora para la conclusión del choque. El Sporting B estuvo a seis minutos de verse instalado en la gran final por el ascenso a la Liga Smartbank, pero Nino, que había marcado un doblete en el duelo de ida, y Sony Kaba aguaron la fiesta de los guajes. Aunque, unas horas después, el primer equipo rojiblanco también se despedía de sus opciones de subir a Primera División al caer en el cara a cara con el Real Valladolid, por lo que hubiera sido imposible que en caso de avanzar de ronda los de José Alberto pudieran introducirse en el fútbol profesional.

Más allá de los resultados deportivos y de disputar un play-off de ascenso a Segunda División 21 años después, seguramente lo más valioso de conseguir por el filial en esa temporada fue el crecimiento en su carrera de muchos jugadores. Hasta 19 futbolistas han debutado con el primer equipo del Sporting: Dani Martín, Christian Joel, Juan Rodríguez, Carlos Cordero, Pelayo Suárez, Alberto Espeso, Adrián Montoro, Guille Rosas, Cristian Salvador, Pedro Díaz, Nacho Méndez, Mateo Arellano, José Gragera, Pablo Fernández, Berto, Pelayo Morilla, Gaspar, Isma Cerro y Álvaro Traver. Otros hombres principalmente están haciendo carrera en Segunda y en las actuales Primera RFEF y Segunda RFEF: Javi Benítez (Salamanca), Víctor Ruíz (Talavera), Isma Aizpiri (Tarazona), Miguel Prado (Formentera), Ramón Riego (Atlético Sanluqueño), Iván Elena (Ebro), Berto Cayarga (Cartagena), Claudio Medina (Burgos) y Joel Sanabria (Rápido de Bouzas). 

En aquel equipo la intensidad y el máximo esfuerzo, tanto en los entrenamientos como después en el partido del domingo, eran valores innegociables. De hecho, a pesar de jugar en un grupo copado por equipos vascos, el Sporting B fue el quinto conjunto que más tarjetas amarillas recibió, siendo este un indicativo de la agresividad que desprendían los guajes. Unos jóvenes que también destacaban de José Alberto su cercanía con el jugador, creando un fuerte feed-back y haciéndolos participes en la búsqueda conjunta de soluciones para mejorar su rendimiento individual. A hombres como por ejemplo Víctor Ruíz y Álvaro Traver, que llegaban desilusionados al no poder crecer en las canteras del Málaga y Levante, les hizo creer en sus capacidades, poniéndole al último de ellos los ejemplos de Jony o de Morales, con el que había coincidido en el filial granota. Y el técnico ovetense formó un equipo flexible que, partiendo de la premisa de intentar recuperar la pelota lo más arriba posible y ser directos, se adaptaba a situaciones defensivas de un bloque más bajo dentro de los mismos partidos y en función del contexto.

La fórmula secreta empleada por José Alberto fue la de apostar y formar una gran base de jugadores criados en Mareo, sumar a la misma la ‘veteranía’ de jugadores con bagaje en la categoría y en puestos ‘clave’ como en la defensa central o el pivote, e incorporar a futbolistas sub-23 con muchas ganas de aprovechar una de sus últimas oportunidades de llegar a la elite.