«Los 4 puntos débiles que debe atacar el Sporting para ganar al Málaga»

Francisco Rodríguez

SPORTING 1905

Dani Queipo
Dani Queipo Real Sporting

Artículo de opinión

28 ene 2023 . Actualizado a las 23:47 h.

Nuevo inquilino en el banquillo del próximo rival del Real Sporting de Gijón, aunque tampoco es una cara desconocida por la zona de la Costa del Sol. Sergio Pellicer, tercer entrenador de la temporada en el Málaga, recoge el testigo de Pepe Mel con la misión de sacar al equipo blanquiazul de los puestos de descenso a Primera RFEF. El técnico valenciano hereda unas debilidades que los de Miguel Ángel Ramírez buscarán explorar para conseguir la victoria liguera por segunda jornada consecutiva.

Quitarles la pelota lo máximo posible

La situación del Sporting no es para tirar cohetes, pero no es tan dramática como la del Málaga. Ese factor emocional debe hacerlo valer el conjunto rojiblanco para alimentar la ansiedad en el rival. Por supuesto que la intención de atacar y aprovechar cualquier oportunidad tiene que estar siempre latente, aunque a los de Ramírez no les sentaría mal hacer el partido largo. ¿Cómo? Básicamente teniendo más posesión de balón para desgastar física y mentalmente a los jugadores andaluces. Los mejores futbolistas de Pellicer son de muy buen pie y necesitan tener la pelota para ganar confianza. Un recurso que acostumbran a utilizar para que estos jugadores clave vean el juego de cara en campo rival son los envíos directos hacia la banda derecha para Chavarría, pero el delantero reconvertido en extremo será baja este domingo. Un incentivo más para que los gijoneses aprieten alto con mayor ahínco y sin tanto temor al juego directo a espaldas de la presión. Además, últimamente el portero Yañez no está sabiendo dar continuidad a las jugadas con el balón en los pies, sacándose de encima la pelota sin dirección clara alguna en muchas ocasiones.

Provocar la solución secundaria en su salida de balón y atacar en transición el punto débil de la misma

El Sporting debe empujar a los malacitanos a emplear sus planes secundarios en la zona de iniciación. Una de esas soluciones ejercidas, al menos hasta ahora, es la de incrustar a Febas entre centrales y que el pivote N´Diaye gane altura. ¿Qué buscan? Una salida más limpia con Febas como canalizador principal, pero también surtirse de la estatura y corpulencia de N´Diaye para que en las cercanías del medio campo se haga o prolongue un eventual pase alto desde atrás. Los de Ramírez deben forzar esta última situación e intrínsecamente el error. Una imprecisión en ese envío complejo y se abriría la oportunidad de realizar un contragolpe desde zona medio - alta con Febas, gran futbolista pero que en cuanto a recursos defensivos no está al mismo nivel que N´Diaye, siendo el primer hombre que tapa el camino más corto hacia propia portería.

Atraer, bascular y buscar costados de N´Diaye

Sergio Pellicer regresa con la idea de hacerse fuerte desde atrás. Aunque, por ejemplo, para fortalecer la medular en la fase defensiva cuenta con pocos recursos de especialistas sin balón más allá de la figura de N´Diaye. Un centrocampista capacitado para controlar varios metros cuadrados por delante de los centrales, pero que en este Málaga, y ante equipos que le insuflan velocidad y variabilidad a la circulación de balón, en muchas ocasiones queda bastante desguarnecido. No es un problema de físico ni de entendimiento del juego, sino más bien del contexto. Antes de que el técnico valenciano encuentre una solución, el Sporting debe aprovecharlo para progresar con mayor fluidez en el juego. Como una brújula orientativa, los movimientos generados sin balón en N´Diaye irán marcando los espacios libres a abordar por los de Ramírez para ya encarar la zona de finalización.

En los momentos que el Málaga adelante el bloque de presión en un 1-4-4-2, el espacio aparecería a espaldas de sus mediocentros. La clave residiría en que los dos extremos y el punta rojiblanco se metan por dentro, fijen a los cuatro defensores visitantes e intenten estirar, además de que uno de los mediocentros haga de cebo para atraer a N´Diaye. Mientras que si los de La Rosaleda se pertrechan en campo propio, los espacios libres aparecerían en los costados de los dos pivotes, sobre todo de un N´Diaye que contiene más su ubicación con respecto a un Febas que acostumbra a saltar hacia adelante siempre y cuando el adversario le estimule a ello. Manteniendo muy abiertos a los carrileros para hacer dudar a los extremos y ensanchar esa segunda línea de cuatro, atrayendo y fijando a Febas, y siempre disponiendo de conexiones de giro para hacerlos bascular continuamente, el Sporting podrá encarar la fase de finalización con un recepción en el ‘cuadrado’ que deje algo libre N´Diaye y sobre todo al costado lejano de este futbolista. Clave tener trabajado ese pase diagonal, ya sea de los centrales, carrileros o mediocentros, y los descensos o apariciones con el timming adecuado de los jugadores de última línea.

Sacar constantemente de zona al central derecho Burgos

El mejor futbolista del Málaga en la defensa de área propia, que ya de por sí a nivel general no está siendo sólida, es el central que actúa por el perfil derecho, Esteban Burgos. Por ende, hacer que su partido sin la pelota sea poco confortable, obligándolo a abandonar su posición, hará que florezca uno de los puntos débiles de los de la Costa del Sol. La variabilidad y correcta interpretación de los desmarques por parte de los jugadores del Sporting que fluctúan por el costado izquierdo, además del punta, se antoja como primordial para constantemente sacar de zona al zaguero argentino. Inclinar la fase de finalización al costado izquierdo generaría vías interesantes como la del 1vs1 en proximidades del área y en zonas donde más se sienten cómodos recibiendo jugadores como Queipo, Carrillo o Cristo, y que un centro con intención al segundo palo no sea defendido por el propio Burgos y sí por el compañero de retaguardia o un lateral izquierdo Javi Jiménez que especialmente no se prodiga en facetas aéreas.

En fase defensiva el Málaga alterna una presión en bloque medio - alto entre el 1-4-1-4-1 y el 1-4-4-2, aunque ante una estructura rival de tres centrales suele salir con el último sistema descrito. Esto es importante tenerlo en cuenta porque el pivote N’Diaye sería el encargado de retroceder y ocupar el espacio central que dejaría Burgos al salir de zona, por lo que es conveniente mantenerlo lo más alejado posible de los centrales. Una de las tareas de los volantes rojiblancos en salida de balón será la de atraer a N´Diaye, en este caso moviéndose en una altura intermedia de forma lateralizada que sujete tanto al senegalés como al extremo derecho. Por su parte, como carrilero, Diego Sánchez deberá ubicarse en amplitud cerca de la línea de medio campo. En principio el canterano va a tener tiempo y espacio para recibir ya que el conjunto boquerón, cerrando filas por dentro, invita al contrario a realizar ese tipo de pase exterior.

Con el extremo izquierdo rojiblanco interiorizado, el lateral derecho del Málaga saltaría a la presión sobre Diego al momento que detecte la intención de conectar con él de un compañero próximo. Lo hará desde dentro hacia afuera, complicando de esta manera el redireccionamiento de la pelota hacia carriles interiores. Pero se abre la oportunidad de jugar por delante y, con un desmarque de ruptura, entregársela a la carrera de un eventual Queipo que habrá logrado el cometido de sacar de zona a Burgos y de encararlo en un sector donde el zaguero se siente menos protegido. El punta debe acompañar el movimiento con un desplazamiento en apoyo que haga dudar al otro central y, si éste pica en el anzuelo, surgiría una espacio central que Otero podría atacar en 1vs1 con el lateral izquierdo malacitano. Ya en situación de centro y con Burgos fuera del área, habrá que jugar con la memoria. Es decir, no siempre buscar un envío directo al área. Incluso eso lo marcará el estatus de N´Diaye en sus regresos. Si el jugador de banda asturiano detecta que N´Diaye ya se armó en el hueco dejado por Burgos, inmediatamente surge la posibilidad de dar un pase atrás para un disparo desde una frontal del área menos protegida con el hundimiento del africano.