Pepe Buitrago, cabañuelo: «En Asturias habrá nevadas generosas hasta primeros de abril»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

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Pepe Buitrago, cabañuelo
Pepe Buitrago, cabañuelo

El murciano, que predijo la borrasca Filomena y vaticinó el volcán de La Palma, pronostica cómo va a ser el tiempo en el Prinipado tras estudiar los comportamientos de la naturaleza

04 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

No solo predijo la borrasca Filomena sino que también vaticino el volcán de La Palma y del Hierro iba a entrar en erupción. Todo ello gracias a las cabañuelas. Un ancestral método que siguió su bisabuelo, su abuelo y su padre y que permite a Pepe Buitrago, de 68 años, hacer sus propias predicciones meteorológicas. «Solo tengo un margen de error del 20% porque no me paso las 24 horas del día estudiando los comportamientos de la naturaleza», señala el murciano, quien pronostica que «muy pronto» habrá una erupción subacuática entre África y el sur de España.

Además para este «año meteorológico», Pepe Buitrago ha pronosticado siete nevadas nacionales que llegarían a toda la península porque «según la luna de octubre, siete lunas cubre». Por ahora,  «ha nevado ya tres veces, por lo tanto, quedan cuatro». En Asturias, concretamente, según el cabañuelo, estas podrían ser generosas hasta primeros de abril. «No va a ser un invierno largo, sino que va a ser un invierno puntual porque estamos en un cambio de ciclos», detalla el cabañuelo.

Bajo esta premisa, pronostica que en lo que queda de invierno en Asturias «habrá nevadas normales de un palmo más o menos. También va a hacer frío y después vendrán días sueltos, que son estos siberianos tan malísimos con mucho frío gélido, que serán tres días por eso no lo llamo ola de frío. Luego habrá tres días estables y otros tres días con muchas rachas de viento fuerza. Después empezará a llover y nevar hasta meternos en Asturias en el 21 de marzo, aunque hasta primeros de abril podría llegar alguna nevada más generosa».

Respecto a cómo será la primavera en la región, Pepe Buitrago señala que «habéis tenido muchas vaguadas porque desde mediados del año pasado hasta ahora no paraban de bajar vaguadas de aire frío, pero ese ciclo se acaba y se traslada a otro punto y, por tanto, va a ser una primavera guay. Aunque no haya un clima muy caluroso, va a dar gloria estar en las playas».

En cuanto al verano, «es posible que las aguas más generosas se vengan a la zona del mediterráneo, donde llueve menos, y por tanto no llueva tanto ahí. No obstante, habrá alguna tormenta espontánea, pero que no va a ser prolongada. Y después de la tormenta llega la calma y con ella se queda todo el cielo limpio», pronostica, antes de resaltar que «el año que viene para el 2023 entraremos en tiempo de antaño: lluvias más pausadas y prolongadas en el tiempo. Entrarán por el levante y saldrán por el oeste regando toda la península».

Sobre las cabañuelas 

Para llegar a estas conclusiones, desde hace 40 años Pepe Buitrago con una libreta y cámara en mano observa y apunta los comportamientos de la naturaleza, desde el vuelo de los pájaros hasta el movimiento del viento, así como las fases lunares o la puesta y salida del sol, entre otros muchos factores. No obstante, su método de las cabañuelas es básicamente el mes de agosto. «El día 1 es la primera quincena de septiembre, el día dos la segunda y así hasta julio. El 13 de agosto sería la primera quincena de julio y el 14 la segunda. El 15 de agosto la primera de agosto y así hasta llegar a septiembre», detalla.

Pero también hay fechas que son claves para predecir el tiempo. La primera es el día de San Juan, el 24 de junio. «Subo al Castillo de Mula tres o cuatro veces al día, procuro hacerlo a primera hora de la mañana, al mediodía y al atardecer para así saber más o menos lo que va a hacer al año». Por su parte, el día de San Agustín, el 28 de agosto, es muy importante para configurar el año meteorológico. «Este permite cerrar el año, ya que dependiendo de cómo haga será bueno o malo el año.

De la misma manera, las fechas religiosas, «creamos o no», guardan una estrecha relación con los días climáticas, según el cabañuelo. Así, «si el miércoles de ceniza llueve, también lo hará el domingo de Resurrección, que es último día de la Cuaresma. Además, «no todos los días son iguales». Hay que observar continuamente los signos en el cielo porque las «figuras en el cielo son desastres en el suelo». «Los seísmos, por ejemplo, aparecen en un tipo de nublado que tiene unos colores muy especiales, muy diferentes….», apunta antes de añadir que «también miro la relación de los planetas con los días porque después de observar una y otra vez te das cuenta que estos influyen en la tierra, será por su posición». Al fin y al cabo, todo lo que pasa en el suelo está escrito ya en el cielo», sentencia.