Rodrigo Cuevas en «Lo de Évole»: «En el pueblo nunca me llamaron maricón. En Oviedo en todos los sitios, qué horror»

Cristina Centeno
Cristina Centeno REDACCIÓN

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Rodrigo Cuevas durante la entrevista en Lo de Évole.
Rodrigo Cuevas durante la entrevista en Lo de Évole.

El artista asturiano recuerda la capital como «una ciudad muy conservadora» en la que «no hay hueco más que para un cierto tipo de persona»

25 abr 2023 . Actualizado a las 13:09 h.

El artista asturiano Rodrigo Cuevas fue el protagonista este domingo del programa Lo de Évole, emitido en La Sexta. Una entrevista para la que el periodista Jordi Évole se desplazó con su equipo a Asturias y en la que los espectadores pudieron disfrutar de algunos de los encantos de la región en su versión más rural. 

La «diva del folklore» recibió a Évole en su casa del concejo de Piloña, donde vive desde hace tres años. Ya había residido en otro pueblo de la zona y anteriormente en Galicia, aunque su infancia se desarrolló entre Oviedo y el pueblo de su abuela, Rodiezmo (León). 

Precisamente en esa etapa se centra el primer tramo de la entrevista. Cuevas no tiene muy buenos recuerdos de la capital asturiana, a la que define como «una ciudad muy conservadora, en la que no hay hueco más que para un cierto tipo de persona y tú estás como en los márgenes». En aquellos momentos asegura que le hicieron «muchísimo bullying». «Me acuerdo de ir por el patio solo, aguantando las lágrimas. No contarlo en casa porque era una debilidad, una vergüenza. Y me acuerdo cómo las profesoras no hacían nada, no te apoyaban psicológicamente, me apartaban de los demás y me decían "ven para aquí para que no te insulten"», confiesa a Évole. Donde Cuevas siempre se sintió a salvo fue en el pueblo. «En Rodiezmo nunca me llamaron maricón, tenía muchísimos amigos y ninguno de mis amigos me hizo bullying nunca; en Oviedo, en todos los sitios donde estuve estudiando, qué horror», afirma. 

De ahí viene su mal recuerdo de la ciudad, donde empezó a aprender piano y tuba. «Me gustaba mucho la música», asegura. Formó parte de la banda de Oviedo, con la que tocó en el cuartel de la Guardia Civil o en la plaza de toros: «Qué cutrez, eso sí que era hortera». Luego vinieron las panderetas y el folklore, unos sonidos que decidió «llevar a los límites» con unos espectáculos que han recorrido el mundo. Cuevas reflexiona sobre España y reconoce que no elegiría otro lugar para vivir «que no fuese la Península Ibérica». «Nos falta mucha autoestima colectiva», subraya. 

Nada como el medio rural

En gran parte del programa Lo de Évole, Cuevas presume del medio rural, al que ha estado vinculado desde su infancia en Rodiezmo hasta la actualidad. Defendió la cultura de sus vecinos por encima del «paternalismo» con el que se mira a los pueblos desde la ciudad. «La gente mayor es la que me enseña las canciones, saben muchas cosas y tienen muchísima memoria, todo tiene su refrán y su copla», presume. 

Para Rodrigo Cuevas el medio rural no solo necesita infraestructuras, también cultura. Por eso encabeza la recuperación de la Benéfica, un espacio para la expresión artística en el concejo de Piloña. «Necesitamos ideas, que la gente joven diga "oye, pues yo no me estoy perdiendo nada por estar aquí", y eso es lo que me gustaría que pasara con la Benéfica, que la gente joven diga "oye, vivo en un sitio muy guay, me iré fuera a estudiar, pero yo quiero volver"», defiende. 

Eso sí, «en los pueblos o nos organizamos entre nosotros o nadie nos va a venir a salvar», avisa. «Ojalá todo el mundo se diera cuenta de la maravilla que tenemos aquí. Somos los buenos, somos los que hacemos que esto esté vivo; si no, esto estaría muerto», celebra. Por eso, se le cae «el alma a los pies» cuando entra en casa de un vecino y ve «leche de Hacendado». 

La entrevista acaba en el bar de Maribel, al que Rodrigo Cuevas define como «el eslabón de todo». «Yo pensaba que esta España ya no existía», comenta Jordi Évole, a lo que Rodrigo Cuevas responde con un clarificador «existe» para explicar que dentro de este «chigre» no importa «lo que pienses o quién eres, todos somos iguales y nos los estamos pasando bien». Esa diversión es, a su juicio, la que genera «vinculación emocional» a un territorio.

La respuesta a Miguel Bosé: «¿Cómo no saliste del armario hace 40 años?»

Durante la entrevista, Jordi Évole sondea a Cuevas sobre la «tendencia» de opinión que asegura que en la Transición había más libertades que en la actualidad, algo que el artista considera «mentira». En este sentido puso como ejemplo a Miguel Bosé, a quien lanzó una pregunta clara: «¿Cómo no saliste del armario hace 40 años?» El asturiano recuerda una entrevista de Bosé en El Hormiguero en la que relata como su padre le obligó a matar un ciervo y se pregunta si eso es «más libertad que educar a un hijo en una verdadera libertad». 

«Les jode que de repente haya gente que haya dicho "hasta aquí", ya no te vas a reir más de mí, ya no vas a poder hacer un chiste como hizo Martes y 13 de una mujer maltratada, pues claro que no porque no es de risa», defiende el artista asturiano.