A mediados de los años 50 surgía el Alpine, un pequeño vehículo de plástico, de peso ligero, que iba a cosechar infinidad de éxitos en competición. Nacido de la base del utilitario Renault 4cv, dejaría huella no solo por una conducción extrema sino por una imagen inconfundible e inmortal. Había nacido un peso pesado, pero con alma ligera.
La «Staff Week» cita en Esteiro a personal no académico de instituciones de Argelia, Bulgaria, República Checa, Alemania, Grecia, Italia, Rumanía y Eslovenia