«Subir al Everest con oxígeno es algo parecido a correr el maratón en moto»
Chus Lago, montañera Cuando el 26 de mayo de 1999 Chus Lago pisó la cima del mundo se dijo «ya está. Me ha costado mucho, pero he cumplido mi sueño. Es hora de enfrentarme a una vida normal -casa, trabajo, familia...- para siempre». Se mintió descaradamente. La prueba es que ya ha empezado la cuenta atrás de su próxima expedición, que iniciará en julio. Su objetivo es pisar la cumbre del Comunismo (7.500 metros), en Tajikistán. Es un primer paso para hacerse con el «Leopardo de las nieves», un título que avala que se han escalado las cinco montañas más altas de la antigua Unión Soviética. Lo dicho, De punto y final, nada de nada. Sin embargo, lo que quita el sueño estos días a Chus Lago es la inminente presentación de su primer libro, «Everest. Fuera de la tierra», en el que narra la emocionante experiencia que le permitió entrar con mayúsculas en la historia del montañismo mundial.