Para ella, la vida era lo que pasa entre abrazo y abrazo. Entre beso y beso. Y eso transmitió a sus hijas, a la que se marcha con ella y a la que se queda aquí para que sigamos viendo a su madre en sus ojos
Se conocieron a los 15 y ya no se separaron. Él de Ortigueira y ella de Agualada, vivieron la emigración y construyeron una familia que hoy llora el doble fallecimiento