El Vaticano abandona la mesa negociadora en Venezuela

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

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La oposición retoma el lunes las manifestaciones contra Maduro

20 ene 2017 . Actualizado a las 08:07 h.

El diálogo político entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana, que nació torcido hace tres meses, está a punto de quedar sin efecto después de que el mediador que ambas partes aceptaban, el cardenal Claudio María Celli, enviado del papa Francisco, anunciara que no viajaría al país a retomar las conversaciones en una carta suscrita por Aldo Giordano, nuncio apostólico en Caracas.

Será el propio Giordano el que asuma el rol de mediador entre el chavismo y la oposición, posibilidad que fue descartada por la Mesa de la Unidad Democrática: «Comprendemos las razones que llevan a la Santa Sede a no enviar al delegado papal a Venezuela. Tales razones están dibujadas en las cuatro demandas al Gobierno venezolano, contundentes y aún insatisfechas, plasmadas en la carta del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, del 1 de diciembre de 2016».

El miércoles, Maduro exigió a la oposición un «diálogo sin condiciones» en aparente respuesta a rumores que se habían dejado correr desde la jerarquía católica venezolana, según los cuales Celli solo reasumiría su rol de mediador si el Gobierno aceptaba un pliego de 21 exigencias, que incluían un compromiso con lo que se firmara en la mesa de diálogo y un plazo para cumplirlo.

Tanto Parolin como la oposición señalan que Maduro ha incumplido con el respeto a la Asamblea Nacional y la liberación de presos políticos, compromisos a los que accedió al abrir el diálogo. A su vez, el chavismo acusa a la oposición de no acatar las sentencias del Tribunal Supremo designado a toda prisa por el Parlamento anterior y que en la práctica han anulado a la actual legislatura.

La oposición, además, ha pagado un alto costo político en críticas de sus seguidores por sentarse a negociar en un momento en el que el Gobierno de Maduro parecía a punto de colapsar por las protestas ciudadanas y políticas y que ahora se ha fortalecido.

La agenda de protestas opositoras se retomará el 23 de enero, con manifestaciones en todo el país para conmemorar los 59 años de la caída del último dictador formal de Venezuela, Marcos Pérez Jiménez.

El chavismo optó por llevar al guerrillero de la década de los 60 Fabricio Ojeda al Panteón Nacional en una «manifestación cívico-militar». Una decisión que debió haber avalado el Parlamento, pero que Maduro hará efectiva en virtud de un «decreto de emergencia económica» que le ha aprobado en seis oportunidades el Supremo, de forma claramente inconstitucional, y que le ha permitido gobernar por decreto desde que perdió la mayoría en el poder legislativo.