La OMS busca su bombona de oxígeno

Laura García del Valle
LAURA G. DEL VALLE REDACCIÓN / LA VOZ

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Representantes de 194 países eligen hoy al que será su nuevo director general; lo hacen en la asamblea anual, cuyo tema central será la resistencia a los antibióticos

23 may 2017 . Actualizado a las 07:31 h.

Los esbozos de las directrices que a partir de ahora tomará la Organización Mundial de la Salud (OMS) se deciden hoy en Ginebra. La 70 edición de la Asamblea Mundial de la Salud, que comenzó ayer y durará hasta el día 31 tiene este año un calado más hondo del habitual. A lo largo de esta jornada, representantes de los 194 países miembros decidirán entre el etíope Adhanom Ghebreyesus, el británico David Nabarro o la pakistaní Sania Nishtar para estar al frente de este organismo, una vez la doctora Margaret Chan diga adiós definitivamente a su cargo de directora general de la OMS en julio. Un puesto en el que ha estado diez años y que le ha pasado factura en momentos clave de su mandato. Tal situación no pasará inadvertida estos días en Ginebra, cuando se analice el papel de la OMS en «actividades de emergencia».

La gestión del ébola en el 2014 fue, sin duda, una de las cuestiones más polémicas, llegando el organismo a calificar parte de su trabajo como «incompetente». Tuvo que dar explicaciones también cuando, en el 2010, el escándalo se cernía sobre la OMS al descubrirse que expertos en gripe A de la agencia se lucraban económicamente de farmacéuticas. La última mancha de la agencia salía a la luz hace solo dos días, con la publicación del gasto que la OMS realiza en viajes, mucho más del que invierte en problemas de salud pública como el sida, la tuberculosis o la malaria, y ha sido el revulsivo definitivo para que cobre especial sentido que los discursos de los candidatos se centren en una futura labor transparente.

La de este año será la asamblea más larga hasta la fecha y la más grande en número de delegados, ya que más de 4.000 representantes de los 194 países miembros participarán en una cita en la que se abordarán más de mil páginas de documentación. No será en balde, pues debatirán sobre el tema central de la próxima década para este organismo: la preocupante aparición de superbacterias, inmunes a los fármacos conocidos que, se estima, matarán a 10 millones de personas cada año a partir del 2050 y que, en países como España, se han multiplicado por el uso irresponsable de antibióticos.

Otro de los asuntos clave será la reacción de la OMS al acceso a la sanidad de los refugiados e inmigrantes. También se analizará la respuesta global a los vectores, protagonistas de las últimas grandes epidemias como el zika o la fiebre amarilla. 

David Nabarro. Asesor y Doctor (Reino Unido)

Vinculado a Naciones Unidas desde hace un decenio -hasta la fecha dirige la respuesta de la ONU ante el cólera en Haití-, este médico británico de 67 años se postula como el candidato favorito para dirigir la OMS. Describe su estilo de liderazgo como «inclusivo y responsable». 

Nabarro ha comentado que, de asumir el cargo el próximo 1 de julio, día que la directora saliente, Margaret Chan se despedirá definitivamente de su cargo, establecerá una «red de alianzas» con otros organismos apoyándose en los contactos logrados durante su carrera. Un arma de doble filo, según sus oponentes, que creen que alguien que ya está dentro de la entidad tendrá poco criterio para establecer las reformas que la OMS necesita. ¿Su principal objetivo? «Que la gente alcance el nivel más alto posible en materia de salud y que este sea un medio para conseguir la paz».

Sania Nishtar. Cardióloga (Pakistán)

Dicen de ella que su formación como cardióloga, científica y líder de pensamiento en la esfera de la salud pública son la combinación perfecta para impulsar la reforma de la OMS. Nishtar, de 54 años, ha sido asesora en este organismo en una docena de ocasiones y copresidenta de la comisión para acabar con la obesidad infantil. Reconocida investigadora, ha publicado seis libros y fue autora del primer plan de reforma del sistema sanitario de Pakistán y el primer compendio de estadísticas sanitarias de su país. 

La visión de la pakistaní para la agencia sanitaria de Naciones Unidas es una en la que el organismo «recupere la confianza del mundo». «Bajo mi liderazgo, la OMS será transparente y rendirá cuentas en todas las áreas de trabajo», afirma en uno de sus «compromisos públicos» incluidos en su web, y en los que deja claro que la efectividad es su sello.

Adhanom Ghebreyesus. Exministro (Etiopía)

Envuelto en la polémica, se le están complicando las cosas a este exministro de Sanidad de Etiopía. Un centenar de manifestantes del país del este de África protestaron ayer ante la sede de la ONU en Ginebra contra Adhanom Ghebreyesus, acusándolo de ocultar epidemias de cólera cuando era titular en el Gobierno. No obstante, se presenta al más alto cargo de la OMS como una persona que fue capaz de transformar las políticas sanitarias de su país, aunque las críticas por ser cercano al núcleo duro del régimen etíope -acusado de violaciones y de represión política- merman sus opciones de sustituir a Chan. 

Según lo que argumenta este doctor en su web, si consigue alzarse como director general de la OMS, tendrá como prioridades «la salud de mujeres y niños» y apoyará a las autoridades «para que comprendan los efectos del cambio climático». 

Dardos contra los antivacunas en la primera jornada de la asamblea

Italia puso las cartas sobre la mesa hace unos días obligando a los padres a vacunar a sus hijos y barajando la posibilidad de sancionar a aquellos que no cumplan el calendario establecido. Ayer, la todavía directora de la OMS, Margaret Chan, hizo lo propio y criticó duramente a los objetores de las vacunas en Europa y Estados Unidos.

«Los recientes brotes de sarampión no debieron haber ocurrido nunca», dijo Chan en Ginebra. A raíz de ello, los virus fueron llevados a muchos otros países. «Negarse a las vacunas es una de las razones por las que el enorme potencial de la vacunación aún no pudo concretarse en su totalidad», añadió. El asunto de la vacunación se encuentra en el orden del día de las próximas jornadas.

Reconocen que la gestión ante la crisis del ébola fue «demasiado lenta»

La directora general saliente de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, se despidió ayer públicamente del cargo que ha ocupado durante los últimos diez años asumiendo que la no fue lo eficiente que debería haber sido en la reacción a la epidemia de ébola en África occidental. «La OMS fue demasiado lenta en reconocer que el virus, durante su primera aparición en África occidental, se comportaría de forma muy diferente que durante los pasados brotes en África central, donde era un virus raro pero familiar y donde las medidas de contención funcionaban», afirmó Chan en su discurso.

La epidemia de ébola en África occidental fue, precisamente, el peor fracaso de la directora china durante todo su mandato, cuando la lenta reacción de la institución hizo que el brote se convirtiera en una epidemia que acabó matando a más de 11.000 personas y diezmó tres frágiles países, Guinea, Liberia y Sierra Leona. Tras el discurso de Chan, en el que hizo un repaso de su trayectoria, recordó a los miembros de la OMS que lo importante son las personas, no las cifras. 

Cuarta muerte en el Congo

Mientras tenía lugar la cumbre en Ginebra, la OMS confirmaba un cuarto caso de muerte, posiblemente por ébola, en el Congo, y ha señalado que la cifra total de posibles contagiados se sitúa ya en 37, ocho más que en el anterior balance, de hace escasamente una semana.