Corea del Norte exige a Trump más prudencia y moviliza tropas y misiles

SARA R. ESTRELLA PEKÍN / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

El presidente chino pidió por teléfono al estadounidense moderación en sus actos

13 ago 2017 . Actualizado a las 09:50 h.

Dos días después de que Donald Trump endureciese sus advertencias contra Corea del Norte, el régimen de Kim Jong-un pasó este sábado al ataque, eludió escuchar las peticiones del magnate y exigió al presidente estadounidense que «hable y actúe con prudencia» si no quiere que «el imperio americano se enfrente a su condena final». Lejos de apaciguarse, el combate dialéctico sigue subiendo de nivel con un nuevo cruce de amenazas. Piongyang aseguró que están listos para cualquier tipo de conflicto.

Esta respuesta se produjo a través de un comunicado que publicó la agencia oficial de noticias norcoreana, (KCNA). «Últimamente, el presidente y otra gentuza de Estados Unidos están anunciando una opción militar contra Corea del Norte», indicó el texto que añadió que «mientras tanto, introducen grandes activos nucleares estratégicos en la península coreana», en referencia a los cazabombarderos B-1B que a principios de semana fueron desplegados desde Guam.

Horas antes de ese mensaje de Piongyang, el presidente chino pidió contención a Trump en una conversación telefónica. Según hizo público la prensa oficial china, Xi Jinping dijo a su homólogo norteamericano que «las partes implicadas (en alusión a Estados Unidos y a Corea del Norte) deben evitar declaraciones y acciones que aumenten la tensión». Xi aseguró además que China «está dispuesta a trabajar con EE.UU. para resolver la cuestión».

Por su parte, la Casa Blanca informó que durante esa conversación «Trump y Xi acordaron que Corea del Norte debe detener su comportamiento provocativo y su escalada de tensión» y «reiteraron su compromiso mutuo para desnuclearizar la península de Corea». Este consenso resulta especialmente significativo, ya que meses antes Trump había criticado a Pekín repetidamente por «no hacer nada» para resolver ese conflicto y había llegado incluso a amenazar a Pekín con restricciones comerciales.

Trump no parece dispuesto a retroceder en su tono belicoso, a pesar de las numerosas críticas que está recibiendo desde el Pentágono. Tras la contestación de Kim Jong-un, el presidente estadounidense aprovechó una llamada de Emmanuel Macron para reiterar su amenaza: «Estados Unidos, con sus aliados, está listo a poner en marcha una completa gama de medidas diplomáticas, económicas y militares» para poner fin a la amenaza nuclear norcoreana, señaló

Mientras, fiel a su estilo, el régimen norcoreano moviliza a su población a través de la propaganda bélica. Según el diario Rodong Sinmun, desde el 7 de agosto, justo después de la aprobación de las duras sanciones de la ONU, 3.475.000 de jóvenes y de soldados retirados han pedido alistarse en el ejército para enfrentarse a Estados Unidos. «Todo el mundo se está levantando por todo el país para tomar represalias» contra Washington.

Corea del Norte tiene una población casi 25 millones de habitantes, de ellos más de un millón están alistados en el ejército. Desde el pasado miércoles, la propaganda oficial del régimen distribuye imágenes de enormes manifestaciones en la plaza Kim Il-sung de Piongyang, escenario de los grandes desfiles de la dictadura, con miles de personas apoyando a su líder y condenando las sanciones de la ONU.

La amenaza del régimen norcoreano de lanzar cuatro proyectiles hacia la isla de Guam ha hecho saltar todas las alarmas en la región. Japón anunció este sábado que ha desplegado un escudo antimisiles en las tres prefecturas por las que, según el plan que especificó Piongyang, sobrevolarán los proyectiles en dirección al estratégico enclave del Pacífico.

Expertos opinan que Piongyang busca una negociación

Robert Carlin, experto en Asia e investigador de la Universidad de Stanford, Corea del Norte lleva desde julio dando señales sobre su postura negociadora. Según Carlin, los medios han obviado partes de unas declaraciones de Kim Jong-un del pasado 4 de julio, cuando Piongyang probó un nuevo misil intercontinental, repetidas esta semana por el ministro de Exteriores norcoreano, Ri Yong-ho. Estas señalan que Corea del Norte nunca negociará su desarrollo balístico y nuclear, «a no ser que se acabe la política hostil de EE.UU. y la amenaza nuclear contra Corea del Norte».

La crisis retórica se inició cuando medios estadounidenses revelaron que Corea del Norte había conseguido una ojiva nuclear lo bastante ligera para ser lanzada en un misil intercontinental. Según Fred Fleitz, vicepresidente del conservador Center for Security Policy, probablemente esta filtración fue autorizada por el Gobierno de Trump para forzar a Kim a negociar sobre sus ambiciones nucleares, ya que la posibilidad de que Piongyang hubiera construido una ojiva nuclear se sabía desee el 2013.

Según Susan DiMaggio, investigadora de New America Foundation, la estrategia de Estados Unidos es dual: «aplicar máxima presión y mantener contactos» con Corea del Norte. DiMaggio asegura que ha facilitado las primeras conversaciones entre funcionarios del equipo de Trump y Corea del Norte, algo que comenzó en Oslo (Noruega) en mayo del 2017, canalizadas con la cooperación de la ONU y China.