El Gobierno encadena errores tras el colapso de la autopista

f. b. MADRID / LA VOZ

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Esto fue lo que falló antes y después de la nevada que provocó el caos en la AP-6

10 ene 2018 . Actualizado a las 08:10 h.

A la espera de que el Ministerio de Fomento recabe toda la información que permita arrojar más luz respecto al caos circulatorio registrado el pasado fin de semana en la AP-6, lo que sí parece claro es que la actuación por parte de la concesionaria y de los ministerios de Fomento y de Interior ha dejado mucho que desear, resultado de varios errores en cadena que comprenden desde las horas previas a que se organizase la ratonera hasta este martes.

Previsión

El origen de todo. Todos los partes meteorológicos apuntaban a una gran nevada en la zona durante la noche de Reyes; sin embargo, resulta evidente que no se les prestó la atención oportuna para realizar las tareas de acondicionamiento en la vía.

Comunicación

Alertas insuficientes. La DGT alertó sobre el mal estado de la AP-9 debido a las inclemencias meteorológicas a través de su canales habituales, pero es incuestionable que falló la comunicación con al menos las 3.000 personas que quedaron atrapadas en la nieve, y, sobre todo, con la concesionaria, que debió haber cortado el acceso a la autopista en el mismo instante en el que empezaba a complicarse la circulación en la principal vía de comunicación entre Madrid y el noroeste.

Actuación

Salvados por la UME. Una vez que los miles de conductores quedaron atrapados en la nieve y el hielo, la actuación de las autoridades competentes también dejó mucho que desear. La mayoría de los afectados consultados denuncian una absoluta falta de información y consideran que quedaron abandonados a su suerte, a temperaturas bajo cero y sin agua ni comida. Así permanecieron hasta que a partir de las tres de la madrugada los efectivos de la Unidad Militar de Emergencia comenzaron a aliviar la situación llevando a cabo tareas de rescate y limpieza para que pudiesen acceder los quitanieves.

respuesta

La guinda. Fallaron los responsables de gestionar el tráfico en la vía y de garantizar la seguridad de los conductores (se trata de uno de los principales nudos de comunicación de toda la Península, y no de una carretera secundaria en la cumbre de un puerto de los Pirineos), pero es probable que lo que más indignó a las familias atrapadas fue comprobar como se encadena torpeza tras torpeza por parte de las autoridades a la hora de ofrecer explicaciones. En un primer momento no se dudó en señalar a los conductores, acusados de temerarios y de poco previsores por no llevar cadenas. Posteriormente se suavizó el mensaje contra ellos y el Gobierno descargó toda la responsabilidad en la concesionaria, a la que incluso acusó de cobrar una elevada tarifa por ofrecer unos servicios que no había prestado. El colmo fue el irónico mensaje de este martes de Gregorio Serrano.