La UE acuerda la creación voluntaria de centros para inmigrantes en sus países

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Jean-Claude Juncker, tras una noche de negociaciones
Jean-Claude Juncker, tras una noche de negociaciones OLIVIER HOSLET | EFE

En estos centros se separará a los refugiados, con derecho a permanecer en los Veintiocho, de los inmigrantes económicos, que serían devueltos a sus países de origen

29 jun 2018 . Actualizado a las 13:15 h.

Los líderes de la Unión Europea (UE) alcanzaron esta madrugada un acuerdo para crear de forma voluntaria en los Estados miembros centros «controlados» para separar a los refugiados, con derecho a permanecer en los Veintiocho, de los inmigrantes económicos, que serían devueltos a sus países de origen.

Por tanto, cuando las personas lleguen al territorio comunitario serán internadas en esas instalaciones hasta decidir si se les otorga el estatus de protección o no.

La reubicación de los refugiados desde esos centros a diferentes Estados miembros también será voluntaria para los Veintiocho.

«En el territorio de la UE, quienes son salvados (del mar), de acuerdo con el Derecho Internacional, deben ser atendidos, sobre la base de un esfuerzo conjunto, mediante su traspaso a centros controlados establecidos en Estados miembros, solo de forma voluntaria, donde un procesamiento rápido y seguro permitiría, con total apoyo de la UE, distinguir entre irregulares y refugiados», dicen las conclusiones.

Con respecto a las plataformas de desembarco en países terceros, los líderes se muestran más imprecisos.

«El Consejo Europeo pide al Consejo (de la UE) y a la Comisión explorar rápidamente el concepto de las plataformas de desembarco regional, en estrecha cooperación con países terceros relevantes, así como con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones», afirman los jefes de Estado y de Gobierno.

Añaden que esas plataformas deberían operar «distinguiendo situaciones individuales, con total respeto del Derecho Internacional y sin crear un efecto llamada».

Los Veintiocho no hicieron menciones directas a países, pues esos Estados deben antes dar su consentimiento a la instalación de esas infraestructuras en sus territorios.

Ante el reciente incremento de las llegadas por el Mediterráneo Occidental, los líderes señalan que la Unión Europea «apoyará financieramente y de otras formas todos los esfuerzos de los Estados miembros, especialmente España, y países de origen y tránsito, en particular Marruecos, para prevenir la inmigración ilegal».

Asimismo, tras lo sucedido con el barco de la ONG alemana Lifeline, recalcan que todas las naves que operan en el Mediterráneo «deben respetar las leyes aplicables y no obstruir las operaciones de los guardacostas libios».

Además, piden esfuerzos adicionales para implementar el acuerdo migratorio con Turquía y se comprometen a transferir 500 millones de euros al fondo fiduciario de la UE para África e instan a los países a realizar aportaciones adicionales.

Sobre los movimientos secundarios, aquellos que se realizan a países como Alemania desde los Estados miembros a los que llegan los demandantes de asilo, dicen que «ponen en riesgo la integridad del Sistema Común Europea de Asilo y Schengen», y exigen a los países tomar medidas legislativas y administrativas para frenar esos movimientos.

En cuanto a la reforma del sistema de asilo europeo, las conclusiones destacan el progreso logrado en los últimos meses.

La reunión comenzó a las 15.00 hora local (13.00 GMT) y se prolongó durante más de trece horas, nueve de las cuales se dedicaron al debate migratorio, bajo la amenaza de un posible veto de Italia y las reticencias del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia).

De hecho, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, decidió bloquear todas las conclusiones de la primera jornada de la cumbre hasta alcanzar un acuerdo satisfactorio para el país transalpino en materia de inmigración, pues se necesita la unanimidad de los Veintiocho socios de la UE para aprobarlas.

En la primera sesión de trabajo se abordaron los avances en las políticas de seguridad y defensa, la situación del comercio global tras la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, el marco financiero plurianual para el periodo 2021-2027 y el derribo del avión MH17 en el este de Ucrania en 2014.

Los líderes de la UE, por otra parte, acordaron prolongar seis meses más las sanciones económicas a Rusia por su papel en la crisis separatista en el este de Ucrania y por no haber aplicado suficientemente los acuerdos de paz de Minsk.

Fuentes europeas indicaron que había acuerdo entre el resto de Estados para aprobar las conclusiones sobre estos puntos y que, a la vista del bloqueo italiano, los líderes debatieron durante más de 30 minutos el procedimiento que se podía seguir en ese caso.

A su salida de la reunión, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo que «Italia ya no está sola», y, con rostro victorioso, con el borrador de conclusiones en mano, se mostró satisfecho ante los medios de comunicación.

También hizo una lectura positiva del pacto alcanzado y las medidas de «solidaridad» el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien dijo que «no es el mejor de los acuerdos, pero es importante y camina en la dirección de dar una respuesta europea a un desafío europeo como la inmigración».

Igualmente, tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como la canciller alemana, Angela Merkel, destacaron la solución europea encontrada, un acuerdo que en el caso de Alemania la jefa de su Gobierno confía en que convenza a sus socios de Gobierno.