Austria amenaza con cerrar la frontera si Alemania le devuelve inmigrantes

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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Bernd von Jutrczenka | DPA

Los socialistas aún no saben si darán luz verde al acuerdo entre Merkel y Seehofer

04 jul 2018 . Actualizado a las 07:52 h.

«Consenso ficticio». Así se refería este martes el influyente Der Spiegel al acuerdo migratorio que habían alcanzando la noche anterior los partidos que conforman la bancada conservadora alemana, la CDU de Angela Merkel, y la CSU bávara del ministro del Interior, Horst Seehofer. Un pacto que prevé construir edificios cerrados en la frontera con Austria para alojar a todos aquellos inmigrantes que se hayan registrado en otro país antes de continuar su travesía hasta Alemania.

Pero los llamados «centros de tránsito», responsables también de las devoluciones de inmigrantes, no acaban definitivamente con la lucha de poder que libran desde hace tres años Merkel y su socio más a la derecha en el Gobierno. Y lo que es peor, tampoco solucionan la crisis migratoria, que solo se trasladará de un Estado a otro del continente.

De hecho, el canciller austríaco no tardó en criticar el acuerdo y amenazó con blindar su frontera si su vecino sigue adelante con sus planes. «No estamos dispuestos a firmar pactos con Berlín que vayan en contra de los intereses de Austria», declaró ayer el conservador Sebastian Kurz, antes de recibir a Seehofer el jueves en Viena. Lo que está pasando en Alemania demuestra que «una Europa sin fronteras internas solo es posible con fronteras externas que funcionen», advirtió el jefe del Ejecutivo austríaco, que acaba de asumir la presidencia del Consejo Europeo con la promesa de garantizar la seguridad ciudadana y luchar contra la migración ilegal. «Es obligación del Gobierno evitar desventajas para Austria y su población», subrayó por su parte el vicecanciller y líder del partido ultraderechista FPÖ con el que gobierna Kurz, Heinz Christian Strache.

Las dudas del SPD

Para poder implementar el acuerdo, Berlín necesita el visto bueno del tercer socio de la gran coalición, el SPD, que ya expresó algunas dudas. «Quedan muchas cuestiones por esclarecer», afirmó la jefa socialdemócrata, aliviada después de que en el último minuto la bancada conservadora lograra poner fin a una disputa que podría haber terminado con la ruptura del Gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones. Entre esas cuestiones que preocupan a los socialistas está el término «centros de tránsito», que Andrea Nahles rechazó tras reunirse con su grupo parlamentario.

Más duro fue el representante del ala izquierdista de la formación, el líder de las juventudes socialistas, al recordar que el SPD ya se opuso en 2015 a la creación de campos cerrados. «Da igual si se ubican en el norte de África, en las fronteras exteriores europeas o en Passau», la ciudad bávara fronteriza con Austria, señaló Kevin Kühnert. «Sinceramente, que alguien explique cómo se supone que va a funcionar esta extraña construcción. Impracticable y totalmente en la línea de la ultraderechista AfD», valoró por su parte Aziz Bozkurt, presidente del grupo de trabajo sobre inmigración de los sociademócratas.

Lo cierto es que todos los partidos de la oposición criticaron el acuerdo. Incluido Jörg Meuthen, de la formación xenófoba, quien aseguró que lo pactado no servirá para acelerar las expulsiones en el país. «Seehofer solo ha recibido cheques en blanco de la CDU», insistió el líder de AfD, fuerza que tras capitalizar el creciente rechazo a la llegada de inmigrantes se coronó tercera en las elecciones generales de septiembre y aspira a quedar segunda en los comicios regionales de Baviera el próximo octubre. De ahí que la CSU, temerosa de perder la mayoría absoluta en su bastión, haya presionado para endurecer el asilo. Hasta el punto de organizar un circo político que casi le cuesta su cabeza y la de la canciller.