La Comisión de Expertos del Valle de los Caídos recomendó reubicar los restos de Primo de Rivera

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El fundador de Falange fue víctima de la contienda tras ser ejecutado en noviembre de 1936, pero ocupa una posición preferente ante el resto de inhumados

24 ago 2018 . Actualizado a las 14:26 h.

Los restos de Francisco Franco abandonarán el Valle de los Caídos. El Consejo de Ministros anunció este viernes la aprobación del real decreto ley que inicia los trámites para la exhumación del dictador, que deberá ser refrendada por mayoría simple en el Congreso de los Diputados.

La Basílica recibió los restos de Franco el 23 de noviembre de 1975, 36 años después del fin de la Guerra Civil. La Comisión de Expertos para el Futuro del Valle de los Caídos, creada por el Consejo de Ministros del 27 de mayo de 2011, entregó un informe a Presidencia en noviembre de ese año en el que recogía la «incongruencia» de enterrar al dictador en el templo. Según explica el documento, el «sentido primitivo» de la construcción del Valle de los Caídos era acoger, únicamente, los restos de fallecidos durante la contienda.

Preguntada por el futuro de los restos de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange y acompañante de Franco en la sepultura del templo, la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo explicó que «su permanencia está justificada» por ser una víctima de la contienda. «Vamos a ir a lo urgente: exhumar los restos de Franco», zanjó la ministra.

El primogénito del dictador Miguel Primo de Rivera fue ejecutado el 20 de noviembre de 1936, cinco meses después del inicio de la guerra. Los restos del falangista fueron trasladados a la basílica desde el monasterio de El Escorial en 1959, año en el que se inauguró el monumento, junto a otras 11.328 víctimas mortales del conflicto. A partir de ese año, y hasta 1983, el Valle de los Caídos se convirtió en el mayor cementerio de la Guerra Civil con 33.847 cadáveres inhumados, según los datos del registro que constan en Patrimonio, aunque el informe de expertos advierte de que el número podría ser superior.    

Un decreto ley aprobado en 1957 establecía que el espacio serviría de «magno documento destinado a perpetuar la memoria de los Caídos en la Cruzada de Liberación», en referencia a las filas del bando sublevado, aunque terminaron por acogerse también restos de soldados republicanos ejecutados en zonas de retaguardia y que habían sido depositados en fosas comunes. 

El informe indica que «toda víctima es víctima, independientemente del campo en que se halle». Los expertos reclaman la «igualdad y centralidad de las víctimas», lo que cuestiona la permanencia de Primo de Rivera en su actual sepultura, frente al altar mayor del templo. «A juicio de esta Comisión, esta ubicación preferente quiebra el igual tratamiento debido a los restos de todas las personas allí enterradas», subraya la comisión. 

En el apartado de recomendaciones, los analistas reconocen las «dificultades de revertir la situación» de las sepulturas de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. Sobre el dictador, sugiere trasladar los restos al lugar que designe la familia o a un lugar que el Gobierno considere «digno y más adecuado». En el caso del fundador de Falange, la comisión entiende que su cuerpo «no debe ocupar un lugar preeminente en la Basílica» dada la «igual dignidad de los restos de todos los allí enterrados».

Otra de las advertencias del informe es que «el Gobierno que estime oportuno» el traslado de los restos, deberá hacerlo con la «dignidad que requiere la inhumación de un Jefe de Estado». En esta línea, pide que el traslado de los restos se debata en el Congreso para contar «con el más amplio consenso parlamentario», un marco alejado del actual.