El endurecimiento de las hipotecas sobrecargará el mercado del alquiler

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

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MARCOS MÍGUEZ

Las inmobiliarias dan por hecho que las mayores barreras de acceso disuadirán a muchos potenciales compradores

05 nov 2018 . Actualizado a las 07:57 h.

Aunque las cifras no tienen nada que ver con las de la época de la burbuja, hace ya un par de años que el mercado de la vivienda escapó del tobogán de la crisis y escala la curva de la recuperación. Lo refrendan todas las estadísticas: tanto las de compraventas (que crecieron más de un 11 % hasta agosto respecto al mismo período del año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística) como las de precios (con un alza de cerca del 5 % interanual en el mercado de la propiedad, según la tasadora Tinsa, y por encima del 12 % en el de alquiler, según el portal Idealista).

¿Puede la decisión que hoy tome el Supremo sobre el impuesto de las hipotecas provocar alguna turbulencia en esa recuperación? Las inmobiliarias gallegas creen que la tendencia es sólida y no descarrilará, aunque el presidente de la patronal gallega del sector, Benito Iglesias, admite que el parón en la firma de préstamos, a la espera de la decisión final del alto tribunal, provocará una caída puntual en las cifras de compraventa en octubre y noviembre, que confía se compensará en las últimas semanas del año.

Eso para las operaciones que ya están apalabradas y solo pendientes de firmar ante notario. Otra cosa distinta, reconoce, es lo que puede pasar a partir de que se haga efectivo el nuevo criterio sobre el impuesto, que Iglesias da por hecho que tendrá que pagar la banca. Si se confirma este extremo, al margen de la cuestión de la retroactividad, el presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliaria da por hecho que se va a producir un encarecimiento de los préstamos y, lo que es peor, un endurecimiento de los requisitos de concesión, «lo que hará que muchas personas, sobre todo jóvenes, no puedan acceder a la vivienda en propiedad, porque los salarios son los que son». Pone como ejemplo lo que pasa con algunas modalidades de vivienda de protección oficial, en las que los bancos no financian la adquisición por los bajos niveles de renta de los potenciales compradores, que no cumplen sus ratios de ingresos sobre endeudamiento.

Si las hipotecan se encarecen, razona Iglesias, habrá gente que no pueda optar a ella o, al menos, no a la cantidad que tenía pensado solicitar. «Y eso provocará que, si no pueden comprar la vivienda que quieren o, al menos, una que se ajuste a sus gustos, muchos opten por permanecer en el mercado del alquiler», provocando una reducción de la ya constreñida oferta de inmuebles y una subida de los precios, que en los últimos meses empezaban a dar señales de enfriamiento. 

Un mercado muy fragmentado

Un diagnóstico que, matiza, solo es válido en las grandes ciudades y sus áreas de influencia, porque en el resto de la comunidad el mercado inmobiliario presenta un comportamiento mucho más plano, tanto en la compraventa como en el alquiler. Iglesias también apuntilla que la decisión del Supremo no tendrá efectos en una bolsa de compradores, muy numerosa en los últimos años, que cierran la compra de la vivienda sin recurrir a financiación bancaria, ya que se trata de pequeños ahorradores que invierten en ladrillo para buscar una rentabilidad mayor a su dinero que la que les ofrecen los bancos.

Y es que, según los datos del Consejo General del Notariado, de las 9.720 viviendas adquiridas en el primer semestre del año en Galicia, menos de la mitad de las operaciones iban vinculadas a la firma de una hipoteca. En concreto, un 44 %, con 4.259 préstamos destinados a la compra de casa (el número de créditos que toman la vivienda como aval es mayor, pero no todos ellos tienen como finalidad la adquisición del inmueble en sí), lo que indica que los gallegos siguen movilizando ahorro para invertir en ladrillo.