Al menos 34 muertos y 413 desaparecidos en Brasil al romperse tres presas de la empresa minera Vale

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro BRASILIA / CORRESPONSAL

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Organizaciones ecologistas, en el punto de mira del presidente Bolsonaro, tachan de crimen el suceso de Brumadinho

26 ene 2019 . Actualizado a las 23:48 h.

Recién regresado de su decepcionante participación en el Foro de Davos, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sobrevoló Brumadinho, la región del estado de Minas Gerais que ha quedado sepultada por millones de litros de residuos de la empresa minera Vale después de que tres de sus presas se rompiesen el viernes arrasando todo a su paso. «Es difícil no emocionarse», dijo el mandatario desde un helicóptero de las Fuerzas Aéreas. Más de 24 horas después, bomberos y servicios de rescate se afanan en buscar supervivientes del suceso, que ha dejado al menos 34 muertos y 413 desaparecidos después de haber encontrado a medio centenar. Pero la huella del suceso de Brumadinho, que las organizaciones medioambientales califican de crimen, será un inesperado test para las políticas de Bolsonaro sobre la ecología y el cuidado del patrimonio natural de Brasil.

«Es algo que no se nos puede achacar a nosotros», se apuró a decir el vicepresidente, general Hamilton Mourão, cuando Bolsonaro aún estaba en Suiza. Parece pronto para pedir responsabilidades por la rotura de las presas de Vale, la segunda en tres años después de la tragedia de Mariana, un suceso similar con 19 muertos y también en el estado de Minas Gerais. Aquel suceso sigue su largo proceso judicial, con 22 encausados y ninguna condena. Una de las cosas que dijo Bolsonaro en Davos fue que «Brasil es uno de los países que más cuida el medio ambiente». El ultraderechista fue criticado por difuminar el ministerio de Medio Ambiente dentro del de Agricultura, sometido a fuertes presiones de grandes terratenientes. Bolsonaro también manifestó su intención de acabar con organizaciones ecologistas en Brasil. «Esto es una tragedia, pero no un accidente. Un desastre de estas proporciones puede y debe evitarse con leyes que garanticen la seguridad de las comunidades y de la naturaleza», dijo en un comunicado WWF-Brasil. «Por desgracia, hay un gran lobby en el congreso que pide flexibilizar las licencias medioambientales. Trabajaremos para que estos crímenes no sucedan más» apuntaló Greenpeace.

El Registro Nacional de Presas de la Agencia Nacional de Mineración, con datos del 2016, hablaba de un «riesgo bajo»para las construcciones que se han desplomado en Brumadinho. Ahora, la justicia de Minas Gerais ha congelado 450 millones de euros de la privatizada Vale en previsión de indemnizaciones. Mientras, el Gobierno ha designado dos gabinetes de crisis, donde Bolsonaro debatirá con los militares las actuaciones pertinentes. «Infelizmente aumentará el número de muertos» dijo el presidente brasileño, antes de anunciar que usará tecnología cedida por Israel para las tareas de rescate.