«Una pareja sin sexo es una amistad»

Álvaro Soto MADRID | COLPISA

ACTUALIDAD

Frank Tallis, psicoterapeuta y escritor, recopila historias curiosas de amor y deseo en «El romántico incurable»

04 feb 2019 . Actualizado a las 11:43 h.

«En mi diván se sientan muchos pacientes que sólo cuando comienzan a derramar lágrimas se muestran sinceros y abiertos», asegura Frank Tallis, psicoterapeuta y escritor, que ha recopilado en el libro El romántico incurable. Historias de locura y deseo (Atico de los Libros) los testimonios más curiosos escuchados en su consulta. Heredero de la larga tradición de científicos (Sigmund Freud, Oliver Sacks) que ponen un rostro humano a su disciplina, Tallis es también autor de ficción.

-¿El amor se puede aprender, como si fuera una asignatura del colegio?

-Muchas veces concebimos el amor como un proceso que sigue un orden natural, pero conocer cómo funciona nos ayudaría a entender los problemas que acarrea.

-Usted dice en el libro que el 10 % de los asesinatos tienen su origen en los celos y también asegura que los celos están grabados en los genes.

-Los seres humanos, especialmente los hombres, somos celosos por naturaleza. La evolución ha dado forma a los celos. En teoría, los hombres nunca pueden saber con el 100% de seguridad que un hijo es suyo y los celos sexuales hacia la pareja se explican en que nuestros antepasados no podían invertir recursos, tiempo o alimento en criar a un hijo de otra persona. Si el hijo no era suyo, estaban perdiendo el tiempo porque no estaban propagando sus genes. Esa es la razón por la que los hombres son más sensibles al engaño y a la infidelidad sexual. En cualquier caso, conocerlos mejor es una buena estrategia para controlarlos.

-También el amor a primera vista está determinado por los genes...

-Resulta sorprendente la cantidad de parejas que comenzaron con un amor a primera vista y que duran en el tiempo. El origen también es genético: al principio, cuantas más parejas tuviéramos, más posibilidades teníamos de que nuestros genes sobrevivieran y las personas atractivas y bellas lo son porque nos parecen más adecuadas para perpetuar nuestros genes. Elegir a nuestra pareja por un amor a primera vista o por su belleza no debería ser garantía de nada, pero es cierto que estas parejas pueden ser exitosas.

-¿Por qué se sufre tanto durante el duelo tras una ruptura?

-La causa está en las creencias románticas. Nos han hecho creer que sólo existe una persona a la que estamos destinados a amar para siempre y cuando esa supuesta persona que es única nos abandona, la sensación es tremenda. Tener unas expectativas más realistas ayuda a evitar esta pena y también, entender que las personas no tenemos relaciones con ideales, sino con seres de carne y hueso.

-Usted explica que el amor romántico se remonta a los musulmanes que estaban en España, que hablaban de un amor sobrenatural cuando se referían a Dios. Pero esa idea la tomaron primero los trovadores de la Edad Media y después los románticos y la convirtieron en un amor entre humanos. ¿La literatura y el cine tienen la culpa de unas expectativas demasiado elevadas respecto al amor?

-El daño que esta tradición romántica ha hecho a las relaciones es enorme. El amor romántico nos promete la felicidad eterna, como experimentar una experiencia religiosa en la Tierra, pero el problema es que las relaciones no se mantienen con seres divinos, sino con humanos, reales, limitados y con sus defectos. Al no encontrar el amor eterno que nos promete el arte, sentimos infelicidad y en vez del cielo, nos encontramos con el infierno.

-¿Puede una relación de pareja funcionar sin relaciones sexuales?

-El sexo es un componente básico de la pareja y si no hay componente sexual, eso no es una pareja o una matrimonio, es una amistad. Otra cosa son las parejas de personas mayores que han tenido una vida sexual muy activa. Aunque ahora no tengan sexo, el componente sexual del pasado sigue fortaleciendo esa relación.

-¿Cuál ha sido el impacto de Internet en el concepto de amor?

-Internet ha cambiado la naturaleza de las relaciones. Brinda más oportunidades de ser infiel y amenaza la estabilidad de las parejas. Además, el fácil acceso a la pornografía ha afectado a hombres y también a las mujeres. Ha creado en las mujeres una ansiedad sexual porque se espera de ellas un comportamiento que no es el habitual. En Japón, por ejemplo, muchos jóvenes tienen miedo a socializar y solo socializan a través de Internet y satisfacen su interés sexual con la pornografía.