El camelo de los zumos envasados

Marta Otero Torres
marta otero REDACCIÓN / LA VOZ

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Una sola unidad pequeña contiene el máximo de azúcar que los nutricionistas recomiendan para un niño en un día

27 feb 2019 . Actualizado a las 23:19 h.

Hubo un tiempo en que los refrescos eran el enemigo para la alimentación infantil. Ante eso, muchos padres optaron por incluir en los menús de sus hijos zumos envasados, con la idea de que eran más sanos y su consumo podía sustituir a la fruta, pero los nutricionistas alertan de que su consumo no es lo más adecuado para la salud.

Un estudio del Instituto de Psicología, Salud y Sociedad de la Universidad de Liverpool asegura que «un solo zumo o bebida de fruta envasados contiene la cantidad de azúcar máximo recomendado para un niño en todo el día». Además, en su día, el Grupo de Revisión y Posicionamiento del a Asociación de Dietistas y nutricionistas ya dejó claro que «no se puede considerar una ración de zumo de frutas equivalente a una ración de fruta», y alertaba sobre la relación entre el consumo de estas bebidas y el sobrepeso u obesidad. El problema, además, según esta entidad, es que mientras el consumo de zumos aumenta, el de fibra disminuye, con los consiguientes efectos sobre la salud. En 100 gramos de naranja, por ejemplo, encontramos 2,4 de fibra, mientras que en 100 de zumo solo hay 0,1 de fibra.

El mayor peligro de los zumos son los azúcares libres, que pueden ser la causa de que en un zumo haya incluso más azúcares que en un refresco. El nutricionista Julio Basulto, recordaba en un programa especial de Gente Sana dedicado a los zumos el documento del comité científico de la Asociación 5aldía en el que se subrayaba que «no es tolerable que los fabricantes de zumos de fruta hagan creer a los consumidores que una ración de zumo de fruta sustituye a una ración de fruta entera o masticada». Según este documento, el mensaje debería ser: «Toma cada día 5 raciones entre frutas y hortalizas variadas. El consumo de 1 vaso de este zumo puede considerarse como máximo una de ellas».

Para este experto, el azúcar que lleva la fruta es bueno para la salud. «Mucha gente piensa que la fruta tiene azúcar y engorda. Es cierto que tiene azúcar, pero no engorda ni es peligrosa para la salud». Otra cosa son los azúcares libres de los zumos, tanto caseros como envasados, «porque el efecto metabólico es diferente, y no es lo mismo masticar tres piezas de fruta que beberlas». «Si te tomas un zumo de tres naranjas te las bebes en ocho segundos -recordaba-, y el efecto de esa rápida entrada de zumo en tu cuerpo sobre la glucemia es bien distinto del de masticarlas».

Por otra parte, los nutricionistas recuerdan que bebés y niños, cuantos menos zumos tomen, mejor. Los pediatras también se suman a esta afirmación. En bebés de 6 a 12 meses, cuando «con el error de creer que les faltan vitaminas les damos zumos, podemos malnutrirlos», porque lo que les nutre de verdad es la grasa que les da la leche materna o la de fórmula. El máximo que debería tomar un niño pequeño es medio vasito de zumo al día.

El consumo de zumos, pues, debe ser ocasional. Porque, además, los organismos internacionales alertan sobre los riesgos para la salud, como malnutrición, exceso de peso, diabetes o caries. Un estudio del American Journal of Public Health que propone la reducción der la obesidad infantil eliminando los zumos de frutas asegura que las calorías líquidas pueden estropear nuestros mecanismos de la saciedad, cosa que no hacen los sólidos.

La OMS, por su parte, recuerda que para reducir al mínimo la incidencia de la erosión dental «deben limitarse la cantidad y la frecuencia de ingestión de refrescos y zumos». Según investigadores alemanes, los zumos de limón y de manzana son los peores aliados para los dientes, ya sean primarios o bien permanentes. «El consumo frecuente de estos líquidos o de bebidas con edulcorantes artificiales provoca un severo “ataque de ácido” en los dientes por la gran cantidad de azúcar que contienen», afirman.

«Si lo exprimes en casa no pasa nada, pero nunca debe sustituir a la fruta»

La nutricionista Fátima Barro está en contra de los zumos envasados, que, asegura, no aportan nada desde el punto de vista nutricional. Sin embargo, cree que no hay por qué demonizar a los zumos recién exprimidos, y afirma que «no pasa nada por tomarse uno, siempre que no lo hagas como sustitutivo de la fruta».

La experta recuerda que el consumo de frutas y verduras es fundamental para tener una alimentación equilibrada, más aún en el caso de los niños, y alerta también del peligro de los zumos envasados porque «al contener mucho azúcar, pensamos que están hidratando a los niños, cuando en realidad los deshidratan».

En esto coincide con muchos expertos que recuerdan otro de los efectos perjudiciales de estas bebidas industriales, que es el estreñimiento. Por eso, insisten en que la mejor bebida para darle a un niño cuando tiene sed no es zumo sino agua. Mucho más saludable para ellos.