Los terroristas de Sri Lanka contaron con el apoyo de una red internacional

La Voz REDACCIÓN

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ATHIT PERAWONGMETHA | REUTERS

Una cadena de atentados contra cristianos y turistas deja más de 290 muertos y 500 heridos en el Domingo de Resurrección. El Gobierno había sido advertido dos semanas antes de posibles ataques contra iglesias católicas

22 abr 2019 . Actualizado a las 18:50 h.

La cadena de atentados terroristas contra hoteles de lujo y templos cristianos el Domingo de Resurrección en Sri Lanka han dejado 290 muertos y 500 heridos, según el balance ofrecido durante la madrugada del lunes. En una de las iglesias atacadas, la de San Antonio, se produjo hoy una nueva explosión cuando un equipo de la policía  intentaba desactivar una bomba colocada cerca del templo. El Gobierno de Sri Lanka confirmó hoy las sospechas de que los atentados fueron perpetrados por el grupo yihadista local National Thowheeth Jama'ath (NTJ) con la ayuda de una «red internacional», teniendo en cuenta el entrenamiento de los atacantes, y el uso de explosivos de tal magnitud. Asimismo que varios atacantes suicidas se inmolaron en los atentados. «La mayoría fueron ataques suicidas. Estamos llevando a cabo redadas y arrestos en sus lugares de entrenamiento», dijo en una rueda de prensa en Colombo el ministro de Salud, Rajtha Senraratne.

El presidente del país, Maithripala Sirisena, va a solicitar ayuda internacional para investigar los vínculos extranjeros con la cadena de atentados.. 

Advertencias

Las autoridades de Sri Lanka fueron advertidas dos semanas antes de que se podría producir ataques yihadistas el Domingo de Pascua, y tenían los nombres de los sospechosos, según señaló un portavoz del Gabinete, Rajitha Senaratne en una conferencia de prensa este lunes. Según publica The Washington Post , dos ministros facilitaron al diario estadounidense un informe policial de tres páginas, fechado el 11 de abril, en el cual se advertía de uno o dos posibles ataques suicidas de un grupo extremista contra iglesias católicas. En este informe aparecían los nombres de varios de sus militantes, incluido su líder, un tal Mohamed Zaharan. El diputado Mujibur Rahman, que tuvo acceso al informe, dijo que éste se basaba en datos suministrados por agencias de inteligencia de India.

La embajada de Estados Unidos en Colombo ha advertido este lunes de que «grupos terroristas» continúan preparando ataques en Sri Lanka. «Los terroristas podrían atacar con poca o ninguna advertencia (...) áreas públicas», indicó el Departamento de Estado a través de la sede diplomática estadounidense en el país insular.

Los atentados del domingo son la mayor tragedia en el país asiático desde el final de la guerra civil hace una década. El Gobierno de Sri Lanka ha reconocido que recibieron alertas previas sobre la cadena de atentados y que no adoptaron las precauciones necesarias. Tras ellos, ha decretado el estado de emergencia y un toque de queda para toda la población que se ha extendido a hoy lunes. Además, ha cortado el acceso a las redes sociales

El portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara, confirmó la última cifra oficial de víctimas mortales en una intervención pública en la que también anunció que 24 personas han sido detenidas y permanecen en custodia policial en relación con los atentados, según informa Efe.

Los atentados han sido dirigidos contra la iglesia de San Antonio, en Colombo; la de San Sebastián, en Negombo; la de Zion, en la ciudad de Batticaloa, y otra en Katana (oeste). También han sufrido las bombas los hoteles de lujo de Shangri-la, Kingsbbury y Cinnamon, todos en la capital. 

Una treintena de extranjeros

Entre las víctimas mortales hay una treintena de extranjeros de una decena de nacionalidades, entre ellos tres británicos, y otros dos que tienen pasaporte de los Estados Unidos, además de tres indios y otros tantos daneses, dos turcos, un holandés y un chino. También hay portugueses, belgas, japoneses, bangladesíes y pakistaníes.

El  propietario de la cadena de ropa Asos y el hombre más rico de Dinamarca, Anders Holch Povlsen, de 46 años, ha perdido a tres de sus cuatro hijos. Entre los ocho ciudadanos británicos fallecidos están Alex Nicholson, de 11 años, y su madre Anita, de 42, que les sorprendió la explosión cuando desayunaban en el hotel en el Shangri La,  según el diario Daily Mail. La víctima mortal portuguesa ha sido identificada como Rui Lucas, de 31 años y natural de Repeses, parroquia de Viseu, que estaba de luna de miel en el hotel Kingsbury, informa Jornal de Noticias.

Las imágenes difundidas por los medios locales y las redes sociales muestran la magnitud de la explosión en al menos una de las iglesias, con el techo del templo semidestruido, escombros y cuerpos esparcidos mientras la gente trata de socorrerlos. Horas después de estos ataques, ha habido al menos dos detonaciones más, que han causado una decena de muertos (una en otro hotel en Dehiwala, cerca del zoo) y otra en una zona residencial, también en Dematagoda. Uno de ellos ha sido perpetrado por un kamikaze.

«Las explosiones en Dehiwala y Dematagoda parecen haber sido causadas por los que huyen de la Justicia», afirmó el ministro para las Reformas Económicas y la Distribución Pública, Harsha de Silva, en Twitter, en lo que parece una alusión a los autores de los ataques, aunque no dio más detalles.

Diferentes fuentes señalan con dedo acusador al grupo National Thowheeth Jama’ath (NTJ), que era desconocido hasta el año pasado y al que se le atribuían únicamente actos de vandalismo contra estatuas budistas.

El presidente Maithripala Sirisena se ha mostrado consternado por la masacre, ha pedido calma a la población y ha ordenado que se tomen las medidas «más severas contra los responsables». El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, ha condenado el «cobarde» ataque y ha llamado a todo el pueblo a mantenerse unido y fuerte. «Por favor, no propaguéis informaciones sin confirmar ni especulaciones. El Gobierno está tomando las medidas necesarias para controlar la situación», ha asegurado. 

Caos y anarquía

El Ministerio de Educación ha anunciado el cierre de todos los colegios el lunes y martes y desde el Banco Nacional de Sangre se ha pedido a los ciudadanos que dejasen de acudir a donar, pues las reservas eran suficientes.

El titular de la cartera de Economía, Mangala Samaraweera, ha lamentado la muerte de «muchos inocentes» en lo que parece una «acción coordinada para sembrar la muerte, el caos y la anarquía». Y es que el país no había vivido una situación tan dramática desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en el 2009, y que dejó según datos de la ONU más de 40.000 civiles muertos. El arzobispo de Colombo, Malcolm Ranjith, ha solicitado una manifestación popular de apoyo a las víctimas y sugerido al personal médico que regrese al trabajo a pesar de las vacaciones. 

Reacciones

Las reacciones de condena a la sangrienta jornada no se hicieron esperar desde todo el mundo. Desde el papa Francisco a los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin y los europeos Jean-Claude Juncker, Angela Merkel, Teresa May, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez. «Sembrar el pánico entre la gente, asesinar a personas inocentes, atacar los lugares de culto... todo eso constituye un acto criminal que todo el mundo condena y rechaza», dice el Centro Cultural Islámico en una nota.