El jefe de la Inteligencia de EE.UU. deja el cargo tras sus choques con Trump

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

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Dan Coats, exdirector de Inteligencia Nacional de Estados Unidos
Dan Coats, exdirector de Inteligencia Nacional de Estados Unidos Joshua Roberts | Reuters

Lo sustituirá un afín al presidente y crítico con la investigación de la trama rusa

30 jul 2019 . Actualizado a las 08:59 h.

Ya sea porque se van o los echan, en dos años y medio de mandato han abandonado la Administración Trump más de medio centenar de cargos. El último en la lista de bajas ha sido Dan Coats, director de Inteligencia Nacional. Su renuncia será efectiva el 15 de agosto. Lo anuncia en una carta que hizo llegar el domingo al presidente, en la que no especifica los motivos. Sin embargo, desde su nombramiento en marzo del 2017, se fueron evidenciando sus diferencias con Trump. Ambos mantienen visiones muy diferentes respecto a Rusia, Corea del Norte o Irán, países clave en la política exterior del presidente, y este ha marcado repetidamente distancias con las conclusiones de sus propias agencias de Inteligencia.

El mandatario anunció en Twitter tanto la salida de Coats, a quien se limitó a agradecer «sus grandes servicios al país», como su intención de proponer para el cargo al congresista de Texas John Ratcliffe. De ser confirmado, será el sexto en ocupar un puesto que fue creado a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 para coordinar las diferentes agencias de Inteligencia de EE.UU., entre ellas el FBI o la CIA. Trump presentó a Ratcliffe como alguien «altamente respetado» que «liderará e inspirará grandeza para el país que ama». El republicano necesita ser aprobado por la mayoría simple del Senado (51 votos), donde su partido tiene 53. Sin experiencia previa en Inteligencia, el congresista ha sido un notable aliado de Trump en el Capitolio.

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, afirmó en un comunicado que «Ratcliffe fue seleccionado porque ha exhibido una lealtad ciega al presidente Trump». Schumer se refiere en particular a la llamativa intervención de John Ratcliffe en el interrogatorio de la semana pasada en el Congreso al ya exfiscal especial Robert Mueller, encargado de investigar la trama rusa. Ratcliffe dio pábulo a algunas de las teorías conspirativas sobre el origen de la investigación del Rusiagate y llegó a afirmar que Mueller había «violado» las funciones que correspondían a su cargo. 

Dardos contra Mueller

Ratcliffe disparó contra Mueller porque escribió «180 páginas acerca de decisiones que no alcanzaron sobre posibles delitos que no fueron imputados o decididos». Un ataque a la parte de la investigación del fiscal sobre la posible comisión de un delito de obstrucción a la Justicia por parte de Trump. A pesar de su vehemente intervención, el republicano se equivoca. Las directrices del Departamento de Justicia obligan a explicar las decisiones con independencia de que deriven o no en cargos, tal y como confirmó Neal Katyal, autor en 1999 de las normas que guían el puesto de fiscal especial.

El líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, emitió un ambiguo comunicado en el que elude pronunciarse sobre Ratcliffe a la vez que defiende la necesidad de que los líderes de Inteligencia «protejan su trabajo de los sesgos políticos».

Historia de un desencuentro 

El adiós de Dan Coats estaba anunciado. La brecha con Donald Trump se hizo evidente tras la reunión del presidente en Helsinki con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Preguntado por si creía en los informes de sus agencias sobre la interferencia rusa, Trump contestó: «Dan Coats y otros me dijeron que creen que es Rusia», mientras Putin «acaba de decir que no». Remató: «No veo ningún motivo por el que debería ser [Rusia]». Fue tal el revuelo que, de regreso a su país, Trump leyó una nota con una justificación sui generis. Faltaba un «no» entre «que» y «debería».

Después de Helsinki, Dan Coats protagonizó un momento hilarante cuando le comunicaron en directo que la Casa Blanca anunciaba una invitación a Putin para visitar Washington. Atónito, se lo hizo repetir a su interlocutora. Coats, además, contradijo en el mes de enero la posición de Donald Trump en una comparecencia ante el Congreso. Afirmó que Corea del Norte no tiene voluntad de deshacerse de su arsenal nuclear y que el acuerdo nuclear con Irán funcionaba incluso sin Estados Unidos. El presidente estadounidense respondió que «quizá la Inteligencia debería volver a la escuela».