Una novata en el primer supermercado sin plástico

Patricia Baelo BERLÍN

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Original Unverpackt vio la luz en el 2014 en Berlín y, desde entonces, cada vez más alemanes preocupados por la sostenibilidad se acercan con sus botes de cristal a hacer la compra a este establecimiento que marcó un hito en el país

26 ago 2019 . Actualizado a las 23:27 h.

12.00 horas de un miércoles en Berlín. Cruzo el parque de Görlitzer Park, en el barrio de Kreuzberg, y llego al número 16 de la calle Wienerstraße. No estoy segura de estar en el lugar correcto. Me habían hablado de un supermercado sin envases de plástico. Concretamente el primero del mundo, que vio la luz en la capital alemana en el 2014. Lo que tengo ante mí más bien parece una tienda de ultramarinos de toda la vida. Original Unverpackt, reza el letrero de la entrada. Vamos a ello.

El primer paso resulta más complicado de lo que esperaba. Me superan la cantidad de colores y estímulos a mi alrededor. 350 productos, de los cuales el 80 % son orgánicos, entre cereales, legumbres, especias, tés, frutos secos, verduras, mermeladas, y salsas. Quizás debería haber traído una lista de la compra, como ha hecho la chica de al lado. Busco ayuda y solo encuentro a una vendedora que está ocupada en la caja, donde le espera una fila de clientes. Finalmente, me acerco hasta uno de los dispensadores que contiene macarrones integrales. En la etiqueta se pueden leer cada uno de los ingredientes, algo ideal para aquellos que padecen alergias o intolerancias alimentarias, y el precio. 0,39 € por cien gramos de pasta. Cojo la bolsa de papel reciclado que hay en la pared contigua y me pongo en faena, no sin sentir cierta envidia al ver cómo una mujer de unos 40 años está mucho más preparada que yo. Observo que saca un bote de cristal de su mochila y lo pesa en una báscula situada en medio de la tienda. La máquina le proporciona una etiqueta que pega en su recipiente. Ahora ya puede llenarlo de arroz basmati a su antojo, porque al final de la compra le descontarán su peso en caja y solo le cobrarán el cereal a granel. El procedimiento es el mismo para los frutos secos y las legumbres.

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Envases por 2 euros

A falta de envase propio, también es posible adquirirlo de todas las formas y tamaños en Original Unverpackt por un precio que varía entre los 2 y los 5 euros. Opto por uno de los frascos pequeños y, sin pesarlo previamente, pues en este caso no es necesario, lo relleno de sal. Al igual que ocurre con las harinas y los azúcares, el proceso resulta súper sencillo. No hay más que usar un cazo, como en las tiendas de chucherías de la infancia.

Enfrente, un hombre le pide a su hijo que sirva té negro en la caja que han traído con ayuda de una cucharilla que está disposición de los clientes. Al lado se encuentran los cajones de madera con verdura fresca, así como los estantes con tarros y botellas de vidrio rellenos de mermeladas, miel, leche y yogur. Funcionan mediante el sistema alemán del pfand: uno paga extra por el recipiente, que luego puede devolver limpio en el supermercado para obtener a cambio la suma que desembolsó.

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Llego tras un tiempo adaptándome al medio a la parte que más me llama la atención, la de droguería y productos de higiene. Desde pasta de dientes sólida hasta la copa menstrual, pasando por papel de wc hecho de bambú y, por supuesto, todo tipo de artículos de limpieza líquidos. Como puedo comprobar, solo los más experimentados se atreven a sacar de su bolsa la botella y agacharse para rellenarla de gel de ducha o suavizante de lavadora. Requiere maña, así que decido dejarlo para la próxima vez. Porque la habrá. A pesar de que los precios son superiores a los de un supermercado común y de que invierto más tiempo, dado que todo se pesa en caja antes de pagar, me aseguro de comprar conscientemente y sin generar ningún residuo plástico. Si no en Original Unverpackt, entonces será en alguna de las 80 tiendas más que han seguido su ejemplo por toda la geografía alemana.