Lambán y Page piden a Sánchez que se aleje de la «tan indeseable» ERC

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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DAVID ZORRAKINO | EUROPA PRESS

El PSOE y Esquerra celebran su tercer encuentro a hurtadillas para evitar a los CDR

10 dic 2019 . Actualizado a las 21:19 h.

PSOE y ERC concluyeron su tercera reunión oficial de cara a allanar la investidura de Pedro Sánchez, para la que resulta crucial la abstención de los independentistas, con la difusión de un comunicado conjunto en el que constatan «avances en la definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político», término para referirse al desafío secesionista en Cataluña abrazado por Ferraz ya en el anterior encuentro y que vuelve a aparecer en la nota distribuida tras el encuentro de ayer.

Esquerra sigue reclamando una mesa de negociación «de igual a igual» entre el Gobierno central y el Ejecutivo autonómico en la que se aborde la celebración de una consulta por la independencia como requisito para inhibirse en la votación de investidura y permitir a Sánchez renovar en la Moncloa. El PSOE se remite a la comisión bilateral rescatada por Sánchez como el marco más adecuado para este diálogo entre Gobiernos, pero a Esquerra no acaba de convencerle y quiere más. Una posible solución apuntada ayer es la creación de una nueva comisión con el visto bueno de la mayoría de la Cámara Baja que se centre exclusivamente en la cuestión territorial.

La reunión de ayer se celebró medio a hurtadillas en la sede del Área Metropolitana de Barcelona, ubicada a siete kilómetros del centro de la Ciudad Condal, punto que no trascendió hasta que el encuentro estaba ya en su fase final. Un secretismo que tenía un doble objetivo: evitar a la prensa y, especialmente, dejar a los cedeerres sin margen para concentrarse a sus puertas y torpedearlo. Los autodenominados Comités de Defensa de la República tienen en su punto de mira a Esquerra, cuya sede amaneció ayer con una pintada advirtiendo que «la soberanía no se negocia».

 Amenaza electoral de JxCat

Las presiones hacia Esquerra también llegan por parte de Torra y JxCat, que amenazan con unas elecciones en las que se les señale de traidores a la causa secesionista. Los neoconvergentes juegan al ratón y al gato. Ayer retiraron del Parlamento autonómico una moción sobre la autodeterminación evitando que ERC tenga que pulsar el botón en plenas negociaciones con el PSOE, pero también saltaron chispas respecto a las estrategias de las defensa para la clasificación de los presos condenados por el Supremo tras el 1-O.

Pero las presiones no son exclusivas en el ala independentista. Tras un tiempo en la reserva, dos de los barones socialistas de mayor peso en el partido, Javier Lambán y Emiliano García-Page, presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha, respectivamente, se rebelaron contra la posibilidad de que Sánchez acabe formando un Gobierno con Podemos bendecido por el separatismo.

Lambán no ocultó sus deseos de que se acabe encontrando «una salida a este diabólico laberinto» en la que sea «innecesario el concurso de un partido tan indeseable para la gobernabilidad como es ERC». El dirigente aragonés, uno de los más críticos con los coqueteos de Sánchez con el secesionismo, anheló que los encuentros que mantendrá el candidato socialista con Pablo Casado e Inés Arrimadas en los próximos días puedan saldarse con un pacto que permita la gobernabilidad del país, es decir, abrazó la fórmula propuesta la pasada semana por la diputada de Cs.

Page no se refirió directamente a Esquerra, pero cargó contra el «cuento independentista» al que acusó de «seguir instalado en el «España nos roba» y pretender hacer añicos «el principio de solidaridad de esta nación». «Es de broma que la comunidad más rica de España y con más financiación del Estado para atender a pacientes externos quieran explicar su déficit de gestión», lamentó, al hilo de unas recientes declaraciones del Defensor del Pueblo catalán en las que lamentaba que los hospitales de esta comunidad destinan buena parte de sus recursos en atender a pacientes de otros puntos de España. «No dejaremos de atender a un señor de Cataluña en Toledo o Valdepeñas si está enfermo. Le atenderemos como español que es», contrapuso el líder manchego.

 El PSOE juega a dos barajas

En la Moncloa son conscientes de que su acuerdo con ERC depende de demasiados y muy diversos factores que amenazan con hacer saltar por los aires las negociaciones en cualquier momento, por lo que intentan jugar a dos barajas. Y en caso de que esta vía fracase, no descartan tocar en la puerta del PP o Cs. La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, trató de descargar toda la responsabilidad de unas terceras elecciones sobre su formación al asegurar que «la bola está en todos los partidos», volviendo a pedir en público una abstención de PP y Cs para no «depender» de los independentistas. Mientras, Sánchez y Casado siguen sin hablar.

En el mismo destacan la «constatación de avances en la definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político», una expresión para referirse al desafío soberanista que el equipo negociador diseñado por Ferraz ya había abrazado en el anterior encuentro. 

A diferencia de las dos primeras reuniones, que se desarrollaron dentro del Congreso de los Diputados, en esta ocasión la mesa de negociación se trasladó a Barcelona para cumplir con las exigencias de Esquerra. El encuentro se realizó en la sede del Área Metropolitana de Barcelona bajo el más estricto secretismo, ya que la prensa desplazada a la Ciudad Condal no fue avisada del lugar de encuentro hasta las 12 horas, cuando los seis políticos ya llevaban dos horas de encuentro. Ayer por la tarde también trascendió un encuentro informal previo sobre el que ninguno de los dos partidos informó, excusándose ambos que solo estaba destinado a preparar mejor el de este martes.

También a diferencia de los comunicados distribuidos en los anteriores encuentros, en esta vez no se comenta nada sobre un futuro encuentro, aunque fuentes de ambas formaciones dan a entender que sí se volverán a ver las caras.