Entre el respeto del PP y de Cs por la sentencia y el paso al frente de Vox hacia la eurofobia

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Pablo Casado reclamó ayer medidas para «fortalecer el Estado» y reformar el proceso de tramitación de euroórdenes
Pablo Casado reclamó ayer medidas para «fortalecer el Estado» y reformar el proceso de tramitación de euroórdenes Emilio Naranjo | EFE

Abascal no descarta liderar una gran manifestación en la calle

20 dic 2019 . Actualizado a las 09:16 h.

La sentencia de ayer del Tribunal Superior de la Unión Europea sobre Junqueras no gustó nada en el número 13 de la calle Génova. Ni pizca de gracia. Pero la dirección del PP pidió a sus soldados contención, recordándoles que es un partido que acata lo que dicta la Justicia, y dejando las reacciones más desaforadas para Vox.

Sin embargo, eso no impidió que el presidente de los populares, Pablo Casado, dedicase buena parte de la jornada a hacer pedagogía sobre el fallo. «Nada ha cambiado jurídicamente. Junqueras sigue siendo un delincuente condenado en firme y Puigdemont, un prófugo de la Justicia española», afirmó, antes de desear su inmediato ingreso en una prisión nacional.

El jefe de la oposición anunció que su grupo presentará iniciativas para «fortalecer el Estado» entre las que destacó una muy concreta expresamente dirigida a que los prófugos de la Justicia «no puedan ser electos», o actualizaciones en la euroorden para que se garantice la entrega automática de los perseguidos por delitos de sedición y rebelión. Estos dos aspectos los unió a uno que defendió durante la campaña y con el que trata de apretar las clavijas al PSOE, al que considera demasiado cercano al secesionismo, y que consiste en la tipificación como delito de la celebración de un referendo que no esté autorizado por los máximos poderes del Estado. Para poder llevarlo a cabo, necesitará el apoyo del grupo socialista en la Cámara, algo que no acaba de ver. «No sé si Sánchez podrá hacerlo después de las conversaciones que está manteniendo», deslizó, al hilo de las negociaciones del presidente en funciones con los independentistas de ERC.

Vox abraza la eurofobia

En donde no hubo tantas cautelas fue en el partido que pretende disputarle la hegemonía en la derecha del tablero político. Santiago Abascal y varios dirigentes de Vox salieron en tromba contra la sentencia del tribunal de Luxemburgo con mensajes eurófobos. Abascal se refirió a la sentencia sobre Junqueras como «un gravísimo ataque a nuestra soberanía española», ante la que se plantea incluso liderar una «gran movilización nacional» en las calles. El presidente de Vox auguró que «los eurosumisos nos pedirán ahora que acatemos y respetemos en silencio esta nueva humillación a España».

El líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, no señaló estos comentarios de Abascal y de otros líderes de Vox, pero pareció referirse a ellos cuando recordó en su cuenta de Twitter cómo «el separatismo se abrazó al antieuropeísmo» cuando Europa se negó «a reconocer la independencia de Cataluña», dijo. «Nunca caigamos en eso, aunque algunas cosas no nos gusten. Europa sigue mereciendo la pena».

Cs sigue la línea del PP

Por su parte, la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se pronunció en una línea similar a la de los populares: «Junqueras es un condenado por sedición y malversación por el Tribunal Supremo. La decisión del TJUE ni anula ni cuestiona esa sentencia», publicó en las redes sociales.

Tsunami confiesa su fracaso: «Queríamos parar el clásico con drones»

La plataforma autodenominada Tsunami Democràtic planeaba detener el clásico Barça-Madrid con diversos drones que tenían que descender al campo con pancartas. «Esto hubiera parado el partido y canalizado la protesta», apuntó un miembro anónimo de esta plataforma radical en declaraciones a Catalunya Ràdio recogidas por Europa Press.

El representante de la plataforma explicó que querían colocar en el campo dos pancartas: una con el lema «Spain Sit and Talk» y otra en la que «se ponía de manifiesto que la población catalana está siendo discriminada políticamente y reprimida por querer ejercer derechos».

Por su parte, el consejero catalán de Interior, Miquel Buch, admitió ayer que los Mossos d’Esquadra desconocían la intención de Tsunami Democràtic de desplegar pancartas sobre el terreno de juego del Camp Nou y que fueron los inhibidores habituales del propio F. C. Barcelona los que frustraron estos planes.

«Con Tsunami no hemos tenido ninguna interrelación y desconocíamos sus planes», explicó Buch en una rueda de prensa en la que valoró de forma «positiva» el dispositivo policial desplegado el miércoles a raíz de la protesta independentista antes y durante el clásico entre el Barça y el Real Madrid, en la que se produjeron algunos altercados.

Buch señaló que los Mossos «no descartaban ningún escenario» porque el partido era «de alto riesgo», pero subrayó que fueron los inhibidores que el F. C. Barcelona usa «en cada partido de fútbol» los que consiguieron interceptar los drones de Tsunami Democràtic, y no los dispositivos de la Policía autonómica, como apuntaron desde la plataforma radical.

Buch indicó también que «no le consta» que activistas independentistas quisieran invadir el césped, pero detalló que un grupo «minoritario y violento» trató de acceder al recinto en la zona sur del Camp Nou y este fue inmediatamente detenido por la policía.