La moda catalana se refugia en la marca España para esquivar el boicot

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

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Las grandes cadenas resisten, pero los pequeños proveedores multimarca se resienten

21 dic 2019 . Actualizado a las 08:58 h.

Formar parte de un mercado globalizado es importante para cualquier empresa de moda, y más cuando el consumo interno de productos textiles no acaba de levantar cabeza.

Una amenaza de ruptura supone una barrera importante, en especial para las grandes cadenas de moda catalanas que llevan dos años, desde octubre del 2017, asumiendo los costes de la incertidumbre generada por el desafío secesionista.

«No hablamos de costes políticos, sino también de las consecuencias económicas, fiscales o incluso laborales que pueden poner en peligro a la industria de la moda en Cataluña, y a un conjunto de marcas que han trabajado muy duro para llegar tan lejos», dicen fuentes de Cointega, el clúster gallego del textil, buen conocedor de la situación, a través de la Confederación Española del Comercio Textil y Moda (Cecotex), la primera patronal de referencia para el negocio de la moda en toda España.

Las grandes cadenas de moda y complementos, como Mango, Pronovias, Desigual o Tous llevan tiempo sufriendo en sus balances el impacto de un mercado a la baja, que enmarcan en una coyuntura de general de enfriamiento de la economía. Solo Pronovias, la empresa de vestidos de novia fundada por Alberto Palatchi, ahora en manos de un fondo de inversión, se ha desmarcado del silencio generalizado al asegurar que «de llegar a cumplirse los objetivos de los independentistas sería difícilmente viable que la empresa permaneciese en territorio catalán».

Mientras Tous se afana en desvincularse del secesionismo catalán (echó a la expolítica independentista Pilar Rahola y Helena Rakosnik, mujer de Artur Mas, de su fundación), el resto de las firmas se refugian en la marca España para esquivar el rechazo fuera de Cataluña. «Ninguna marca catalana presume de ser catalana. Las grandes cadenas se definen como españolas, tanto dentro como fuera de España», explican desde Cointega.

Moda sin esteladas

No es momento de arriesgar, corren malos tiempos para la moda, y en cuestión de mercado, las banderas solo sirven para ganarse enemigos. Según datos de la encuesta de presupuestos familiares, publicada por el INE), en el año 2018, la partida económica de los hogares del país destinada a vestido y calzado se situó en el 4,9 % del total (una media de 588 euros). Diez años atrás, en el 2008 las familias del país destinaban el 6,1% de su presupuesto a compras de vestido y calzado, lo que suponía un gasto medio de 727,2 euros, es decir, un 19 % menos de gasto en los diez últimos años.

El sector de la moda en Cataluña, el segundo mayor de España por detrás del gallego, genera una facturación agregada de 14.507 millones de euros al año. En conjunto, hay 793 empresas que se dedican a esta industria, que da empleo a 64.519 personas. Y la estrategia de las grandes para envolverse en el anonimato regional, no sirve para las pequeñas, que son muchas. El 43 % del tejido textil catalán lo configuran los proveedores de las tiendas y grandes superficies multimarca, y es en este sector en donde el efecto anticatalanista se está haciendo más palpable. «Nos consta que existe un rechazo consciente por parte de los negocios minoristas, también aquí en Galicia. Conocemos casos de representantes de marcas catalanas que han dejado de vender a tiendas de muchas comunidades por el proceso soberanista», aseguran desde el textil gallego.

Atrás quedan la pasarela internacional Gaudí (1985-2005) de la que salieron Antonio Miró, Armand Basi, Lydia Delgado, Sybilla o Josep Font. Hoy la moda catalana se exhibe en 080 Barcelona Fashion, una pasarela pública cuya principal debilidad es su alta dependencia de la Administración autonómica y sus ataduras a los vientos ideológicos.

Madrid supera a Cataluña como primera economía regional

El INE ha revisado ahora el crecimiento del PIB de cada comunidad autónoma desde el año 2000 y ha constatado una rebaja del mismo en 14 comunidades en el 2018. Solo se salvan Aragón y Baleares, que elevan su crecimiento respecto al previsto; y Canarias, que se mantiene.

Así, según los datos publicados este viernes por la oficina estadística, Aragón creció en el 2018 un 3%, medio punto más de lo estimado, y Baleares un 2,4%, dos décimas más. Canarias se mantiene en el 2,4%. La peor parte se la llevan Madrid y Cantabria, que ven recortado su crecimiento en seis décimas, hasta el 3,1% y 2,8% respectivamente, pero aún así son las comunidades que más crecieron en el 2018.

De hecho, Madrid supera a Cataluña como la principal economía regional. Algo que solo había ocurridoantes en el 2012 y el 2013. En los años de la crisis, Cataluña sufrió más que Madrid. Su PIB cayó el doble. Pero, cuando llegó la recuperación, el PIB catalán recobró bríos y empezó a crecer por encima que de la media, a lomos de las exportaciones y el turismo. Y con ese impulso, en el 2014 recuperó el trono que le habían arrebatado los madrileños. Hasta que el desafío secesionista se recrudeció. La guerra comercial y la crisis de la automoción, hicieron el resto. Y ahora Madrid, vuelve a ganar la partada.

Entre ambas economías suman prácticamente el 40% de la economía nacional (un 19 % cada una).

Y, ¿qué ocurre en el caso de la comunidad gallega? El INE ha rebaja medio punto el crecimiento de Galicia del 2018 y lo deja en el 2,2 %. También pierden medio punto de PIB con la revisión Castilla y León (se queda en el 2 %), y Murcia (1 %). Las que recortan cuatro décimas son Asturias (hasta el 1,9 %) y Navarra (2,6 %); mientras que la que baja tres décimas es Castilla-La Mancha (y se queda en 2,5 %). Dos décimas menos crecen Andalucía (2,2 %), Comunidad Valenciana (1,9 %) y el País Vasco (2 %). Y una décima de recorte tuvieron Cataluña (2,2 %), Extremadura (1,9 %) y La Rioja (1,5 %). 

PIB per cápita

En cuanto al PIB por habitante, Galicia se encuentra en 23.183 euros, más de 2.500 euros por debajo de la media española (25.727 euros). Madrid registró el dato más elevado del 2018, con 35.041 euros, eguido por el País Vasco (33.223 euros) y Navarra (31.389 euros).