Trump aprieta la soga de la economía de Irán con sanciones a la industria

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

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Michael Brochstein | Europa Press

La Casa Blanca desmiente que planifique retirarse de Irak como apunta Bagdad

11 ene 2020 . Actualizado a las 09:28 h.

Pierden fuerza los tambores de la guerra; se intensifica el castigo económico. Estados Unidos concretó ayer una nueva ronda de sanciones a Irán. Es la respuesta de Washington al bombardeo iraní de dos bases militares en Irak el pasado miércoles, respuesta a su vez de Teherán al asesinato la pasada semana en Bagdad de su general Qasem Soleimani. Las anticipó Donald Trump y las concretaron ayer sus secretarios de Estado y del Tesoro, Mike Pompeo y Steven Mnuchin.

La Casa Blanca redobla su apuesta por ahogar la economía iraní e impondrá sanciones contra la industria metalúrgica, minera y textil del país, así como contra varios funcionarios de Teherán que Estados Unidos considera responsables del bombardeo. Se mantendrán «hasta que Irán detenga sus actividades terroristas y se comprometa a no tener nunca armas nucleares», sentenció Mnuchin. Afectan también a cualquier individuo o entidad internacional que mantenga relaciones comerciales con estos sectores de la economía de Irán.

Las culpas, a Obama

El objetivo «es negarle al régimen los recursos para llevar adelante su destructiva política internacional», explicó Pompeo que, al igual que hizo Trump el miércoles en su mensaje televisado a la nación, volvió a acusar a Barack Obama de haber facilitado el acceso de Irán a fondos gracias al acuerdo nuclear firmado en el 2015. «Los ingresos [del régimen de Teherán] se han reducido en un 80 % gracias a nuestra Administración», presumió. Además, el secretario de Estado negó que Irán hubiera ejecutado un ataque calculado con el objetivo de evitar causar víctimas. «Tenían toda la intención de asesinar», aseguró, a la vez que defendió que la reacción del presidente ha sido «adecuada».

La polémica persigue, sin embargo, a la Casa Blanca y al propio secretario de Estado, incapaces de concretar la inminencia de un ataque organizado por Qasem Soleimani que justificara su muerte. Durante una entrevista en Fox News, Pompeo se metió en un jardín al reiterar que existía una «amenaza inminente», pero, al mismo tiempo, admitir: «No sabemos con precisión cuándo y dónde». En rueda de prensa, y ante las insistentes preguntas de los periodistas, Pompeo se reafirmó en que «se estaba preparando un gran y amplio ataque contra instalaciones de los Estados Unidos, incluidas las embajadas». Molesto, zanjó con un «punto final».

Pompeo no supo precisar dónde ni cuándo iba a ser el ataque atribuido a Soleimani En duda está también la continuidad de las tropas de EE.UU. en Irak. La oficina del primer ministro iraquí, Abdel Abdul Mahdi, emitió un comunicado en el que dice que ha pedido a Washington que envíe una delegación para «poner en marcha» el proceso de salida de sus soldados, en cumplimiento de lo votado en el Parlamento de Bagdad el pasado fin de semana. El Departamento de Estado emitió otro en el que niega que esté en discusión la continuidad de las tropas. Pompeo defendió que el comunicado de Bagdad «no caracteriza el contenido de la conversación de forma correcta». Admitió, eso sí, que el plan es que la OTAN «comparta las cargas en la región».

Teherán se abre a una investigación internacional sobre el accidente del Boeing ucraniano

mikel ayestaran

Irán abrió ayer la puerta a una investigación internacional para responder a las acusaciones de Canadá y EE.UU. sobre el derribo del avión ucraniano a causa del impacto de un misil de su defensa antiaérea lanzado «por error». Aunque al principio se negó a hacerlo, ha invitado también a Boeing, el constructor estadounidense del aparato siniestrado, a participar en las pesquisas.

Cincuenta expertos ucranianos trabajan sobre el terreno desde el jueves y colaboran en el análisis de las cajas negras; en breve, contarán con el apoyo de un equipo canadiense formado por diez personas. La Junta de Seguridad Nacional de Transporte estadounidense también confirmó haber recibido la invitación de la república islámica y envió a uno de sus profesionales.

Las autoridades iraníes mantienen desde el primer momento que el accidente, en el que murieron 176 personas, se produjo a causa de un fallo técnico. La versión oficial dice que el avión tuvo un fallo en pleno vuelo, sufrió un incendio y se precipitó al suelo cuando intentaba dar la vuelta para regresar.

Desde el Gobierno de Teherán realizaron una lectura política de la situación y su portavoz, Alí Rabiei, calificó las acusaciones de «gran mentira». Los iraníes se sienten víctimas de la guerra psicológica puesta en marcha por Estados Unidos para dar un paso más en la estrategia de presión máxima aplicada por Donald Trump.