La irresponsabilidad de Trump ante el coronavirus: «Es el hombre más peligroso del mundo»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN

ACTUALIDAD

Trump, en un momento en el que se saca la mascarilla después de regresar a la Casa Blanca
Trump, en un momento en el que se saca la mascarilla después de regresar a la Casa Blanca Casa Blanca

Los mensajes y las acciones del presidente, aún convaleciente, menospreciando el virus y saltándose los protocolos han levantado un tsunami de indignación entre la comunidad médica y científica, lo que llevó también a Twitter y Facebook a censurar uno de sus mensajes por contener información «engañosa»

06 oct 2020 . Actualizado a las 19:21 h.

Que Donald Trump nunca haya creído en la gravedad del coronavirus no es algo nuevo. Lo ha demostrado con sus acciones en repetidas veces. Pero que el el presidente de Estados Unidos desprecie los efectos de la enfermedad y sus consecuencias cuando aún está pasando por la infección, saltándose todos los protocolos establecidos y poniendo en peligro la salud de las personas que decidan seguir su ejemplo es algo que ha levantado un tsunami de indignación entre la comunidad científica y médica de su país, que califican, en el mejor de los casos, su actitud de irresponsable, cuando no de una absoluta y flagrante barbaridad.

Pero quizás la crítica más contundente no ha llegado de los médicos, sino de Kristin Urquiza, una mujer cuyo padre ha fallecido por covid y que se ha convertido en el símbolo de las críticas contra Trump. En una entrevista a la CNN llegó a asegurar que Trump «es la persona más peligrosa que hay en el mundo».

Pero, ¿por que ha suscitado tanta controversia el ya de por sí controvertido y polémico presidente? Su primera «irresponsabilidad» ocurrió en la noche del domingo, cuando aún convaleciente en el hospital decidió salir en su coche blindado, con dos sus agentes de seguridad, a saludar a las personas que estaban preocupadas por su salud. «Todas las personas que estuvieron en el vehículo durante ese paseo presidencial, completamente innecesario, deben pasar ahora por una cuarentena de 14 días. Podrían enfermar. Podrían morir, obligados por Trump a poner en peligro sus vidas solo por el teatro. Esto es una locura», escribió el doctor James Phillips, director del departamento de Medicina de Catástrofes en la George Washington University School of Medicine, quien recordó que el riesgo en un vehículo cerrado es mayor. «El riesgo de transmisión de covid dentro es máximo. Su irresponsabilidad es increíble. Me compadezco de los agentes obligados a actuar», dijo. El presidente incumplió la obligación de guardar cuarentena y puso en peligro a sus agentes.

Donald Trump abandonó el hospital el lunes, pero aún no está curado, por lo que debe pasar convaleciente el resto de la enfermedad en una estricta cuarentena en la Casa Blanca. Es lo que indican los protocolos que este martes volvió a incumplir, pese a que su médico, Sean Conley, reconoció el lunes que «es posible que todavía no esté completamente fuera de peligro». En un vídeo para su campaña presidencial, Trump subió las escaleras del pórtico sur de la Casa Blanca y se quitó la mascarilla, cuando aún tiene presente la infección y puede contagiar. Luego, con la cara aún descubierta, entró en la residencia presidencial contaminando el aire.

Este comportamiento alarmó a los expertos en salud pública. Uno de ellos, Jonathan Reiner, profesor en la Escuela de la Universidad George Washington, no entendía lo sucedido. «Es inexplicable que el presidente de los Estados Unidos, aún con la infección, entrara en ese edificio con una enorme cantidad de personal sin máscara. Es realmente difícil de entender cómo nadie le dijo que no lo hiciera», explicó.

Más contundente fue Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de Baylor, quien denunció el mensaje irresponsable de Trump en un momento en el que covid-19 aún se mantiene en un punto álgido en Estados Unidos, con más de siete millones de afectados y más de 200.000 muertes. «Parece querer decir: Quítese la máscara, sea desafiante, podemos vencer este virus, todo es una exageración. Muchas personas lo encontrarán muy convincente y seguirán todas sus acciones, sus declaraciones y sus tweets. Pero no lo haga. Tenga miedo si que queremos tener 400.000 estadounidenses muertos», alertó el especialista.

Hotez se refería a los primeros mensajes del mandatario nada más llegar a la Casa Blanca. «He aprendido mucho sobre el coronavirus y una cosa es segura, no se dejen dominar, no tengan miedo. Lo pueden vencer. Tenemos los mejores equipos, los mejores médicos», aseguró el presidente. Su llamada a superar la crisis sanitaria es razonable, pero no su apelación a minusvalorar el virus, según los expertos.

Menos letal que la gripe, el mensaje que censuraron Facebook y Twitter

Pero lo que peor sentó a los especialistas en salud pública fue lo que vino después. Un tweet en el que Trump viene a asegurar que el coronavirus es mucho menos letal que la gripe. «La temporada de la gripe está llegando. Cada año mueren por la gripe muchas personas, a veces más de 100.000, y a pesar de la vacuna. ¿Vamos a cerrar nuestro país?. Hemos aprendido a vivir con ello, igual que estamos aprendiendo a vivir con la covid, que en la mayoría de las poblaciones es bastante menos letal», planteó en distintos mensajes. Es, en todo caso, una afirmación falsa. Primero porque el covid ya ha matado a más estadounidenses que en una temporada normal de gripe estacional y, segundo, porque, al margen de que que los nuevos estudios den una cifra más aproximada, el coronavirus es hasta quince veces más letal que la gripe. En Estados Unidos, el virus estacional y más común causó en Estados Unidos entre 20 y 30 millones de enfermos en la última campaña, según los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que cifra las muertes por la influenza entre 24.000 y 62.000.

Su información en las redes sociales también le valió la censura de Twitter y Facebook. La primera dio el primer paso y ocultó el tuit del presidente con una advertencia de que viola las reglas de esa red social «sobre la difusión de información engañosa y potencialmente dañina relacionada con la COVID-19», aunque lo mantuvo accesible si se hace clic sobre él por su «interés para el público».

Esta es una estrategia que Twitter ya ha seguido en varias ocasiones con mensajes del mandatario desde que en mayo empezó a verificar y colocar alertas junto a los contenidos compartidos por Trump, que tiene en la plataforma del pájaro azul su red social favorita.

A la decisión de Twitter le siguió la de Facebook, que fue aún más drástico y eliminó completamente el mensaje al considerar, según indicaron desde la empresa en un comunicado, que se trataba de «información incorrecta sobre la severidad del covid-19».

Donald Trump es probable que acabe superando la enfermedad, de la que fue diagnosticado el pasado jueves, pero cuando apela al esfuerzo de sus compatriotas para hacer lo propio también se le olvida explicar que no todos los infectados reciben la misma atención. En su caso recibió un cóctel de medicamentos que normalmente están reservados para los pacientes graves de covid o que han estado hospitalizados durante semanas para acelerar su recuperación. La OMS aconseja su uso para enfermos graves y críticos.

Al presidente le administraron dexametasona, un esteroide que calma el sistema inmunológico cuando este sufre una hiperreación, como suele ocurrir en ciertos pacientes de covid. Pero no es un medicamento que se administre en una fase leve de la enfermedad. También recibió remdesivir, un fármaco antivírico que reduce la duración de los síntomas de 15 a 11 días.

El tratamiento más innovador que recibió fue una combinación de anticuerpos de ratón desarrollado por la empresa Regeneron, pero que aún está en fase experimental en ensayos clínicos. Los anticuerpos podrían reducir la carga viral hasta en un 99 % y provocar que la convalecencia dure siete días en lugar de 13. Pero aún no se ha probado. A Trump se los administraron por un «uso compasivo».

Los médicos también le administraron zinc, un mineral que podría reforzar el sistema inmunológico, aunque no existe evidencia absoluta sobre ello en el coronavirus; vitamina D, con lo que se buscaría un efecto similar, famotidina, un fármaco que disminuye la producción de ácido estomacal y se usa para personas con úlceras de estómago; melatonina, que se emplea para combatir el insomnio y aspirina, indicado también como anticoagulante. De hecho, en pacientes de covid se ha observado una coalición sanguínea inusual.