España se expone a una tercera ola de covid sin superar siquiera la segunda

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

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CATI CLADERA

Los expertos advierten del riesgo que supone subestimar otra vez al virus

15 nov 2020 . Actualizado a las 19:40 h.

¿Está España en la segunda o ya en la tercera ola de covid? ¿Si esta es la segunda, habrá una tercera? Son preguntas cruciales que los expertos tratan de responder, atendiendo al ejemplo de otros países, pero que para todos deja una enseñanza clara: si volvemos a subestimar al virus y cometemos los mismos errores de la primera desescalada, habrá tercera ola antes de conseguir la inmunidad a través de la vacuna y, además, de consecuencias impredecibles.

El ejemplo más claro para la comunidad científica internacional es el de Irán, uno de los países más afectados en el estallido de la pandemia, que en abril ya había reducido sus casos; logró contener con éxito el segundo golpe en junio y en octubre -sobre todo debido a la relajación social- vio como se multiplicaban los casos en una tercera ola mucho más letal. Algo que ahora también parece estar ocurriendo en Japón que alcanzó esta semana la cifra récord de contagios en un día.

En Europa occidental, como explica el portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, José Jonay Ojeda, se dan varios fenómenos a la vez que indicarían «una segunda ola de la pandemia, que muy probablemente tenga que ver con la llegada del otoño y con nuestro comportamiento» porque se hace mucha más vida en espacios interiores. También se cree que una «mayor humedad y más frío permiten que el virus se propague con mayor facilidad». Sin embargo, «esa ola que esperábamos para esta época, en España se adelantó a julio. Y, por lo que estaba pasando en países de nuestro entorno como Italia o Portugal, no parece que tuviese nada que ver con la estacionalidad ni con el propio verano en sí, explica este especialista del hospital madrileño La Paz.

A su juicio, «puede ser interesante hablar de una tercera ola, pero no por el hecho de que nos interese cuantificar las olas, sino por señalar que, probablemente, como hemos tenido un incremento de casos en verano, que no han tenido otros territorios, nosotros partimos de un escenario más desfavorable».

El doctor Ojeda considera que «no fuimos capaces de trasladar que el virus, ni mucho menos, se iba a ir de vacaciones. Hubo probablemente un relajamiento colectivo. Teníamos prisa en general porque llegase el verano. Fue muy rápida la desescalada y en algunos territorios no tuvimos los recursos suficientes y eso hizo que nos plantásemos en septiembre, en la vuelta al colegio y al trabajo, con unas tasas de contagio elevadas». Por eso para el experto en medicina preventiva «el debate no es tanto entre la segunda o la tercera ola. Lo que nos preocupa es que esos factores de estacionalidad puedan agravar los contagios, que esa ola que estamos viendo en Europa venga a añadir más estrés del que ya hay en varios territorios de España».

Desescalada demasiado rápida

En esta misma línea, el secretario general de Salud de la Generalitat de Cataluña, Marc Ramentol, acaba de advertir de que «una desescalada excesivamente rápida podría implicar una coincidencia entre la segunda y la tercera». Visión que comparte el epidemiólogo Pedro Guillón, para quien esa rapidez a la hora de aligerar medidas restrictivas en verano está detrás de los niveles récord de contagios y hospitalizaciones que se ven ahora.

«Teníamos que haber acabado la segunda oleada más claramente para enfrentarnos ahora a la más dura, que es esta de otoño-invierno», incidía hace solo dos semanas la viróloga Margarita del Val, quien ponía el acento en el que España fue prácticamente el único país en el que se dio esa ola vírica de verano.

Ahora bien, esas previsiones, como casi todo lo que tiene que ver con el covid-19, resultan muy volátiles e influenciables por las medidas impuestas. De hecho, en España la incidencia acumulada acaba de bajar de los 500 casos por 100.000 habitantes en 14 días, una decena de los principales países de Europa tienen cifras bastante más preocupantes y Francia, Rusia, Reino Unido, Italia, Polonia e incluso Alemania están notificando un mayor número de casos diarios. Está por ver, por tanto, si lo peor de este nuevo ciclo de la epidemia ha pasado o, por el contrario, el temido efecto invernal del virus viene de norte a sur y a España lo más duro aún podría llegar.