Ocho incógnitas sobre el volcán

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MIGUEL CALERO

Los expertos creen que, con control, no habrá peligro para las personas

22 sep 2021 . Actualizado a las 08:35 h.

La mayor parte de las certezas que giran en torno a la erupción del volcán de la isla de La Palma se sustentan en la evolución de episodios anteriores. De hecho, para casi todos los expertos, lo que ocurre ahora forma parte de la misma dinámica que el resto de erupciones observadas desde que hay registros. En términos geológicos, es un período de tiempo insignificante. Lo que es indiscutible es que el nivel de análisis actual está a años luz del que tuvieron a su disposición los científicos que estudiaron fenómenos anteriores. Esto es lo que opinan sobre las preguntas más comunes en torno a la erupción. 

¿Qué peligro suponen los gases emanados?

Un peligro pequeño e inexistente con una gestión adecuada, es decir, evitando que la gente se acerque a la zona de erupción. Una parte importante de estos gases son vapor de agua, mientras que el resto, expulsados a la atmósfera no tendrían que afectar a la población siempre y cuando no lleguen a entrar en recintos cerrados y sin ventilación. El más peligroso es el CO2, pero como recuerda el catedrático de Geología Juan Ramón Vidal Romaní: «Con el calor que hace ahora allí, el viento tiene que estar generando unos flujos tremendos. Habría que meterse de cabeza en la nube para que nos afectara». Con todo, durante la erupción del Teneguía, hace 50 años murió una persona por inhalación de gases.

¿Aumentará la toxicidad al llegar la lava al mar?

Podría ser por la evaporación de algunos compuestos químicos que bajan con la colada. Sin embargo, no deberían suponer ningún problema para las personas si se mantiene la distancia adecuada. Los expertos recuerdan las experiencias de otras coladas que alcanzan el océano sin que suponga un peligro mayor para la población. Incluso en el 2014, la erupción en El Hierro fue submarina sin que ello supusiera una emanación de gases que afectara a la población. 

¿Se verá afectado el tráfico aéreo como ocurrió con el volcán islandés?

Es muy improbable que eso ocurra. Por varias razones. En el caso islandés, la erupción fue mucho mayor y se produjo bajo un glaciar, lo que implicó el lanzamiento de un volumen de cenizas muy superior al que está dándose en este caso. Además, la expansión de las cenizas del volcán islandés alcanzó a zonas muy pobladas de Europa, mientras que en el caso canario, esa expansión iría hacia el mar y al desierto africano. Los vuelos que pudieran atravesar la nube de humo, lo harían a una altura muy superior a la que podría provocar problemas en sus motores.

 ¿Cómo afectará la caída de las cenizas?

Durará bastante tiempo y estará condicionada por el flujo del viento. «Desde luego, matará a los cultivos, porque no podrán respirar», asegura Augusto Pérez Alberti, Catedrático de Geografía de la USC, «Toda la isla se va a ver afectada. Pero es una erupción pequeña». Vidal Romaní añade que las cenizas provocarán un fenómeno: «Las partículas más pequeñas se inyectan en la estratosfera y se pueden quedar allí durante meses y producirán un cierto enfriamiento en la superficie de la tierra, pequeño, porque el volcán no es grande. Es posible que filtre un poco la radiación solar y provoquen como un efecto anti invernadero». 

¿Podríamos tener una lluvia ácida?

No. Eso opinan los meteorólogos. No tanto por la ausencia de gases tóxicos en la atmósfera, que en alguna medida está liberando el volcán de La Palma y a los que se unirán los que genere el contacto de la lava con el mar, sino por la dificultad que se produzcan lluvias. En estos momentos, afirman los meteorólogos, la zona se encuentra bajo la influencia de los vientos alisios que descartan la presencia de lluvia. 

¿Realmente es posible que una gran explosión afecte a la isla?

Vidal Romaní reflexiona sobre este parámetro: «¿Hay alguna posibilidad de que ocurra una explosión? Realmente la hay. Por tanto, es posible que se produzca. La explosión de la que habla el catedrático gallego es una erupción freatomagmática y se produciría si el mar llegara a introducirse en el conducto por el que circula el magma a través de alguna fisura. Eso generaría una vaporización y la consiguiente erupción que podría destruir parte de La Palma. «Eso ya ha ocurrido y se puede deducir en la propia orografía de la isla», asegura Romaní que afirma que, en su opinión, no sería descabellado plantearse evacuar toda la isla. Pérez Alberti, sin embargo, descarta esa posibilidad: «Esa teoría la defendían unos investigadores californianos que decían incluso que podía hundirse la isla, pero los científicos que trabajan en el tema no lo tienen en cuenta porque la erupción no se produce cerca del mar, sino en las partes altas de la isla». 

¿Cuánta superficie ganará la isla?

Eso es impredecible, pero es seguro que la superficie de la isla crecerá. Ya lo está haciendo. En la erupción del Teneguía la isla ganó una superficie de dos kilómetros cuadrados, que hoy son terreno desértico y que, curiosamente, tienen propietario: la misma familia que ya era propietaria de terrenos en esa zona y en cuya descripción se especifica que las fincas lindan con el mar. 

¿Podría darse en Galicia un caso así?

«Galicia está en una zona de actividad sísmica, pero no volcánica», zanja Pérez Alberti. Las Canarias se encuentran en lo que se conoce como puntos calientes del planeta, donde la erosión de las placas permite la actividad eruptiva. Galicia se encuentra lejos de esos puntos calientes. Aquí nunca veremos un volcán.