Samuel, uno de los supervivientes del Villa de Pitanxo: «En el agua pensé : 'Tengo que salvarme, no le puedo dar ese disgusto a mamá'»

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El marinero de Ghana se salvó junto al patrón y su sobrino. En la balsa, en las gélidas aguas de Terranova, junto a los otros dos superviviente y el cadáver de cuatro amigos pensó en su mujer y en la familia que lo arropó en Marín

20 feb 2022 . Actualizado a las 16:42 h.

Cuando la madrugada del pasado martes, el Villa de Pitanxo naufragó en las gélidas aguas de Terranova, empezaron días de dolor e incertidumbre que todavía no han acabado para las familias de los 24 tripulantes del barco. En las primeras horas se supo que el patrón, Juan Padín, y su sobrino, Eduardo Rial, habían sobrevivido a la tragedia, pero se hablaba de un tercer superviviente que tuvo a las familias con el alma en vilo. El miércoles al mediodía se desveló la identidad de ese tercer milagro. Se llama Samuel Koufie, un ghanés de unos 30 años, que se enroló en el Villa de Pitanxo para dar un futuro mejor a sus cinco hijos y a su mujer, Emilia, que viven en un pequeño pueblo al sur de Ghana.

Emilia fue la primera persona a la que llamó para decirle que se encontraba bien y contarle lo que había ocurrido a 250 millas de la costa de Terranova. Después de hablar con su esposa, se puso en contacto con su familia de Marín. No les une la sangre, pero sí la fuerza del corazón. «Samuel nos dijo que cuando naufragó solo podía pensar: ‘Tengo que salvarme, no le puedo dar ese disgusto a mamá’», explica Marta Piñeiro, sobrina de Ramona, esa mujer fuerte que es para Samuel su madre gallega. Samuel sobrevivió a la deriva en una balsa con los otros dos supervivientes y algunos de los tripulantes fallecidos.

En esa pequeña conversación que mantuvieron con él pusieron el manos libre del teléfono para que todos pudiesen escuchar su voz después de dos días con el corazón en un puño. Sus palabras transmitían el dolor de haber vivido la tragedia en primera persona, pero «nos dijo que se encontraba bien. Mi tía, como son todas las madres, le preguntó si estaba comiendo, y él comentó que ese día era el primero que había podido hacerlo». Marta Piñeiro, que lo conoce bien, no puede imaginarse cómo se encontrará Samuel cuando llegue a Marín. Necesitará mucho su apoyo y como él mismo dijo «muchos abrazos vuestros después de lo que pasó». Muchos abrazos los tendrá seguro. Pero también su comida favorita. «Le dijo a la tía Ramona, ‘mamá, cuando llegue, prepárame esa tortilla de patatas que tanto me gusta’».

En esa breve llamada, Samuel Koufie avisó a su familia marinense de que en cuanto supiese cuándo volaba a España, los volvería a llamar. Está previsto que un avión A-400 del Ejército del Aire del Gobierno de España salga este domingo con destino al aeropuerto de San Juan de Terranova para la repatriación de los tres marineros que sobrevivieron al naufragio y de los nueve cuerpos rescatados e identificados hasta el momento. «No sabes lo famoso que eres ahora», le decía Marta Piñeiro a Samuel en esa breve comunicación que mantuvieron a través de un teléfono que le dejaron cuando iban a bordo del Playa Mendiña Dos. No han podido volver a hablar con él, pero están tranquilos al saber que en unos días lo volverán a abrazar.

Un hombre solidario

Son muchas las familias que quieren a este marinero ghanés que llegó a Marín hace más de una década a bordo de un barco buscando una vida mejor. En el mar encontró ese futuro esperanzador que ansiaba en África para que sus hijos pudiesen tener los estudios a los que él no pudo acceder. Faenó muchas veces en el Gran Sol, pero esta vez quiso probar en Terranova para poder hacer algo de dinero y viajar a Ghana para conocer al pequeño de sus cinco hijos. «Su vida en España cambió, empezó a trabajar y pudo cambiar a los niños a un colegio mejor en Ghana. Para él los estudios son muy importantes», relata Piñeiro, que cuenta las horas para poder darle un abrazo y sentarse juntos a la mesa con esa tortilla que tanto le gusta.

Pero Samuel no solo trabaja muy duro, sino que su dura experiencia le empuja a ser tan solidario con los demás como lo fueron con él. Además de ayudar en Cáritas en Marín, donde ha encontrado el cariño de Antonio y Rosa, colabora activamente con Amor en Acción. Se apunta a todo. El Concello de Ponte Caldelas le enviaba un mensaje de ánimo esta semana. Fue su rey Baltasar en la última cabalgata. Marta Piñeiro recuerda que hace un tiempo acudieron al colegio de Ardán (Marín) para enseñar cómo es la vida en Ghana. «Estaban trabajando sobre la Vuelta al mundo de Willy Fog y nada más proponérselo, quiso colaborar», explica su familia gallega, que a pesar de la satisfacción de saber que Samuel está con vida, siente un profundo dolor por el resto de los tripulantes. «Pedimos que no se deje de buscar, creemos que hay que tener empatía con el sufrimiento de esas familias», advierte Marta Piñeiro.

Quedan muchas incógnitas por responder y mucho dolor que aliviar, pero el calor de su familia lo ayudará a recuperar la sonrisa que la madrugada del 15 de febrero se heló en las aguas de Terranova.