Además aseguró que el caché que ha cobrado por esta entrevista en Telecinco irá destinado «a la Fundación Aless Lequio para investigar el cáncer. Jamás me lucraría con mi dolor», aseguraba.
El prematuro adiós de Álex Lequio a los 27 años
Ana Obregón paró su vida en seco en marzo del 2018, cuando lo dejó todo para acompañar a su hijo en los momentos más difíciles de su corta vida. Un dolor de espalda muy intenso fue el detonante que dio a los médicos la primera pista de un diagnóstico aterrador siempre, pero más si cabe en una persona joven: tenía cáncer, en concreto una sarcoma de Ewing . Ana Obregón y Alessandro Lequio viajaron junto a su hijo a Nueva York para que allí se sometiese a un tratamiento contra la enfermedad. Ana no se separó de él en ningún momento, y no lo haría hasta el fatídico 13 de mayo del 2020 en el que tuvo que enfrentarse al peor momento de unos padres: enterrar a su hijo.
Al principio las informaciones sobre la enfermedad eran pocas y confusas , pero una vez que pasaron los meses y todo parecía ir bien, Ana Obregón y su hijo concedieron varias entrevistas en las que hablaban abiertamente del cáncer . «Cuando el médico me dice "su hijo tiene un tumor ", es como si se hubiera bajado de repente el telón de mi vida», explicaba en ¡Hola! . «Me pasé toda la noche llorando sentada al lado de mi hijo dormido», aseguraba. Y tres días después se confirmaba el fatal diagnóstico: «Era maligno y, además, de un tipo del que había muy pocos casos en el mundo. Desde ese momento supe que yo ya no podía desmoronarme». La bióloga y presentadora fue muy clara en cómo habían afrontado la enfermedad: «Mi hijo llegó a preguntarme si se iba a morir », confesaba en Volverte a ver , el programa que presenta Carlos Sobera en Telecinco.
El propio Álex Lequio reaparecía en público mostrando abiertamente las secuelas que el cáncer había dejado en él. «No hay que dramatizar», aseguraba. «El cáncer no es sinónimo de fatalismo y muerte, sino al revés: es sinónimo de vida», añadía. «Esta es una enfermedad en la que lo que queda es tomarte cada día como si fuera el último y esperar lo mejor posible», declaraba. «A mí, mirarme al espejo y parecer un reptil me hace gracia. Pero entiendo que haya gente que igual ese cambio físico le pueda impactar», afirmaba.
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Todo parecía ir bien, incluso Ana Obregón «se permitió» participar en la edición de MasterChef Celebrity en La 1, pero llegó una recaída . Y los siguientes meses fueron una auténtica tortura para la familia. Se trasladaron antes de decretarse el estado de alarma a Barcelona para probar un nuevo tratamiento experimental, pero finalmente no surtió efecto y murió dejando totalmente desconsolados a sus familiares y amigos .
Tras la triste despedida, a la que las restricciones del confinamiento por el covid-19 añadieron si cabe más dolor ya que estuvieron prácticamente solos en el cementerio, Ana Obregón se encerró para vivir un luto que solo abandonaba fugazmente a través de sus post en la su cuenta de Instagram, que convirtió en una forma de comunicarse con sus seguidores y honrar a tu hijo.
Los tres primeros meses apenas podía salir de la cama e incluso pasaron por su mente las ganas de quitarse la vida. «Ya sé que no me quiero ir. Que ya es importante. ¿Y sabes por qué no me quiero ir? Porque quiero hacer cosas, cosas que Álex quería hacer y no pudo terminar. Quiero seguir su legado», afirmaba en noviembre del 2018. «Nunca le mentí, menos al final. Él tampoco preguntaba. Los tres últimos meses de ingreso en el hospital han sido una crueldad que no se puede explicar. Terribles», rememora.
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El paso del tiempo fue curando sus heridas, y finalmente regresó para dar las Campanadas y enviar un mensaje de aliento y cariño a toda España junto a Anne Igartiburu. Este año iba a repetir, pero el covid-19 truncó sus planes y tuvo que confinarse .
«Cuando pierdes a un ser querido se llama duelo, pero cuando pierdes a un hijo es un infierno », afirmaba en otra entrevista el pasado verano, tras la muerte de su madre. «El verano pasado fue horrible y este, horrible multiplicado por dos, porque aquí estoy, cuidando de mi padre y animándolo y, la verdad, yo no estoy para animar a nadie, estoy más para que me animen a mí. Me está costando la vida », asegura. A corazón abierto, Obregón explica que «he aprendido dos cosas: una, que antes vivía con miedo. Ya no tengo miedo a morirme , es más, si me muero mañana, estaré feliz. Otra es que soy libre por primera vez. A mí ya no me puede pasar ya nada más. Así que soy libre, he conocido la verdadera libertad», reconocía. Durante meses, solo salió de su encierro para acudir como investigadora invitada a Mask Singer y participar en Telepasión . Hace unas semanas confirmaba su fichaje como miembro del panel de investigadores del programa de máscaras, lo que supondrá su vuelta a la televisión de manera continuada.
Martín Bastos
Ana Obregón se enfrentará en un juicio contra Antonia Dell'Atte por un presunto delito de calumnias después de que el juzgado de instrucción número 3 de Barcelona haya admitido a trámite la querella presentada por la italiana antes del pasado verano. Según una información del portal Vanitatis , la jueza considera que hay indicios suficientes para investigar los presuntos hechos delictivos de los que la modelo acusa a la bióloga.
El litigio se remonta al momento en que se estrenó la docuserie de Rocío Carrasco que emitió Telecinco . Alessandro Lecquio se mostró bastante crítico con la hija de Rocío Jurado y cuestionó sus acusaciones contra Antonio David Flores . Esto llevó a Dell'Atte a apoyar públicamente a Rociito y a cargar contra Lecquio, publicando la denuncia por malos tratos que interpuso contra él en 1991.
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