Alejo Santolino, profesor gallego en Moscú: «Ya se están notando las sanciones, pero eso, a la vez, aumenta el orgullo de la gente»

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela REDACCIÓN / LA VOZ

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MAXIM SHEMETOV | Reuters

«Los medios rusos justifican la agresión porque Ucrania iba a atacar Donetsk», asegura el docente del Instituto Cervantes

28 mar 2022 . Actualizado a las 16:39 h.

Cuando Alejo Santolino se instaló en Rusia, hace catorce años, Vladimir Putin ya estaba en el poder. Pero aquel Putin no es el mismo de ahora. «Hubo un viraje. Si miramos en la hemeroteca, vemos que cuando llegué había una tendencia de acercamiento a Europa. En los últimos años ha dejado de ser así. La vuelta de Putin [tras el ínterin de cuatro años de Dimitri Medvédev] supuso más nacionalismo y aislamiento», cuenta por teléfono desde Moscú este profesor de español del Instituto Cervantes, de padres gallegos y criado en A Coruña. En Moscú está hoy su familia y su trabajo, lo que más le preocupa desde el inicio de la incursión militar del Kremlin en Ucrania. Las clases de español, ante el progresivo hermetismo al que se dirige Rusia, serán cada vez menos útiles. «Si seguimos así no habrá viajes, y sin viajes habrá menos gente que quiera estudiar español», resume.

La guerra lo ha enturbiado todo aún más en un país que se ha ido acostumbrando a pensar dos veces antes de hablar. «No puedes comunicarte libremente, hay muchas restricciones. Al principio había algunas manifestaciones, pero si vas a una corres el riesgo de ir a la cárcel. Y si un extranjero protesta, pierde el permiso de residencia», continúa Santolino, que advierte de que los rusos «no tienen mucha cultura de manifestarse» porque nunca han conseguido gran cosa con ello en los últimos años.

La mayoría crítica se concentra en Moscú y San Petersburgo, pero el docente gallego observa que la popularidad de Vladimir Putin es enorme en el resto del país. «Creo que ese aislamiento, las sanciones que impone Occidente, solo contribuyen a afianzarlo más en el poder [a Putin]. Impiden que la gente se informe», afirma. 

La guerra necesaria

La mayoría de medios extranjeros se han ido de Rusia en el último mes y los nacionales críticos con el Gobierno son censurados. Existe una única versión sobre el conflicto en Ucrania: la que marca el Kremlin. «Hay una representación puramente orwelliana» de la guerra en los canales rusos, avisa en la BBC Vitali Shevchenko, el editor jefe del servicio ruso del sistema de monitoreo de medios de la cadena pública británica. «Lo que se ha hecho ver a la gran mayoría de la audiencia es que Rusia está involucrada en una pequeña operación en el este de Ucrania y que el Gobierno ucraniano está tratando de provocar una guerra más grande», añade.

Dice Alejo que los medios rusos no informan de la operación militar y, si lo hacen, no dicen que «vaya mal» —a pesar del estancamiento de los últimos días y la pérdida del control en Jersón, según el Pentágono—, «pero sí que era necesario intervenir porque Ucrania iba a atacar Donetsk. La propaganda en Rusia habla de un movimiento defensivo». Considera que hay «mucha gente en contra» de la guerra, pero la aprobación de Putin es «altísima». La impresión allí es que la contienda durará más tiempo, ya que el presidente ruso «no puede perder». «Imagino que irán poco a poco, por desgaste aunque pasen penurias. Tiene que venderse como una victoria: con un acuerdo de paz o conquistando parte de Ucrania», apunta el profesor de español.

Pero las sanciones empiezan a notarse en la calle. Rusia cuenta con una inabarcable reserva de madera en su extensísimo territorio, pero los productos derivados de la celulosa han quintuplicado su precio. Los de alimentación aumentaron en un 40 %, pero aún no hay problemas de abastecimiento. Además, los extranjeros y los rusos que viven fuera se encuentran ahora con el problema de no poder enviar y recibir divisas del extranjero. «Poco a poco empiezan a notarse los efectos de las sanciones, pero también aumentan el orgullo de la gente. La mayoría están acostumbrados a épocas peores, como en los noventa tras la caída de la URSS. Se pierde dinero, pero no se ven tan mal como entonces», argumenta. 

Ya lo hizo Occidente

El gallego concede a Rusia la visión de que la invasión en Ucrania tiene similitudes con las intervenciones militares de Estados Unidos. «Solo se ve un lado de la guerra en España. Putin hace lo mismo que hicieron Estados Unidos o Europa en otros países. Aquí ven que hay un doble rasero» —apostilla— «se habla de Libia, de Sarajevo, de Irak... Hicieron lo mismo, pero les salió mejor».

Alejo Santolino considera que «el gran error de Occidente» fue dejar caer a Rusia tras la Unión Soviética. «En vez de ayudar a salir de la crisis, se permitió que Rusia se empobreciese. Seguimos pasos de la Primera Guerra Mundial al castigar a Alemania. La URSS se rindió y las promesas al Este se incumplieron. Con Rusia humillada, surgió un movimiento nacionalista que no es positivo para Occidente», expone el profesor, cuya idea es quedarse en Moscú «mientras pueda».