Los civiles evacuados relatan el infierno vivido en los búnkeres de la acería de Mariúpol

Lourdes Velasco ZAPORIYIA / EFE, LA VOZ

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Un familia de Mariúpol esperan en su coche dañado, a su llegada a Zaporiyia.
Un familia de Mariúpol esperan en su coche dañado, a su llegada a Zaporiyia. ROMAN PILIPEY | Efe

Dentro de la planta asediada siguen atrapados unos doscientos civiles

03 may 2022 . Actualizado a las 09:44 h.

Los primeros civiles evacuados de la acería de Mariúpol cuentan el infierno que han vivido en el laberinto de búnkeres bajo tierra de la era soviética. «Temía que el búnker no resistirá las bombas, tenía un miedo terrible», contó Natalia Usmanova, de 37 años, al diario británico The Guardian. Todos recuerdan la falta de oxígeno en los refugios de la planta de Azovstal, y también la escasez de comida. «Los adultos podíamos aguantar, pero los niños no», declaró otra mujer que ha logrado salir con su hijo antes de subir al autobús que la trasladaba a Zaporiyia, localidad controlada por las fuerzas ucranianas. 

La mayoría llevan dos meses bajo tierra. «No hemos visto el sol durante mucho tiempo», dijo Usmanova a su llegada en un convoy de la ONU y la Cruz Roja a Bezimenne, un pueblo de Donetsk bajo control de los separatistas prorrusos a unos 30 kilómetros al este de Mariúpol.

Las Naciones Unidas confirmaron la evacuación de cerca de 200 civiles de la planta, el último reducto de resistencia en Mariúpol. Todos los intentos desplegados habían fracasado hasta que en la noche del sábado salieron veinte personas. Durante la madrugada otros cincuenta fueron evacuados a una aldea ocupada de Donetsk y a primera hora de este lunes un centenar partió hacia Zaporiyia. De acuerdo con el alcalde Vadim Boychenko,las evacuaciones continúan a cuentagotas «pese a las dificultades».

El capitán Sviatoslav Palamar, subcomandante del Batallón Azov que permanece escondido en Mariúpol, dijo que hasta 200 civiles permanecen todavía atrapados en la acería. Durante toda la noche del lunes la artillería rusa no paró de bombardear la planta. Sus combatientes podían escuchar las voces de las personas atrapadas en los sótanos del vasto complejo industrial.

La ONU aseguró que primero serían evacuados las mujeres, los niños y los ancianos, una decisión que lamentó el presidente Volodímir Zelenski, quien aspira a que las evacuaciones de las ciudades asediadas incluyan también a soldados y a heridos. Ahora lo más apremiante, dijo no obstante, es la evacuación de la acería. «Las personas tienen miedo de salir porque los matan. Ahora estamos hablando de abrir ese corredor, pero todo depende de la parte rusa», agregó.

El centro de recepción de refugiados de Zaporiyia esperaban que a lo largo de la noche llegarán de los primeros evacuados. Sí llegaron centenares de personas que huían del Dombás, incluidos algunos de Mariúpol, a quienes el trayecto les ha costado más de trece horas.

Dimitri, de 48 años, llegó a Zaporiyia hace un mes y medio en su propio coche, huyendo de los bombardeos de Mariúpol que habían matado a vecinos y a amigos. Ahora ha vuelto al punto al que llegó para tener noticias del convoy que viene de su ciudad y tratar de ayudar si puede. También ha ido a curarse: lo que antes era una cafetería en un centro comercial de Zaporiyia alberga ahora un hospital improvisado en el que se presta la primera atención médica a los refugiados.

Dimitri describe un relato dantesco de lo que dejó atrás en la ciudad: «Si no llegan las ambulancias, es prácticamente imposible que los civiles se salven. He visto perros hambrientos hurgando entre los escombros. Cogí a una niña entre los escombros que estaba aún viva pero la tuve que dejar al darme cuenta de que le faltaban las piernas y no la podía salvar», relata a Efe.

«El Kremlin ya tomado la decisión de atacar Moldavia» 

Rusia busca abrir un nuevo frente contra Ucrania desde Moldavia, y varios «indicadores» apuntan a un ataque contra esa antigua república soviética en un futuro cercano, según fuentes militares ucranianas citadas por el diario británico The Times. «Creemos que el Kremlin ya ha tomado la decisión de atacar Moldavia», señala una fuente militar ucraniana. 

De tener éxito esa incursión, le permitiría a las fuerzas rusas entrar en el puerto de Odesa, en el mar Negro, desde el oeste, según el periódico británico, que recuerda que Moldavia apenas tiene 3.250 soldados en su Ejército. «El destino de Moldavia es crucial. Si los rusos comienzan a tomar el control, militarmente seremos un objetivo más fácil y la amenaza para Ucrania será existencial», añade la fuente. 

Ataques a Odesa

Las autoridades de Odesa han extendido el toque de queda ante el temor de que Rusia esté intentado abrir un nuevo frente de guerra. Esta ciudad portuaria fue blanco este lunes de varios con misiles que impactaron sobre un bloque de viviendas y un recinto religioso, que dejó varios muertos —entre ellos un adolescente de 15 años— y heridos, según el servicio de prensa del Ayuntamiento.

Otro cohete ruso golpeó un puente estratégico en el estuario del Dniéster. El puente, que ya ha sido atacado dos veces por las fuerzas rusas, es el único enlace por carretera y ferrocarril con la región de Odesa.

Rusia busca afianzar sus posiciones en el sur de Ucrania, a la vez que continúa su ofensiva en el este. Las fuerzas rusas tratan de avanzar en la dirección de Southern (Yuzhni) Bug, el segundo río más importante del país que desemboca en el mar Negro, con el objetivo de llegar hasta la frontera administrativa de la región de Jersón y ocuparla en su totalidad, según recoge Efe del mando ucraniano. Los militares señalaron en su parte diario que los rusos buscan «debilidades» en la defensa ucraniana en esa zona, al tiempo que mantienen sus ataques con artillería en el área de Mykolaiv, una de las principales localidades y centros económicos del sur de Ucrania. 

Inoperativos

Un cuarto de los batallones rusos desplegados en Ucrania se encuentran «inoperativos», según el último parte de inteligencia británica. Al comienzo del conflicto, Rusia envió más de 120 grupos tácticos de batallón, aproximadamente el 65 % de toda su fuerza de combate terrestre. Algunas unidades de élite, incluidas las Fuerzas Aerotransportadas VDV, han sufrido elevados niveles de desgaste, por lo que es posible que le lleve a Rusia años reconstituir estas fuerzas.