Pilar Palomero, directora de «La maternal»: «A las adolescentes embarazadas les preocupan más otras cosas que el parto»

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La ganadora del Goya a Mejor Dirección Novel y el Premio a la Mejor Película con «Las niñas» estrena este viernes «La maternal», donde explora el conflicto de ser adolescente y madre a la vez

18 nov 2022 . Actualizado a las 20:15 h.

Algún fruncido de ceño tuvo que encajar Pilar Palomero (Zaragoza, 1980), premio Goya a la Mejor Película por Las niñas, al revelar que estaba trabajando en un guion sobre el embarazo adolescente. «Es cómodo no mirar ahí, no verlo, por eso hay que hablar», afirma. Este viernes se estrena en cines La maternal, donde la escritora y realizadora enfoca el conflicto entre ser madre y a la vez ser adolescente. Ficción, pero rigurosamente documentada. Pilar Palomero ha querido mirar y contar «desde la emoción pura». Esto no es un documental, por más que ella se haya documentado empapándose de historias reales y de la manera de trabajar de dos centros de atención a menores embarazadas en Barcelona.

Carla Quílez, la chica de 14 años que encarna a la protagonista, es uno de los fuertes de La maternal. La descubrió la directora de cásting Irene Roqué en Instagram, por una cuenta en la que subía sus vídeos bailando, que cuentan con más de 20.000 seguidores en redes. Su fuerza bailando les hizo pensar que era perfecta para el papel.

­—Esta película dialoga con «Las niñas». «La maternal» explora el conflicto de crecer desde otra realidad social y familiar muy diferentes. ¿Qué hay en común?

—No lo sé, a nivel consciente, no he tomado una decisión... Creo que lo que tienen en común las dos películas es la forma en que he querido trabajar con las actrices y acercarme a ellas con la cámara... Pero las películas tienen vida propia y que van siguiendo su camino, quiera una o no.

­—A muchos «La maternal» nos quita una venda de los ojos frente a la realidad del embarazo en adolescentes. No imaginamos las cosas como las muestras...

—A mí una de las cosas que me dolían en el proceso de documentación para esta película era ver que en casi todos los casos, en las conversaciones que tenía con las chicas que han sido madres en su adolescencia, un porcentaje muy alto se enteraban del embarazo cuando estaban de cinco, seis, siete, ocho meses. No son adolescentes que deciden ser madres, sino chicas que se ven obligadas a serlo.

­—Ninguna adolescente, en realidad, elige ser madre; esto es algo excepcional.

—Claro. Las adolescentes que aparecen en la película son grandes madres, pero habrían elegido no serlo. Algo que quería reflejar es que esa información del embarazo les llega cuando ya no hay alternativa.

—¿Por qué hablar del embarazo adolescente y por qué de esta manera tan cruda y poética a la vez?

—Fue al conocer a este grupo de chicas que habían sido madres en la adolescencia, escuchar sus historias, sentir sus ganas de contar... Ellas querían hablar, porque se sienten juzgadas por su entorno.

—El espectador es libre para interpretar, porque se puede ver empoderante el hecho de ser madre incluso sin elegirlo a esa edad. Aquí se ve paso a paso cómo se construye la maternidad, el vínculo. Fascinante Carla Quílez, la actriz más joven en ganar la Concha de Plata del Festival de San Sebastián.

—Para mí era importante que hubiera luz y esperanza, sobre todo en el sentido de lo que me transmiten ellas. Ellas son motor, personas luchadoras, llenas de vida, con esa energía que tiene la adolescencia. Y he intentado que haya varias lecturas posibles. Lo que me gustaría es que viendo a Carla (la protagonista) al espectador, haga lo que haga, le parezca bien, que piense: «No la puedo juzgar».

La directora Pilar Palomero con las actrices Carla Quílez y Ángela Cervantes en San Sebastián.
La directora Pilar Palomero con las actrices Carla Quílez y Ángela Cervantes en San Sebastián. Javier Etxezarreta | EFE

—¿Existe el centro de «La maternal»?

—Sí, La maternal está inspirada en un centro que conocí de Barcelona, una cooperativa en la que la gente que trabaja allí lo hace de manera vocacional, con un compromiso impresionante. En la película nos hemos permitido alguna licencia. Por ejemplo, el uso del móvil está mucho más restringido en realidad.

Carla Quílez y Ángela Cervantes, hija y madre en «La maternal».
Carla Quílez y Ángela Cervantes, hija y madre en «La maternal».

—¿Qué cosas le preocupan y le dan miedo a una madre adolescente?

—Hablando con las chicas, vi que había temas que se repetían, preocupaciones de tipo emocional. Pensé que íbamos a hablar mucho del parto y, sin embargo, de lo que más ganas tenían ellas de hablar era de cómo las había juzgado su entorno, su instituto, el pueblo... Vi que les preocupaban más otras cosas que el parto. 

—Es fácil ver el desamparo en esas niñas que se ven obligadas a madurar en nueve meses. Es más difícil empatizar con su entorno familiar, con la madre de Carla. Pero la película también te hace cambiar la manera de ver a la madre de Carla, te hace juzgarla menos, entenderla, ponerte en su lugar.

-La relación de Carla con su madre es muy importante. En muchos casos de embarazos adolescentes, hay ese patrón, un caso anterior en la familia, otra mujer que también fue madre en la adolescencia. A mí también me interesa mostrar que la madre de Carla ha vivido lo mismo que ella, pero sin ayuda. Me interesaba mostrar los vínculos que se crean entre las adolescentes. Al final en una situación tan extrema como esta es igual donde más apoyo reciben. 

—En esa residencia maternal de la peli, Carla ve que la vida puede ser de otra manera, ahí sale del determinismo social de su entorno...

—Sí, es ahí donde el papel de la maternal es fundamental, como lo es todo el servicio de protección al menor. Son servicios complejos, pero imprescindibles. Ahí sale Carla de ese determinismo del que hablas, desde ahí puede dejar de pensar: «Mi vida es esto, yo no puedo soñar con ser astronauta». Todos los sistemas de protección social deben estar ahí, para tratar de que todos tengamos las mismas oportunidades.

—¿Vive una edad dorada el cine que explora desde dentro la maternidad? Pienso en películas como esta, en «Cinco lobitos», «La hija oscura»... Hay otra mirada en torno a estos temas.

—Te diría que no, que no vive una edad dorada. La maternal no es tanto sobre la maternidad como sobre el conflicto que se genera al ser adolescente y madre a la vez. Hacía falta que hubiera más autoras hablando más de temas que les ocupan y les preocupan, y ha sido una consecuencia lógica de que haya mujeres dirigiendo. Lo que no quiere decir que a una mujer le interesen exclusivamente estos temas. Pero sí faltaba esta mirada sobre los temas de las mujeres, no una historia de vez en cuando como algo excepcional, sino como algo constante y recurrente en el cine.