Puigdemont mantiene el pulso al PSOE y retrasa el acuerdo para la investidura

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores

El secretario general de Junts, Jordi Turull, a su salida del Parlamento Europeo.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, a su salida del Parlamento Europeo.

Los socialistas confían en que Sánchez pueda ser designado esta semana

08 nov 2023 . Actualizado a las 11:49 h.

El PSOE y Junts mantienen las negociaciones sobre la ley de amnistía, que podría ser aprobada este martes. El partido de Carles Puigdemont sostiene el pulso a los socialistas negándose a dar su visto bueno final a la norma. Las diferencias se encuentran ya en aspectos técnicos del texto a aprobar. Los independentistas catalanes pretenden blindar esa ley de amnistía ante la Justicia española, de manera que ningún juez pueda dejar fuera a alguno de los amnistiados.

Hasta que ambas delegaciones no se pongan de acuerdo no habrá un texto final, por lo que los planes del PSOE para que la investidura se produzca esta misma semana están en entredicho. Santos Cerdán, el negociador socialista, se trasladó el este lunes a Bruselas para intentar cerrar el pacto. Las dos delegaciones permanecían en dos hoteles distintos de la capital belga, intercambiando párrafos de una ley de amnistía que Puigdemont pretende que ampare a estrechos colaboradores suyos inmersos en casos judiciales que nada tienen que ver con los hechos que se recogen en la amnistía pactada con ERC. 

Las exigencias de Puigdemont

Los planes de Moncloa pasaban por haber aprobado el pacto sobre la ley de amnistía con Junts el pasado jueves para registrar en el Congreso la ley de amnistía el viernes y celebrar el debate de investidura el miércoles y jueves de esta semana. Pero Puigdemont ha hecho parar el reloj, en una estrategia que los socialistas achacan al deseo de Junts de demostrar que son ellos, y no ERC, los que tienen en su mano investir o no a Pedro Sánchez.

Puigdemont pretende que la amnistía alcance también al mosso d'Esquadra Lluís Escolà, que actuó como su guardaespaldas sin cobertura legal para ello. Y que proteja también al jefe de la oficina de Puigdemont Josep Lluís Alay, acusado en el caso Voloh, en el que se investigan los supuestos contactos del independentismo catalán con la Rusia de Putin.

Pero, paralelamente, exige también que en el texto final haya un reconocimiento explícito de que, después del referendo ilegal del 1 de octubre del 2017, el Estado ha perseguido judicialmente con montajes a los implicados en el procés en una estrategia que denominan lawfare.

Jaume Asens, el negociador designado por Sumar, se mostró optimista y dijo que el acuerdo se cerraría en las próximas horas o como mucho este martes. «No veo ahora mismo ningún obstáculo importante para que el acuerdo se pueda firmar y podamos tener una investidura esta misma semana», afirmó. El texto de la ley no hará referencia a personas concretas porque eso, según Asens, «sería asimilarlo a un indulto general». Lo que se hacen son «definiciones globales, precisas, que permitan englobar diferentes casos, pero no con nombres y apellidos», explicó.

 Todavía falta el PNV

Pero, además de firmar el pacto con Junts, al PSOE le queda cerrar un acuerdo con el PNV, cuyos cinco votos son imprescindibles también para la investidura de Sánchez. El lendakari Íñigo Urkullu destacó que el Gobierno central en funciones le queda por cumplir el Estatuto y «garantizar» el autogobierno vasco.

Urkullu aseguró que su objetivo es ofrecer «certidumbre» en estos tiempos «convulsos» que se viven. Indicó que no quiere «añadir tampoco más inquietud a lo que en estos momentos es la incertidumbre» sobre la próxima investidura. «Estamos en un proceso de negociación. Creo que no solamente es la resolución de las conversaciones entre el PSOE y Junts lo que queda pendiente. Creo que queda pendiente algo más también», remarcó en referencia al pacto con el PNV.