Reformas en la Casa Blanca: dorado y asfaltado para el inquilino republicano

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

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Trump junto a una colección de cuadros con marcos dorados en la Casa Blanca.
Trump junto a una colección de cuadros con marcos dorados en la Casa Blanca. Nathan Howard | REUTERS

El Despacho Oval recuerda cada día más a la pomposa residencia de Trump en Mar-a-Lago

20 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A su regreso a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump se ha empeñado en modificar radicalmente el rumbo de la política estadounidense y deshacer el camino de su antecesor, el demócrata Joe Biden, cambios que también han dejado su rastro dorado en las paredes del Despacho Oval y cubierto con asfalto la Rosaleda de la icónica Jackie Kennedy.

En menos de seis meses desde su toma de posesión, la reconocible oficina presidencial parece otra, que recuerda cada día más a la pomposa residencia del republicano en Mar-a-Lago.

Un mini Versalles en el Oval

Trump nunca ha escondido su fascinación con el oro. Su estilo grandilocuente es inmediatamente visible para quien visite el refugio floridano del neoyorquino, comparado con el Versalles de Luis XIV por su decoración recargada. A diferencia de su primer mandato (2017-2021), cuando instaló una nueva alfombra y reemplazó las cortinas rojas usadas por Barack Obama (2009-2017) por unas doradas que Biden conservó, Trump ha ido mucho más allá. Desde su regreso en enero, ha doblado el número de cuadros en el Despacho Oval y agregado espejos con pesados marcos de color oro, además de añadir detalles dorados a las cornisas de la chimenea, las mesas y hasta las paredes. A la entrada del Despacho Oval colgó la portada del diario New York Post con la foto policial tomada durante su fichaje en Georgia en agosto del 2023 por presuntamente intentar revertir los resultados electorales del 2020 en ese estado.

Adiós al césped de la Rosaleda

Los cambios no se limitan a la famosa oficina. En unas de sus redecoraciones más polémicas, Trump ordenó cubrir con asfalto el césped de la Rosaleda que rodea al Despacho Oval, diseñada en 1962 por la entonces primera dama Jacqueline Kennedy. La intención del mandatario es facilitar la celebración de eventos en el emblemático espacio de aproximadamente 40 por 20 metros, rodeado de parterres con rosas. Bajo sus órdenes también se instalaron dos mástiles de 30 metros de altura para izar grandes banderas estadounidenses. Además, ordenó talar una emblemática magnolia plantada durante el mandato del séptimo presidente, Andrew Jackson (1829-1837), alegando que el árbol estaba enfermo. El presidente colgó un retrato suyo en la pared donde hasta hace poco estaba el retrato de la ex primera dama Hillary Clinton, como parte de la colección de pinturas de las esposas presidenciales.

Polémicas por redecoraciones

Estas controversias no son nada nuevo, según el presidente de la Asociación Histórica de la Casa Blanca, Stewart McLaurin, quien recuerda en su ensayo Una Casa Blanca en constante cambio que el edificio ha sufrido grandes modificaciones desde su construcción en 1792. Las reformas ordenadas por los presidentes Thomas Jefferson (1801-1809) y Andrew Jackson, que añadieron las columnatas y el ahora icónico pórtico norte del edificio, fueron criticadas por su extravagancia y costo. El rediseño de Jackie Kennedy fue considerado elitista en su época. Las acusaciones también le llovieron a Richard Nixon (1969-1974), quien convirtió la piscina bajo techo de Franklin D. Roosevelt (1933-1945) en lo que es ahora la sala de prensa.

A pesar de las críticas, «muchas de estas alteraciones se han vuelto parte integral de la identidad de la Casa Blanca», a la que resulta difícil imaginar hoy sin estas evoluciones y adiciones, concluye McLaurin.