El segundo mandato de Trump: se llena los bolsillos y merma la paz global

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Trump posa con una ley firmada en la Casa Blanca.
Trump posa con una ley firmada en la Casa Blanca. FRANCIS CHUNG / POOL | EFE

Las deportaciones y las guerras en Ucrania y Palestina se le resisten

20 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Guerras en Ucrania y Palestina, un mercado global en liza y una economía tambaleante. Trump llegó hace seis meses a la Casa Blanca con una previsible victoria sobre Joe Biden dispuesto a desmantelar cuatro años de políticas demócratas para seguir con su tarea de «hacer América más grande». Pero tras medio año, su desempeño, aunque con logros internos, tiene al mundo patas arriba y sumido en la incertidumbre.

El magnate prometió cambios, pero vinieron terremotos. Hace unas semanas, sacó adelante su One Big Beautiful Bill, la ley que establecería de manera permanente exenciones impositivas individuales y comerciales, además de un recorte importante al Medicare —podría dejar a 17 millones de estadounidenses sin cobertura médica—, y recorte en gasto social por reducción de impuestos.

A nivel administrativo, Trump perdió a su hombre fuerte en campaña, Elon Musk. Después de que el Departamento de Eficiencia del Gobierno, creado por el ya defenestrado dueño de Tesla, propusiera y ejecutara un drástico recorte en personal y en la financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) —Según The Lancet, esta medida podría acabar con la vida de 14 millones de personas hasta el 2030 que serían «perfectamente evitables»—, Trump lanzó una ofensiva contra el mercado de los coches eléctricos que perjudicaba a Musk. Este rompió con el presidente y ahora, bajo burlas de su antiguo valedor, planea fundar un partido para hacerle frente bajo el nombre America Party.

Una paz esquiva

Pero además, la promesa de Trump de atajar la inmigración ilegal con dureza también se ha cumplido. Aunque la Casa Blanca no ha dado datos oficiales de cuántos simpapeles han sido repatriados, la cadena NBC indica en un informe con datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas que a lo largo del año se podría haber expulsado a unos 100.000 migrantes y que los intentos de cruzar ilegalmente las fronteras han decrecido un 88 % respecto al año pasado.

Algo que le ha granjeado simpatías entre sus socios ideológicos latinoamericanos. Sus políticas encontraron sintonía con la lucha antimaras de Nayib Bukele en El Salvador, que se mostró receptivo a la hora de acoger deportados de EE.UU. para hacerles cumplir condena al sur o bien deportarlos a otros destinos. Un modelo de subcontratación penitenciaria que también tuvo calado en la Unión Europea y que se estudia a nivel comunitario y a título particular entre Estados.

Pero Trump también sabe hacer enemigos, y su herramienta son los aranceles. Su guerra comercial mantiene los mercados inestables, y con ellos, la diplomacia internacional. Para la UE los baraja de entre el 15 y el 20 %; para China, han oscilado de entre el 25 % al 104 % en el tiempo. Y el magnate suma 185 países con presiones económicas que se podrían agravar a lo largo del año.

El magnate, no obstante se ha granjeado su peor fama con las guerras. Ucrania se le atraganta, y ha decidido renovar la asistencia militar a Kiev tras su renovada enemistad con Putin por no querer sentarse a negociar la paz. Prometió acabar con la invasión ilegal rusa en un día. Tras seis meses, no se vislumbra un cambio en la actitud del Kremlin, ante quien parece que las amenazas tampoco sirven de mucho.

Gaza es la otra tarea pendiente. Solo el y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, apoyan el plan para barrer Gaza y construir un resort de lujo después de masacrar o expulsar a los palestinos de la zona. Igualmente, es el mejor aliado de Israel, y no parece que vaya a retirarle el apoyo a pesar del generalizado enojo internacional al respecto.