Le cobran doce euros por colgarle el bolso en un restaurante: la cuenta más surrealista del verano en Ibiza que se ha hecho viral

La Voz

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La denuncia en redes sociales de una clienta destapa un cobro inesperado y abre el debate sobre la transparencia en la hostelería

14 ago 2025 . Actualizado a las 13:53 h.

En Ibiza, donde cada verano conviven el lujo más ostentoso y los precios más imprevisibles, una clienta se encontró con una de esas historias que parecen inventadas para las redes, pero que se sostienen con un tique como prueba. Laura, una usuaria de X (antes Twitter), decidió tomar algo con unos amigos en un restaurante de la isla pitiusa. Lo que no imaginó es que el gesto más trivial —colgar el bolso— acabaría convertido en un gasto extra. «La camarera nos ofrece amablemente colocar nuestros bolsos en un ganchito en la mesa. Declinamos su oferta, pero ante su insistencia aceptamos», relató. 

El asombro llegó al final, al revisar la cuenta: 12 euros bajo el concepto «gancho bolsa». Ninguno de los presentes había entendido que se trataba de un servicio de pago. Al protestar, el personal les ofreció quedarse con el accesorio, como si fuera un souvenir. Ante su negativa, emitieron un nuevo tique sin el cargo. El episodio, contado con detalle en la red social, se viralizó en cuestión de horas y desencadenó un aluvión de comentarios, entre la incredulidad y la indignación.

En el hilo de respuestas abundaban testimonios de otros clientes que aseguraban haber vivido situaciones parecidas: suplementos por cortar un pastel llevado de casa, recargos por usar cubiertos adicionales o, incluso, por servilletas de más. 

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) intervino, recordando que cualquier servicio adicional solo puede cobrarse si figura de forma clara y visible en la carta o en una lista de precios accesible antes de consumir. De no ser así, el cobro carece de base legal y el cliente tiene derecho a reclamar.

Más allá de la anécdota, el caso del «gancho bolsa» vuelve a poner sobre la mesa un debate recurrente: los límites entre la libertad de fijar precios y el derecho del consumidor a conocerlos de antemano. La ley de defensa de los consumidores es clara al respecto: está prohibido aplicar cargos por conceptos que forman parte del propio servicio de hostelería, como el cubierto o el servicio de mesa, o por elementos que no se han informado previamente. El cliente, además, tiene derecho a recibir una carta física, a conocer el precio de todos los productos —incluidos los que varían «según mercado»— y a obtener un tique detallado de su consumo. Tampoco ningún establecimiento puede cobrar como un extra el pago de una reserva, sino que el importe debe ser descontado del precio final.