Lorenzo Cordero: «La mejor escuela de periodismo era La Voz»

ASTURIAS

César Quián

08 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi nueve décadas contemplan a Lorenzo Cordero, historia viva del periodismo en Asturias. Su vida laboral está vinculada a La Voz de Asturias, el periódico en el que entró a trabajar en 1965, del que llegó a ser director y en el que colaboraba aún cuando echó el cierre en el 2012.

? ¿Por qué se hizo periodista? ¿Qué caminos le llevaron hacia esta profesión?

? No sé, por lo visto lo llevaba en los genes. En mi casa, cuando yo era pequeño se recibía el Heraldo de Madrid, un periódico de la República que duró hasta la guerra. Mis padres me habían enseñado a leer con sus titulares, y yo era muy aficionado a ojearlo.

?¿Cuándo y cómo llegó a La Voz de Asturias?

? Llegué en octubre del año 65 y por recomendación de Luis Arrones. Luis era viajante y trabajaba en Almacenes Generales, pero también escribía artículos y reportajes sobre costumbres y tradiciones de Asturias, y colaboraba tanto con La Voz de Asturias como con La Nueva España. Me recomendó para sustituirle y en marzo de 1965 me llamaron, pero no me incorporé hasta octubre porque entre medias pasó algo.

?¿Cómo recuerda sus primeros días en La Voz?

? Mis primeros días consistieron en familiarizarme; en aprender cómo funcionaba aquello, habituarme al ritmo de trabajo? Para mí, la mejor escuela de periodismo fue la redacción de La Voz.

?¿Cómo era el periódico? ¿Qué secciones tenía?

? Un periódico normal, como los demás de la época? Tenía una sección de opinión, otra de información nacional, otra de internacional, otra de información regional con lo que mandaban los corresponsales en los pueblos, otra de cine y teatro y la última, que era una página típicamente política que se hacía con artículos que recibíamos de Colpisa, una agencia de Madrid a la que estaban suscritos varios periódicos nacionales y entre ellos La Voz. Funcionaba muy bien en mi época.

?¿Qué labores fue desempeñando en el periódico?

? Yo era fundamentalmente articulista de opinión, y también escribía los editoriales. Al mismo tiempo era jefe de información regional. Después pasé a ser secretario de Dirección, después miembro del Comité de Dirección, luego subdirector y finalmente director. Director lo fui ya en democracia, y en el preciso momento en que me nombraron me montaron una huelga salvaje tramada por el PSOE y que fue declarada ilegal, pero pese a todo siguió adelante. Querían cargárseme y no les importaba cerrar el periódico. Por suerte, tres o cuatro de la redacción respondieron y los talleres también, pero hasta Efe nos suprimió la información. La cogíamos de la radio y así aguantamos desde noviembre hasta mayo, que fue cuando el dueño vendió el periódico al Grupo Zeta. Era el año 85 u 86.

?¿Por qué esa inquina contra usted?

? Les molestaba entre otras cosas, fíjate tú, que los tildara en mis columnas de socialdemócratas en lugar de socialistas. También que siempre escribiera ps(o)e, metiendo entre paréntesis la o de Obrero; o que me refiriera a ellos como Partido Socialista de la Omelette Española. Los llamaba así por el mote que tenía el grupo liderado por Felipe González del que Henry Kissinger había dicho a Helmut Schmidt, el presidente de los alemanes, que había que tutelar después de que mataran a Carrero Blanco: clan de la tortilla.