«Jamás he pensado desvincularme del proyecto de UPyD como hizo Prendes»

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

ASTURIAS

Maite Pagazaurtundúa.Maite Pagazaurtundúa
Maite Pagazaurtundúa

La eurodiputada Maite Pagazaurtundúa presenta este viernes en la librería Cervantes su obra «Lluvia de fango»

11 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Maite Pagazaurtundúa conoce de primera mano el terrorismo vivido en el País Vasco. Su hermano fue asesinado por ETA en 2003 y durante años, la eurodiputada de UPyD sufrió las amenazas y persecuciones de la banda. Su libro Lluvia de Fango. Un diario personal 2003-2016 recopila una serie de artículos testimoniales, publicados desde el año 2003 en distintos medios, y escritos a causa de la sangre. Pagazaurtundúa lo presenta esta tarde en la lIbrería Cervantes. 

-Lo primero de todo, hablemos de su libro. ¿Qué es lo que ha querido hacerles llegar a los lectores?

-Los lectores se van a encontrar una crónica muy personal de la vida cotidiana de alguien como yo, una persona que estaba bajo escolta policial y que tenía niñas muy pequeñas. Con ese filtro miraba una realidad, los tiempos finales del terrorismo y la pelea democrática que estábamos haciendo. Por una parte, es muy personal porque la vida late a través de los hechos pequeños. De los hechos cotidianos se cuentan grandes cosas y se cuenta también la magnitud de la tragedia que hemos vividos en el País Vasco. Aparentemente es una recopilación de artículos, pero también es una crónica personal muy íntima. Algunos de los fragmentos están contados como un cuento, otros son poéticos y otros desgarradores. Hay mucha verdad detrás de esos escritos.

-Usted es una víctima más del terrorismo. ¿Cómo vivió ese conflicto en primera persona?

-La verdad es que que me comprometí en la pelea por la libertad del País Vasco y fue por eso por lo que fui perseguida, como muchos de mis amigos. Me marcaron porque me atreví a hablar en voz alta. Durante los tiempos difíciles mataron a muchos de mis conocidos y a mi propio hermano; casi todos mis amigos estaban amenazados. Nos acosaban, perseguían, nos intentaban linchar por cualquier cosa constantemente. Sin embargo, nos veíamos como ciudadanos que peleábamos por la ley, por tener libertad de pensamiento, de hablar... y la ejercíamos. Esa constancia y esa manera de ver la realidad ayudó, entre otras cosas. Esa actitud del grupo de amigos también sirvió para cambiar las cosas. No nos veíamos como víctimas. Ahora cuando pienso en todo, en todo los años terribles que pasamos, sí que veo que lo fuimos, pero también éramos ciudadanos comprometidos, gente seria que buscaba sacar a nuestra sociedad de una situación intolerable.

-En su libro hace una alusión a la figura de Otegui, al que califica como «lobo con piel de cordero». ¿Cómo fue verlo hace unos meses en el Parlamento Europeo?

-Por suerte no me lo encontré porque no era una visita institucional. Lo viví con mucha incomodidad, incluso de piel y de estómago. Pensar que alguien que debería avergonzarse de lo que ha hecho sea tan arrogante, mostrándose como si fuese una persona honorable... Durante décadas ha sido terrorista en activo o jefe de terroristas, y una vez que ha cesado el terrorismo, no es cierto que se haya convertido en un hombre de paz. Por vergüenza debería haber condenado la historia del terror. Eso sí, es muy hábil con las palabras para engañar y es tremendamente cruel porque parece que dice cosas que suenan bien, pero no es así. Para mí fue muy incómodo y una situación de enorme injusticia.

-Tras lo ocurrido este jueves en el homenaje a las víctimas del terrorismo y a las de la violencia policial. ¿Cree que hay libertad plena en el País Vasco o quedan muchos rescoldos de los años de la amenaza terrorista?

-Queda mucho por hacer, no por un tema de amenaza física, sino por la verdad y la ley. Por un lado está aceptar el estado de derecho en el País Vasco. Parece que hay muchos que dicen «si la ley me gusta la acepto y sino no» y esto es un disparate. Por otro lado, está la verdad. Las etapas históricas hay que encararlas, verlas de frente. Se está siempre intentando manipular para no mirar de verdad lo que significa el terrorismo de ETA en la historia del País Vasco. El mundo de la banda es una censura de todo esto y para parte del nacionalismo -que no fue muy cálido con nosotros- el ver que a sus vecinos los perseguían no fue una prioridad política. Por eso tuvimos que ser la gente y los entes gubernamentales los que salimos a la calle para decir lo que estaba pasando. Lo importante es que unos y otros, los que fueron cómplices o responsables, y los que miraron a un lado e hicieron sus políticas que les vinieron incluso bien, hacen homenajes de «cumplo y miento». Claro, hay gente que está muy incómoda en ese tipo de homenajes, como el PP o el colectivo de víctimas del terrorismo Covite. Quieren pastelear sobre algo que no debe ser objeto de una transacción, sino que debe estar bien hecho de raíz. No se debe mezclar el significado de las victimizaciones ni de los tiempos históricos.

-Usted es diputada en el Parlamento Europeo. ¿Cómo se ha vivido allí la victoria de Donald Trump?

-Con bastante convulsión. Ha habido diputados que se han sentido muy consternados. En mi caso, estoy bastante acostumbrada al populismo después de tantos años en el País Vasco de nacionalismo radical, el cual también tenía, además de rasgos violentos, rasgos populistas. La semana pasada estuve en Hungría donde pude ver con mis propios ojos el nacionalismo populista de Orbán, que se parece bastante al nacionalismo radical que he conocido. Las manipulaciones tóxicas, la propaganda... todo esto que conozco porque nací en una sociedad totalmente intoxicada. A mí estas cosas, las injusticias, las situaciones de riesgo me impulsan a trabajar y hacer las cosas de la mejor manera posible, de forma coherente y honorable, porque parte de lo que está pasando tiene también que ver con un débil liderazgo de las élites. Soy una privilegiada que puede estar en el Parlamento Europeo representando a la ciudadanía y sirviéndoles. Nada más ver la noticia a las seis de la mañana puse rápidamente a mi equipo a trabajar. Cuando fui a la oficina por la tarde me encontré la mesa inundada de trabajo. Me sentí feliz porque esta es la manera de hacer frente a los problemas

-Hablemos de su partido. ¿Qué futuro le ve a UPyD?

-Son tiempos muy convulsos. A nosotros nos tocó, de forma bastante prematura, un castigo a un partido muy honrado, muy íntegro, con unos estándares de auto exigencia muy altos. Como podemos ver, otros políticos sufren también enormes convulsiones. Los partidos tienen sentido y son capaces de dar respuesta a los problemas que tiene en cada momento la gente. Nosotros hemos hecho buenas aportaciones y ahora, en una situación muy difícil, veremos si somos capaces de seguir adelante. En la parte que a mí me toca como diputada, no voy a dejar de trabajar hasta el último día del mandato  y seguiré haciendo todo lo posible por estar a la altura del privilegio y la responsabilidad que me han otorgado. ¿Lo demás? Ya se verá.

-Por sus palabras, veo que quiere seguir vinculada al proyecto de UPyD. ¿No ha pensado dar el salto como Prendes y Cantó?

-Jamás se me ha pasado por la imaginación nada de eso.