Las familias más ricas de la comunidad apuestan por el mecenazgo artístico y la labor de sus propias fundaciones frente a donativos filantrópicos
29 abr 2017 . Actualizado a las 09:51 h.Si el pasado jueves la donación de la Fundación Amancio Ortega (FAO) a la sanidad asturiana se presentó con bombo y platillo fue porque el calibre lo merecía. El presidente asturiano, Javier Fernández, firmó el convenio por el que la comunidad recibe una cifra de 6,7 millones de euros para la adquisición de equipos médicos muy avanzados para el diagnóstico del cáncer. Serán un acelerador lineal (al que se destinarán 3,8 millones) y que se instalará en el Hospital Universitario Central de Asturias. Con ella, Asturias tendrá seis aparatos de este tipo --tres en el HUCA y dos en el hospital de Jove-- que, según afirmó el presidente, permitirán «acabar por completo con las demoras que aún se producen, aumentar la cartera de servicios, evitar derivaciones a otras autonomías e incrementar el número de sesiones anuales». Además, esta donación permitirá la compra de una resonancia magnética, que será la quinta en el HUCA, de tres teslas (1,6 millones) y una maquina intrabeam (695.000 euros), que permitirá simultanear las labores de cirugía con las de radioterapia, por lo que los pacientes podrán recibir durante una operación la irradiación pertinente.
Amancio Ortega se encuentra entre las principales fortunas del globo, en el podio de los millonarios del globo, y su reciente vena filantrópica responde a un modelo que suele ser habitual en Estados Unidos, donde no existe ningún tipo de servicios sociales y muchos ámbitos desde la educación, la sanidad o la cultura, se financian con fondos privados; pero que resulta muy infrecuente en el continente europeo y más aún si cabe en España. ¿Donan los ricos asturiano? ¿cuánto y a qué?
Arte y Casa Malva
Las mayores fortunas asturianas tienen una cierta tradición, más que de donación con objetivo social, de mecenazgo artístico. El caso más reciente, espectacular, y agradecido por la comunidad, fue el de la entrega por parte de Plácido Arango de 29 obras maestras de la pintura para el Museo de Bellas Artes de Oviedo. Se trata de piezas vinculadas a la historia del arte español desde los siglos XV al XX a las que se podría poner precio pero que, en realidad, tienen un valor incalculable.
Por la propia Ley de Museos este tipo de entregas no tiene por qué pasar necesariamente el Consejo de Gobierno del Principado de Asturias. La última donación monetaria de la que se tiene constancia en la Consejería de Hacienda se remonta al año 2014 y no procedió de ningún asturiano aunque sí de alguien que encontró aquí un vínculo singular. Se trata de la socióloga Saskia Sassen que obtuvo un año antes el galardón de Ciencias Sociales y que donó un tercio de su monto (16.666 euros) a La Casa Malva y la Red de Casas de Acogida para las mujeres víctimas de la violencia machista en Asturias.
¿Hay donaciones de grandes fortunas, o al menos de grandes cantidades de dinero en Cáritas Asturias, si quiera de forma anónima? Lo cierto es que no. La entidad católica, que atendió a 20.553 personas el año pasado en la comunidad, recoge en su memoria de 2016 que la mayor parte de sus fondos disponibles, más de 7,8 millones de euros, proceden de contribuciones de «nuestros socios y donantes», más de un millar en Asturias, «además de colectas en parroquias, herencias y legados». La secretaria de Cáritas Asturias, Marta Alonso, destacó que la mayor parte de las donaciones que reciben «son de pequeña cuantía, pero tampoco le prestamos atención». La memoria de 2016 fija los fondos propios en 5.4211.119 euros, donativo a donativo hasta sumar esa cantidad pero sin que alguna haya destacado de forma particular.
Pago de impuestos
Los ricos asturianos despliegan, cuando lo hacen, su labor filantrópica a través de fundaciones. Una de las mayores fortunas asturianas es la de los Masaveu, que cuentan con la Fundación Cristina Masaveu Paterson, que se enfoca principalemente en la promición de actividades artística aunque también a proyectos de formación profesional. Los Masaveu entregaron hace décadas al Principado una impresionante colección de arte (de más de 400 obras) que en principio iban a formar su propio museo, terminaron vinculadas al Bellas Artes y también a la propia fundación familiar. La entrega de cuadros se fraguó tras un largo litigio con la Comunidad de Madrid porque no tenía de nada de filantrópica, respondía en realidad al pago del impuesto de sucesiones tras la muerte de Pedro Masaveu Peterson, un tributo que debía saldarse por valor de más de 66 millones de euros. Eran los tiempos de la peseta y la liquidación del impuesto, el más elevado entonces de la historia fiscal española, ascendía a 11.000 millones de pesetas que se repartieron con la entrega de 3.000 en metálico y el resto con la pinacoteca.
No fue la primera ni la única ocasión en la que Asturias recibió obras de arte para saldar el pago de impuestos por parte de grandes fortunas, ocurrió en el caso de Arcelor, que abonó parte de sociedades con la entrega del Apostolado del Greco (por un valor de 18 millones de euros) y que se encuentra también en el Museo de Bellas Artes. Tampoco aquí hubo nada de filantropía aunque sí fue un tanto que se apuntó, el hecho de que la colección de 12 pinturas, una por apostol, se quedara en el Principado, quien entonces era ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos. En 2002 Hidrocantábrico ya había saldado el impuesto de sociedades con la compra a la familia Valls y Taberner de un Goya, el «Retrato de Jovellano con el arenal de San Lorenzo al fondo» para que se quedara, de nuevo, en el Bellas Artes. Si Cascos era ministro de Fomento, otro asturiano Rodrigo Rato, lo era de Hacienda, todos estuvieron implicados.
Fundaciones y casonas
Pero ¿y las donaciones? Hay grandes empresas asturianas que desarrollan de forma muy ocasional alguna campaña solidaria, en Alsa apenas puede rastrearse aun lejano acuerdo con Unicef. Sí la tiene de forma actualizada la Fundación Alimerka que detalla actividades en salud, cooperación y singularmente reparto de alimentos. El propio Banco de Alimentos de Asturias recoge en su página web toda una serie de empresas que colaboran (muchas de ellas supermercados) a la hora de recoger comida para los más necesitados. De refilón, por sus orígenes ancestrales, puede considerarse asturiana también a la Fundación Ramón Areces, que luce el nombre del creador de El Corte Ingles. Desde ella se desarrollan actividades ligadas a la cultura, también a la investigación y a la educación.
Víctor Madera, el médico asturiano que se sumó a la exclusivas lista de los millonarios después de la venta de Quirón Salud a un consorcio alemán, obtuvo unos ingresos en acciones valoradas en alrededor de 400 millones de euros, fue en 2016 la mayor operación económica de la sanidad privada en España. Parte de esa fortuna la dedica Madera a la la restauración de inmuebles antiguos. A través de una empresa, Paisajes de Asturias, se dedican a la rehabilitación de antiguas casonas y palacios de Asturias, desde luego una labor con un valor artístico y patrimonial pero que tiene un fin lucrativo ya que el objetivo es volver a utilizarlos con fines hoteleros. Reina así entre los ricos asturianos la pasión (a veces), desinteresda (algunas menos veces), por el mecenazgo por llamarlo de alguna manera pero las donaciones filantrópicas con fines sanitarios o destinadas a menguar la pobreza siguen siendo algo alejado de la cultura de los millonarios nacionales.