El Hotel Casa Camila, el alojamiento ideal para los amantes del cicloturismo, combina el estilo rústico y el moderno con exquisita elegancia
02 oct 2017 . Actualizado a las 18:04 h.
Hablar de Oviedo es hablar de una ciudad elegante, coqueta y con encanto. La mayoría de los turistas que llegan a la capital del Principado se enamoran de su casco antiguo, de su gastronomía y de sus joyas prerrománicas. Estas últimas se encuentran en el Naranco y es precisamente en su ladera donde se sitúa una de las maravillas hoteleras de la ciudad: el Hotel Casa Camila. Se trata de un alojamiento que ostenta el sello de calidad Casonas Asturianas, el cual engloba un conjunto de hoteles rurales con encanto. El atractivo de Casa Camila se aprecia tanto en su exterior, en el que se pueden disfrutar de las mejores vistas de Oviedo, como en su interior, donde conjugan el estilo rústico y el moderno obteniendo unos resultados acogedores y exquisitos.
La directora del Hotel Casa Camila, Antonieta Domínguez, explica que «la ventaja que tenemos con respecto a otros alojamientos rurales es que podemos conjugar ciudad y tranquilidad». En 1997 fue el año en el que abrió sus puertas y, pese a no ser una antigua casa rehabilitada y convertida en hotel, sus encantos arquitectónicos se fusionan con el entorno creando un verdadero oasis de calma a un paso del bullicio de la ciudad. Además, otro de los puntos fuertes del Hotel Casa Camila es su céntrica ubicación también en el Principado. «A los huéspedes les gusta porque están a un paso de todo. Se mueven desde aquí y se van con una idea general de Asturias. Es muy cómodo para aquellos que quieren hacer turismo y conocer los lugares más emblemáticos de toda la comunidad», comenta Domínguez.
Para los amantes de la bici, este alojamiento es un verdadero paraíso, pues proponen una original y completa opción de cicloturismo. En el hotel se pueden alquilar bicicletas y gps para realizar las rutas con total libertad pero sabiendo que la seguridad está garantizada. También disponen de un espacio de lavado y otro de guardado para las bicicletas y ofrecen la posibilidad de alquilar un coche de apoyo para aquellos que lo necesiten. Aunque, sin duda alguna, una de las peculiaridades que hacen que este hotel sea una auténtica maravilla para los amantes del ciclismo es el desayuno continental, complementado con fruta, yogur y cereales, que permite a los deportistas empezar la jornada con las energías al máximo. Además, por si las fuerzas flojean durante la ruta, los huéspedes tienen la posibilidad de llevarse un avituallamiento a base de barritas energéticas, bocadillo salado, pastelillo dulce y bebida isotónica. «El entorno favorece tanto caminar como, por supuesto, el ciclismo y es por eso que pensamos en esta posibilidad que está funcionando muy bien. Incluso algunos huéspedes que nos visitan por motivos laborales, se animan a salir un rato en bici a primera hora de la mañana antes de irse a la ciudad a atender sus quehaceres», dice Antonieta Domínguez.
Los clientes del Hotel Casa Camila son variopintos. Desde familias con niños, hasta parejas jóvenes que buscan el romanticismo de unas buenas vistas a la luz de las velas. Todos los perfiles tienen cabida en este alojamiento, por el que sienten verdadera devoción los turistas australianos, tal y como comenta Domínguez. La demanda del hotel se mantiene durante todo el año, aunque «es a partir de la Semana Santa y hasta finales de verano cuando el interés es mayor», dice Domínguez.
El Hotel Casa Camila es el alojamiento perfecto tanto para los amantes de la naturaleza, que pueden disfrutar de paseos por el entorno del Naranco, como para los deseosos de conocer y admirar algunos de los platos fuertes de la cultura asturiana. Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo son dos joyas prerrománicas que se encuentran muy próximas al establecimiento. En el centro, algunos de los imprescindibles son la Catedral de San Salvador, la estatua de la Regenta, homenaje a la obra capital de Leopoldo Alas Clarín, o la plaza del Ayuntamiento. Para descansar de la jornada, nada mejor que degustar la popular gastronomía del Principado en Gascona, el boulevar de la bebida astur por excelencia: la sidra.