Un remanso de paz del siglo XVIII a diez minutos del centro

Roberto Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

El Palacio de Viñona data de 1798 y se encuentra a 5 kilómetros de Oviedo, en plena naturaleza pero cerca de la ciudad

24 jul 2017 . Actualizado a las 19:44 h.

Casonas.Casonas
Casonas

A las afueras de Oviedo, apenas a cinco kilómetros de la capital asturiana, luce una pequeña casona rural del siglo XVIII. Se trata del Palacio de Viñona, un hotel de cuatro estrellas que su gerente Javier García califica como «un lugar con el encanto y las peculiaridades propias de una casona asturiana».El hotel consta de quince habitaciones completamente equipadas, incluso con una bañera de hidromasaje. El edificio data de 1798 y «era un edificio de indianas». Su arquitectura ha sido fielmente respetada y está reformado por dentro. Un lugar donde «la paz y la tranquilidad es absoluta, por las noches tenemos que apagar hasta el fabricador de hielo, porque su sonido se magnifica en el entorno».

En cuanto a los visitantes de este hotel, su gerente nos diferencia entre dos temporadas. «En verano generalmente vienes familias y gente de vacaciones, la inmensa mayoría con niños». Sin embargo, el Palacio de Viñona tiene otra vertiente menos vacacional: «al estar tan cerca de Oviedo y de los polígonos industriales, el resto del año solemos tener a gente de empresa que viene a trabajar. Llegan cansados y lo que buscan es tranquilidad para descansar».

El entorno del Palacio de Viñona lo copa la ciudad de Oviedo. A solo 5 kilómetros, cualquier turista podrá disfrutar de su hermoso casco antiguo, además del ambiente natural que rodea a la casona. El gerente nos explica que «realizamos muchas actividades de ocio, desde descensos del río en canoa hasta paseos a caballo. También tienen éxitos las rutas en quads». Además García señala como «de obligada visita» el museo de la minería, y recalca «la amplia gama de sidrerías de la zona, que siempre son atractivas para el turista de fuera».

Por último, el Palacio de Viñona también es apto para celebraciones. «De vez en cuando hacemos celebraciones no muy masificadas y que suponen el alquiler de todo el hotel, por no molestar al resto de huéspedes». Según nos cuenta García, en el jardín se montan carpas pero siempre para un número limitado de personas, ya que «la casona es pequeña». En definitiva, el Palacio de Viñona es un mágico lugar para desconectar y disfrutar de la paz y tranquilidad de la naturaleza asturiana.