Un convento del siglo XVII convertido en casona en pleno Siero

Roberto Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

La Quintana de Valdés ofrece la tranquilidad de la naturaleza y un magnífico equipamento para turistas

28 ago 2017 . Actualizado a las 13:18 h.

En el centro del Principado, cerca de la localidad de Pola de Siero, un antiguo convento de monjas del siglo XVII luce hoy convertido en casona asturiana. Se trata de La Quintana de Valdés, un hotel rural que, como cuenta la gerente, Adela López, recibe visitas de todo tipo, «desde turistas hasta agentes de trabajo. Es un hotel ideal para familias, parejas y amigos que quieran disfrutar de la naturaleza asturiana». López también comenta que reciben muchos peregrinos que están haciendo el camino primitivo a Santiago.

La gerente de La Quitana de Valdés tiene claro cuál es su punto fuerte, «la piscina es lo que más nos agradecen en verano, el resto del año la gente disfruta mucho en una pequeña granja que tenemos». El hotel también cuenta con un lagar para hacer sidra y, si coincide el año, los visitantes pueden participar en la elaboración de la sidra y beberla en ese momento. «Es un hotel que ofrece mucha tranquilidad, es lo que más busca la gente», sentencia López.

En cuanto a las habitaciones, el hotel cuenta con seis totalmente equipadas. Una de ellas es especial, con bañera de hidromasaje, pero las otras no escatiman en recursos. «Las normales tienen cama de matrimonio, baño completo, armario… todo lo necesario». Al ser un antiguo convento, López comenta que «no pueden ser demasiado amplias». Es algo que lo condiciona todo, también la decoración, que está compuesta de muebles antiguos «por no romper con la estética del siglo XVII del hotel».

El entorno de La Quitana de Valdés también es muy especial. López explica que «estamos en mitad del campo, hay rutas marcadas, como la de Jovellanos, por la que se puede caminar». En realidad, el paseo por los pueblos de los alrededores acostumbra a resultar muy agradable para los turistas. «La casa no está dentro de una finca, pero la tiene al lado. Es un paraje muy tranquilo». Además, Adela López también cuenta que en su hotel «gestionamos cualquier tipo de actividades con empresa de turismo activo. La gente se apunta a muchas aventuras como el Descenso del Sella, rutas a caballo o senderismo». Un emplazamiento mágico para un hotel sacado de otra época.