«No es de recibo que en pleno siglo XXI haya gente presa en sus casas por no tener ascensor»

Roberto Rodríguez OVIEDO

ASTURIAS

Mario García nos atiende en su despacho.
Mario García nos atiende en su despacho.

El Presidente de Honor de Cocemfe Asturias repasa su trayectoria, los logros y las luchas pendientes tras la concesión del galardón

06 sep 2017 . Actualizado a las 17:52 h.

La de Mario García ha sido una carrera de fondo. Desde que a los dos años sufrió poliomielitis, la vida de este sanmartiniego ha estado íntimamente ligada a la discapacidad. Hace 27 años fundó la Unión de Minusválidos de Asturias (UMA), que posteriormente, adaptándose a la corrección de los tiempos, reemplazaría la palabra minusválidos por discapacitados, pero mantendría las siglas. Fue presidente de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, Cocemfe, a nivel asturiano desde 1994 y a nivel nacional desde el 99. Además, consiguió uno de los logros más complicados de su carrera, unir la voz de todos los discapacitados en un solo grupo, el Cerni, que también presidió durante seis años. Sin embargo, en 2016, García decidió dar un paso al lado y dejar todos sus cargos. Ahora, como presidente de honor de Cocemfe Asturias y en reconocimiento a toda la carrera, el Principado le concede una medalla de plata que, como el propio Mario García reconoce, es para todos los discapacitados.

-¿Cómo se siente al recibir la medalla de plata que concede el Principado?

-Como asturiano es una satisfacción enorme. Que te reconozcan la trayectoria de 42 años dedicados al mundo de la discapacidad y que ese trabajo sea reconocido en tu tierra es especial. Los asturianos tenemos un arraigo especial. Estoy muy orgulloso de este reconocimiento. Además considero que también es algo para todas las personas con discapacidad de este país, que somos cuatro millones. Históricamente hemos sido invisibles, así que este premio está dedicado a todo el mundo de la discapacidad.

-¿Cómo se enteró de qué iba a ser galardonado?

-Me lo comunicó la consejera de servicios sociales. Me llamó y me dijo que habían pensado en concederme el galardón máximo que da el Principado de Asturias. Me dio una gran alegría.

-El año pasado dejó Cocemfe, en España y Asturias, tras 17 años y UMA tras casi 30. ¿Cómo es la vida tras liberarse de golpe de tantas responsabilidades?

-Son 42 años dedicados al mundo de la discapacidad. Empecé muy joven, con 18 años, como socio fundador de UMA. Entonces era Unión de Minusválidos de Asturias, pero ahora utilizamos la palabra discapacidad. En el año 1989 fui nombrado presidente y estuve en el cargo hasta 2016, como dices. En el 94 además creamos la federación de asociación, Cocemfe Asturias, de la que fui promotor. Me nombraron presidente y la ejercí durante 22 años. Y además en 1997 me fui a Madrid como secretario de finanzas y dos años después me nombraron presidente, cargo que ostenté durante 17 años, compaginándolo con la vicepresidencia de Fundación Once. Es muchísima actividad, y ahora mismo solo soy presidente de honor de Cocemfe Asturias. Ahí estoy a disposición de quien precise cualquier tipo de ayuda, pero ya no en el día a día.

-¿Por qué tomó la decisión de dejar los cargos?

-No fue de golpe. Era una decisión muy meditada. La había tomado años atrás. En 2012 ya tenía pensado dejarlo, pero me convencieron porque no era el momento. Pero ya avisé de que sería mi último mandato. Son muchos años y tiene que existir una renovación. Eso es lo lógico y natural.

-Son más de 40 años luchando por las personas con discapacidad, ¿cómo ha cambiado en este tiempo la visión que tiene de ellas la sociedad?

-Ha habido una evolución importante. Hace 40 años las personas con discapacidad éramos prácticamente invisibles. Solo quien tenía a una persona con discapacidad en su entorno conocía un poco la problemática, el resto nada. En todos estos años, a través del movimiento asociativo, hemos logrado trasladar a la agenda política nuestras reivindicaciones, y eso nos ha dado unos frutos extraordinarios. Hoy por hoy la discapacidad forma parte de la agenda política de todos los gobiernos, tanto nacional como autonómico y, aunque aún quedan cosas por hacer, es mucho el camino que se ha avanzado en todos estos años.

-En general, durante todos estos años, ¿nota que las administraciones les han puesto facilidades o han sido reacias?

-Hay que tener en cuenta que como movimiento asociativo hemos logrado llevar a la agenda política nuestras reivindicaciones, pero además con soluciones. Es muy fácil protestar, pero a la vez hay que llegar y poner sobre la mesa soluciones. Detrás de todo esto ha habido un estilo, una forma de trabajar, y lógicamente esto nos ha llevado a que la administración haya visto que somos un sector muy organizado y con soluciones.

-Han sido 17 años al frente de COCEMFE, ¿cuál es el balance?

-Es una etapa muy positiva. Logramos aprobar un paquete de leyes y reales decretos importantes. Nuestro país a nivel legislativo está a la cabeza, ahora hace falta que se cumplan las leyes. Es verdad que quedan cosas por hacer, está pendiente todo el tema de la accesibilidad. En 2003 se aprobó una ley que abordaba la accesibilidad universal y en 2017 precisamente debían estar eliminadas todas las barreras en este país. Esto es algo que está muy lejos de conseguirse. Hay una ley que nos preocupa bastante, que es la de propiedad horizontal. Tenemos gente prisionera en sus propios edificios por no poder tener un ascensor y no poder salir prácticamente a la calle. Es una asignatura pendiente que tenemos. Espero que se resuelva lo antes posible, porque no es de recibo que en pleno siglo XXI la gente no pueda salir de sus casas.

-¿Sigue siendo la accesibilidad el gran debe de la administración y la sociedad para con los discapacitados?

-Sí. Por eso hay un paquete de leyes en todas las comunidades autónomas sobre accesibilidad, pero desgraciadamente se incumple. A veces me pregunto cómo es posible que un negocio que abre por primera vez obtenga la licencia de apertura municipal si tiene dos peldaños para acceder al local. Eso no puede ser. Hay una ley y debe cumplirse. La ley de accesibilidad dice claramente que no puede haber ningún tipo de barrera de acceso a determinados negocios. No solamente perjudica a personas con una discapacidad adquirida, sino que todos vamos cumpliendo años y hay lesiones temporales. Un entorno accesible facilita la vida a todo el mundo, no solo a las personas con discapacidad. Cúmplase la ley de una vez por todas.

-¿Cuál es el mayor logro, el gran hito de su gestión del que se siente más orgulloso?

-Hay muchos. Pero sin duda haber logrado una voz única a través del CERMI es un logro importantísimo. Que 8.000 asociaciones que representan a cuatro millones de personas se hayan puesto de acuerdo para tener una voz única ha sido un esfuerzo gigantesco. A nivel legislativo hay muchísimos avances, como la ley de jubilación anticipada, la ley de autonomía personal y de dependencia, la del estatuto patrimonial… Hay una infinidad. Ahora fueron refundidas en la ley de derechos de las personas con discapacidad. En materia legislativa estamos, sin ninguna duda, a la cabeza.

-La contratación de personas con discapacidad ha aumentado en un 2,3% en 2016, pero la tasa actividad sigue en un escaso 38%, ¿cómo se puede seguir mejorando en este sentido?

-Ahí estamos. Para nosotros el empleo es importantísimo porque creemos que la plena integración pasa por tener un empleo. Nos preocupamos mucho desde COCEMFE en ir avanzando en esta materia. Hay que tener en cuenta que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es cuatro veces inferior a la del resto de la población. Nosotros hemos creados los servicios de integración laboral, que es un equipo multiprofesional que está en contacto permanente con empresas para darles un perfil de gente totalmente formada. Esto nos está dando resultados. En estos años de crisis somos capaces de crear una media de 5.000 empleos al año en toda España para personas con discapacidad. Esto es insuficiente, claramente insuficiente, pero es el camino para conseguir la plena integración a través del empleo.

-Recientemente diversos colectivos han pedido refundar la ley de dependencia, ¿está de acuerdo en esta necesidad?

-La ley de autonomía personal y de dependencia me tocó empezar a negociarla como presidente del CERMI, en el año 2003. Es una ley francamente mejorable, nosotros apostábamos por una gestión directa de la seguridad social. Me refiero a gestión, no hablo de financiación. Gestionándola un organismo como la seguridad social, que tiene experiencia en este tipo de gestiones, nos estaríamos asegurando que no haya 17 modelos distintos de la ley, que es lo que hoy tenemos, desgraciadamente. No es lo mismo vivir en una comunidad que en otra, y dependiendo de eso la ley tiene una velocidad u otra. Eso no es de recibo. La ley tiene que ser igual en todo el país. Nosotros venimos denunciando desde hace mucho tiempo el copago de esta ley. Sabemos que es una ley cara, en la que hay que invertir muchísimo dinero, y estamos por la labor de colaborar, como es lógico, aportando lo que sea necesario, siempre que existan unos ingresos razonables. Lo que no puede ser es que ahora mismo esté pagando entre un 75 y un 80% personas que están cobrando una pensión ridícula de 400 euros. No es de recibo. Si alguien cree que por el hecho de tener una cama y estar totalmente mantenido ya no tienes más necesidades está equivocado. Aspiramos a ir al cine, al teatro, a una cafetería, a ir a cenar, a comprarnos un libro… como todo el mundo. Queremos colaborar, queremos copagar, pero siempre que los ingresos sean dignos. Hablamos dos veces, pero no hubo nadie al otro lado de la mesa dispuesto a atender estas cuestiones. Nos vimos obligados a impulsar una iniciativa legislativa popular que pedía 500.000 firmas en un plazo de tiempo determinado. Logramos más de 700.000. Fue admitida a trámite y ahora estamos esperando a que se tenga en cuenta todo este esfuerzo para que el copago sea justo

-¿Qué le parece la modificación del reparto del 0,7% del IRPF para fines sociales?

-El IRPF es la casilla que marcamos en la declaración de la renta para otros fines de interés social. Era una subvención que tradicionalmente se repartía a nivel nacional, para las confederaciones, pero cuando recibías ese dinero se repartía entre todas nuestras organizaciones en las distintas comunidades autónomas. Hubo una, concretamente Cataluña, que año tras año vino denunciando ante el Tribunal Constitucional que eso era competencia de las comunidades autónomas. Al final este año hubo que cambiar el modelo. Ojalá este modelo sirva durante todos estos años igual que el anterior. Espero que las comunidades autónomas no utilicen este dinero en otras cuestiones que no sean las propias. Ese es el gran temor que tenemos, que quizás algunas comunidades tengan problemas de liquidez y destinen este dinero a otros fines. Pienso que este cambio es un retroceso porque estamos fraccionando el dinero, cuando antes llegaba igualmente a las comunidades autónomas, sin ningún problema. Y además eran programas continuistas, es decir, que esa subvención la podías tener continuamente. Año tras año habrá que ver a donde iba a parar ese dinero y los criterios que establecen las comunidades autónomas para el reparto. Antes el 100% iba para las ONG’s a nivel nacional y ahora va un 20% para las nacionales y un 80% para las autonómicas. Ojalá las comunidades sean responsables y destinen ese dinero para lo que se necesita.

-Un debate muy extendido últimamente es el de los límites del humor. Ya sabrá usted que ciertos cómicos conocidos suelen hacer bromas con personas discapacitadas, ¿qué opina?

-Es algo muy antiguo. Es un recurso fácil. Nadie está libre de tener cualquier tipo de discapacidad con el paso del tiempo. Hoy estás bien y mañana tuviste un accidente y adquiriste una discapacidad, por lo tanto no debemos de ser en ningún caso y bajo ningún concepto modelo para ningún tipo de humor. Con estos temas hay que ser serios y coherentes.

-A pesar de haber dejado todos sus cargos, ¿sigue teniendo Mario García proyectos de futuro para colaborar con los discapacitados?

-Sí, eso siempre. Ya no en el día a día, ahí tiene que haber otras personas. Ya son muchos años dedicando muchos días y horas. Ahora me quedan temas puntuales. Donde requieran, a nivel autonómico o nacional, mi apoyo y mi ayuda estaré. Sin ninguna duda.