La FSA se cita para intentar restañar sus heridas

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

El escenario del congreso de la FSA
El escenario del congreso de la FSA

El cónclave del socialismo asturiano se abre paso a la nueva dirección de Barbón con dudas sobre la integración en su ejecutiva

29 sep 2017 . Actualizado a las 10:22 h.

Este viernes comenzará el 32 Congreso de la Federación Socialista Asturiana que dará paso a una nueva etapa bajo la dirección de Adrián Barbón y su ejecutiva renovada. Será un cambio, como un parto, que pese a las llamadas explícitas a cerrar página, se produce entre dolores porque llega tras un periodo convulso en la historia del partido en el que la división ha sido honda. En esta primera jornada, que se abrirá con la intervención del secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, tendrá lugar también el último discurso de Javier Fernández como máximo dirigente de la organización justo antes de la votación que deberá aprobar o rechazar su gestión y todo con el precedente de una serie de votaciones adversas en agrupaciones especialmente relevantes como Oviedo, Gijón, Langreo y Mieres.

Barbón, que fijó este jueves la fecha de su renuncia al frente de la alcaldía de Laviana el próximo 10 de octubre, ya ha elegido los nombres que le acompañarán en la nueva estructura de la dirección que contará con doce secretarías. Se conocen ya algunos de los nombres que le acompañarán y que salen del grupo de sus más fieles colaboradores en la campaña de las primarias: Gimena Llamedo (que actualmente es directora de la agencia de Cooperación Asturiana) será su número dos como secretaria de Organización y el alcalde Corvera, Iván Fernández, ocupará la responsabilidad de Política Municipal. De él dependerán dos de las nuevas áreas que Barbón anunció en campaña, una destinada a dar apoyo a los grupos socialistas municipales en la oposición y otra destinada a favorecer la comunicación con los pequeños ayuntamientos. Aunque todavía no se han anunciado más de los nombres que estarán en la nueva dirección se da por seguro que en ella estarán el concejal de Lena y portavoz del grupo en el municipio Daniel Sánchez Bayón y también la exalcaldesa de Langreo, María Fernández. También espera contar con un puesto en la nueva directiva algún representante de la agrupación de Siero, el cuarto concejo más poblado de la comunidad, y que también se distinguió por su apoyo a Barbón en la campaña. 

¿Habrá integración, se incorporará a la directiva alguno de los nombres que no acompañaron a Barbón en campaña y que apostó por la otra candidatura? Los derrotados en las primarias que respaldaron a José María Pérez reiteraron ya desde el congreso federal su temor a que el sanchismo impusiera el «rodillo» tras su victoria en Asturias como ocurrió, según denunciaron en el cónclave federal. Desde los partidarios de Barbón se les ha acusado de querer repartirse cargos y han insistido en que el secretario general electo no ha pensado en nombres sino en perfiles, buscando a los más cualificados para cada puesto «sin preguntar a quién votaron». Pero lo cierto es que son muchas las heridas abiertas en el seno del socialismo asturiano y el interés por cerrarlas tampoco ha sido mucho.

Prueba de ello es que en la víspera del congreso asturiano --cuando aún no había terminado de digerirse el golpe entre los partidarios de Javier Fernández por las votaciones adversas a su gestión en varias agrupaciones-- llegaba otro misil dirigido desde Madrid: la desautorización desde los órganos federales de la investigación abierta en la comisión ética autonómica sobre el patrimonio del alcalde de Siero, Ángel García. La comisión asturiana, presidida por la exalcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, ya recibió reprobaciones también en varias asambleas locales pero el comunicado de la dirección nacional llega a acusarla de usurpar funciones que no le corresponden. A García se le investigó por un presunto enriquecimiento repentino que los órganos federal dan por perfectamente explicado. Abierta la indagación en Asturias se filtró en un determinado momento a los medios de comunicación y Felgueroso remitió el caso a Madrid que ahora ha dicho que era la única comisión competente para hacerlo. El alcalde de Siero interpretó todos estos movimientos como una represalia por su apoyo a Pedro Sánchez.

No acudirá al cónclave asturiano el secretario general del partido. Sánchez ha excusado su presencia este fin de semana en Asturias por el desarrollo del proceso soberanista catalán, pero sí cerrará el congreso su número dos, la diputada asturiana Adriana Lastra que es vicesecretaria del PSOE y que además de mostrarse como una de las más leales colaboradoras de Sánchez ha sido también una de las más beligerantes con la figura de Javier Fernández después de que el presidente asturiano se pusiera al frente de la gestora del partido que lo dirigió provisionalmente tras el desgarrador comité federal de hace un año que terminó con la dimisión de Sánchez y la apertura a una abstención que permitió aprobar la investidura de Mariano Rajoy en su segundo mandato.

Javier Fernández deja de ser secretario general de la FSA pero seguirá siendo presidente de la comunidad. Vuelve al socialismo asturiano la bicefalia que ha sido tradicionalmente su forma de funcionar con un nombre al frente del partido y otro distinto en el congreso. Pero si lo cónclaves asturianos han sido también enfrentados en el pasado, ninguno de los conflictos anteriores se parecen al del presente. Los defensores de Fernández apelan a que en el momento en que se alzó como secretario general lo hizo por muy escasos votos y aún así consiguió reconciliar a las familias durante un largo periodo de 17 años. Pero lo cierto es que el Ejecutivo actual se sustenta sobre una minoría muy precaria, de apenas 14 diputados sobre los 45 de la Junta General, y su búsqueda de alianzas en el parlamento --dirigidas hacia Izquierda Unida y Podemos-- no han dado fruto. La nueva etapa del socialismo asturiano se dirimen también entre la pulsión de saldarse deudas pendientes y el riesgo de tensar demasiado la cuerda hasta poner en peligro la estabilidad del Gobierno de la comunidad.